¿A qué se debe el giro hacia la izquierda en el poder en América Latina?

Tradicionalmente considerado un bastión de la derecha en la región, Colombia presencia unas elecciones en las que la izquierda, por primera vez, es la fuerza política por derrotar. La situación está en sintonía con los cambios en el poder en la región en los últimos años.

Hace una década, la izquierda se constituyó como una fuerza política consolidada en la región. Tras su controvertida presencia en Cuba, Nicaragua y Venezuela, mandatarios como Evo Morales en Bolivia, José Mujica en Uruguay, Cristina Fernández de Kirchner en Argentina, Rafael Correa en Ecuador o Dilma Rousseff en Brasil llevaron a la izquierda al poder en la región.

Sin embargo, escándalos de corrupción, destituciones y malos manejos de varios de ellos erosionaron los proyectos de izquierda en América Latina. Y la renovación no ha sido fácil.

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Los eternos líderes de la izquierda en América Latina

Como señala Gerardo Lissardy en BBC, “varios de los políticos izquierdistas que recientemente fueron presidentes en América Latina aguardaron su oportunidad durante años, con trayectorias que incluyeron desde cárcel hasta sucesivas derrotas electorales“. Estos líderes han logrado aglutinar seguidores a su alrededor, lo que ha hecho más difícil desligar el proyecto de izquierda de sus figuras. “Ese largo y sinuoso camino al poder hizo que varios de ellos fueran vistos como única opción de liderazgo en la izquierda“, agregó Lissardy. “Se lo hayan propuesto o no, se volvieron como aquellos árboles donde nada crece a su sombra“.

Mientras la popularidad de Bolsonaro sigue cayendo, Lula da Silva cobra más fuerza como el favorito para ganar las elecciones de octubre de 2022 en Brasil. Foto: AFP
Mientras la popularidad de Bolsonaro sigue cayendo, Lula da Silva cobra más fuerza como el favorito para ganar las elecciones de octubre de 2022 en Brasil. Foto: AFP

El nuevo giro a la izquierda es una respuesta a varios fenómenos. La pandemia acentuó la desigualdad social, golpeó las economías dependientes de las dinámicas en el exterior y cambió la percepción de lo público en tiempos de crisis. Además, fenómenos como las burbujas de información y las campañas populistas han hecho que las contiendas se diriman entre extremos políticos.

En esta disputa, la izquierda ha perdido bastiones como Uruguay y Ecuador, en donde las figuras de Mujica y Correa movilizaban. Tras su salida del poder, la izquierda de allí perdió fuerza electoral.

Cambio de aire

En otros territorios latinoamericanos la izquierda llegó al poder. En Honduras, Xiomara Castro alcanzó la presidencia con un plan de gobierno social en uno de lo países más conservadores de Centroamérica. Lo propio hizo Andrés Manuel López Obrador, aunque su gobierno no ha podido resolver las crisis de México como la lucha con los carteles y la violencia contra la mujer.

En Chile, el enfoque social estaba asociado con Michele Bachellet, presidenta de ese país entre 2006 y 2010 y 2014 y 2018. Sin embargo, tras la presidencia del neoliberal Sebastián Piñera y el estallido social de 2019, Chile eligió a un líder estudiantil como presidente: Gabriel Boric. En Perú, la derrota del fujimorismo y la política tradicional vino por cuenta del triunfo del profesor y líder sindicalista Pedro Castillo en las elecciones de 2021. En Argentina, el relevo del kirchnerismo lo tomó el también profesor Alberto Fernández, aunque con Cristina Fernández como vicepresidenta.

Gabriel Boric. Foto: AFP
Gabriel Boric. Foto: AFP

Los planes de estos nuevos mandatarios encaran grandes obstáculos. Como señalan Ernesto Londoño, Julie Turkewitz y Flávia Milhorance en The New York Times, “la izquierda ha prometido una distribución más equitativa de la riqueza, mejores servicios públicos y redes de seguridad social ampliadas“. No obstante, “los nuevos líderes de la región se enfrentan a graves limitaciones económicas y a una oposición legislativa que podría restringir sus ambiciones, así como a unos votantes intranquilos que se han mostrado dispuestos a castigar a quien no cumpla lo prometido“.

Estas victorias han dado cuenta de un cambio de aires en la izquierda latinoamericana, cuyos votantes se han alejado de los partidos más tradicionales. En Brasil y Colombia, la situación es algo diferente.

Brasil y Colombia, elecciones clave

En Brasil, el mandato de la ultraderecha de Jair Bolsonaro ha erosionado los sectores sociales, económico, medioambiental y de la salud. En esos años ha revivido la izquierda representada por la figura de Luiz Inácio Lula da Silva, quien ya fue presidente entre 2003 y 2010. Luego de que anularan todas las sentencias en su contra dentro de la operación anticorrupción Lava Jato, Lula da Silva fue liberado tras casi 600 días en la cárcel. Los señalamientos en contra de Lula da Silva y la destitución de su sucesora, Rousseff, también por corrupción, no han evitado que sea el gran favorito para ganar las próximas elecciones en octubre.

Como Lula da Silva, Gustavo Petro llega a la contienda electoral como la gran figura de la izquierda en su país. Esla es la tercera vez que Petro busca la Presidencia de Colombia y, desde su lugar en el Congreso desde 2018, ha conseguido la fuerza política para acercarse al mandato. Paradójicamente, en Colombia todas las fuerzas piden un cambio, tras el impopular gobierno del conservador Iván Duque, que desató un estallido social inédito.

Como explica Elizabeth Dickinson, analista del International Crisis Group, el histórico pacto que desarmó a la guerrilla de las Farc”abrió un espacio para la izquierda política“, que durante el conflicto armado cargó con un “fuerte estigma” por su “asociación con la guerrilla“.

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Duque intentó sin éxito modificar lo pactado, y casi seis años después todos los candidatos se comprometieron a seguir su implementación ante las críticas internacionales por el asesinato de 332 excombatientes y el rebrote de la violencia.

Para Dickinson, las elecciones responderán también a la dicotomía entre “salvar su implementación” o “sepultar el acuerdo“. Y en la mira: una posible reanudación de las negociaciones con la guerrilla del ELN, el último gran remanente de las guerrillas latinoamericanas de los últimos 40 años.

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