La Copa América de la discordia: Argentina duda y Colombia insiste

Este miércoles 28 de abril, mientras miles de colombianos marchaban en las calles para protestar contra el proyecto de reforma tributaria, el presidente Iván Duque se reunió con el embajador de Argentina, Marcelo Stubrin, para conversar sobre la edición número 47 de la Copa América, que está está pactada para llevarse a cabo en ambos países, entre el 13 de junio y el 10 de julio.

Por la coyuntura, el encuentro no pasó desapercibido y rápidamente le llovieron críticas al mandatario por su aparente desconexión con la realidad del país. Además, se revivió el debate sobre la pertinencia de realizar el torneo en medio del tercer pico de la pandemia por coronavirus. ¿Cuáles son los riesgos de este evento? ¿Qué está en juego más allá de los partidos?

La amenaza del coronavirus

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha sido insistente a la hora de recalcar que los países no pueden bajar la guardia frente al Covid-19, incluso si adelantan sus procesos de vacunación con eficiencia. Por esta razón, para varios expertos organizar un evento masivo como la Copa América puede traer consecuencias como el escalamiento de los contagios y una mayor ocupación en los hospitales.

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La viróloga María Fernanda Gutiérrez asegura que, independientemente de que los partidos se jueguen a puerta cerrada, los hinchas se van a aglomerar en centros comerciales, a la entrada de los estadios o frente a las pantallas gigantes. “Al calor del gol lo primero que va a volar es el tapabocas en la euforia del momento se pierden los cuidados, aumentan los abrazos y así mismo los riesgos”, dijo.

Por otra parte, el epidemiólogo Christian Pallares argumenta que el riesgo no se reduce significativamente solo por tratarse de un deporte a cielo abierto y dice que: “con un evento que dura tanto tiempo habrá más chance de contagio. Por ejemplo, hay mayor riesgo si las personas permanecen todo el tiempo quietas y sentadas en una tribuna, algo que no pasa en una marcha”.

Ambos expertos concuerdan en que lo ideal sería volver a aplazar el evento, ya que el país se encuentra lejos de alcanzar el margen de la vacunación necesaria y existen fallas en la pedagogía del autocuidado. Por su parte, el ministro del Deporte, Ernesto Lucena, ha insistido en que se puede controlar la situación y que “el proceso de vacunación de nuestro Gobierno ha sido efectivo”.

Sin embargo, es claro que Colombia tiene una desventaja en los niveles de inmunización cuando se compara con otros países de la región:

El dinero en juego

Además de los cuatro millones de dólares que recibe cada selección participante del torneo y de los 10 millones de dólares del premio principal, hay más rentas en juego en este torneo organizado por la Conmebol. Por una parte, Colombia invirtió cerca de 12.500 millones de pesos para para la adecuación de los cuatro estadios que servirán como sedes, a los que se les realizará mejoras en la iluminación y las comunicaciones.

El dinero se repartió entre el estadio Nemesio Camacho El Campín, de Bogotá; Atanasio Girardot, de Medellín; el Metropolitano Roberto Meléndez, de Barranquilla, y el Estadio Olímpico Pascual Guerrero de Cali. Según Lucena, estas inversiones no son solo para la reactivación emocional de los colombianos, sino también para impulsar la recuperación de la economía.

Cabe resaltar que a las inversiones del Gobierno se suman las de las alcaldías de cada ciudad, como ocurre en Medellín, donde la ciudad aportará otros 11.000 mil millones para las adecuaciones.

Este escenario del dinero gastado también parece importante a la hora de tomar una decisión sobre el futuro de la competencia, la cual está a tan solo 43 días de arrancar. El ministro del Deporte ha manifestado en varias ocasiones que con la llegada de la Copa América esperan dinamizar sectores como el de los domicilios y el de las grandes cadenas, que volcarán sus estrategias a la economía virtual.

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“Salvo que algo extraordinario ocurra, la Copa América hay que llevarla a cabo con Argentina, como fue pactado al principio. Nadie desconoce las dificultades de la región por el número de contagios y fallecidos, pero creemos que la vida debe seguir adelante”, dijo el ministro, quien también comparó la situación con lo que sucederá con la Eurocopa o con los Olímpicos en Tokio, eventos que se llevaran a cabo entre los meses de junio y agosto.

Poder y deporte

Hasta el momento, el presidente Iván Duque se ha mantenido firme en la decisión de llevar a cabo el evento, contrario a su homólogo argentino, Alberto Fernández, quien ha dudado en varias ocasiones y aseguró que hay que analizar la situación y ser sensatos.

Algunos creen que la insistencia de Duque podría tratarse de una estrategia para utilizar el torneo a su favor, incluso muchos usuarios en redes sociales ya se lo reclaman, asegurando que, en medio de la pandemia y con una Reforma Tributaria en disputa, el fútbol sería un bálsamo para el duro momento por el que atraviesa el gobierno.

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Por ahora, será necesario ver en los próximos días la evolución del virus y la postura de los gobiernos de Colombia y Argentina. Así mismo, será importante la actitud del presidente Duque, quien hasta el momento permanece distante de asuntos que muchos consideran de mayor importancia que el torneo.

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