‘La manada’, la adolescencia masculina en el mundo de María del Mar Ramón
La escritora colombiana María del Mar Ramón publicó en 2021 su primera novela titulada ‘La manada’. Después de su acogida en el país, el libro llega a las librerías de Argentina, país en el que está radicada.
“Para todos estos hombres: lamento lo que el mundo hizo de ellos y lamento lo que ellos hicieron después“. Con esta dedicatoria empieza La manada, un libro que explora el mundo de la adolescencia desde la vida de un grupo de muchachos que se enfrentan a un verdadero problema: el asesinato de un joven.
No se trata de un spoiler. La autora es muy clara desde el inicio de la novela: “No fue sino hasta que Hache escuchó el golpe seco en el suelo que se percató de lo que había hecho”. Y el golpe en seco no solo es el del muchacho que queda tendido en el piso, sino en los lectores que desde el primer momento se encuentran con fragmentos de violencia y angustia: aspectos que lo acompañarán durante todo el recorrido.
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La manada es el segundo libro de María del Mar Ramón. Su primera publicación fue Tirar y vivir sin culpa. El placer es feminista (2019) una serie de relatos íntimos de la vida de la autora, donde comparte sus exploraciones sexuales, amorosas y “cómo la culpa ha moldeado, censurado y limitado el deseo y el placer femenino”.
María del Mar es una escritora feminista. Cuando se obsesiona sobre un tema, lo absorbe hasta más no poder. Nació en Bogotá en 1992, es columnista de Vice y ha escrito en diversos medios latinoamericanos, como Playboy de Colombia, Periódico de Poesía UNAM, y Volcánicas. Actualmente trabaja en radio y en el desarrollo de contenidos audiovisuales. Además reside en Buenos Aires desde 2012.
La manada (Temas de hoy) se publicó en Colombia el año pasado y después de su éxito en ventas se estrenó en librerías de Argentina a principios de este mes. Diario Criterio conversó con la autora sobre la escritura de esre libro y la adolescencia.
‘La manada’, un salto del ensayo personal a la ficción
“Cuando publiqué ‘Tirar y vivir sin culpa’ tenía algo para decir desde la no ficción y algo para reflexionar sobre mi propia vida y la experiencia femenina. Estaba inclinada en hacer un registro en el que creía que la no ficción era el mejor recurso. En ese momento me parecía transgresor, encontraba como algo interesante hablar en primera persona de algo que se considera tabú“, afirma María del Mar Ramón desde su apartamento en Argentina.
El éxito de su primer libro todavía sigue llenando las redes sociales de fotos de lectoras que se sienten identificadas con su historia. Como abanderada de los pañuelos violeta y verde, María del Mar sintió que todo lo que tenía que decir ya estaba dicho “ya les conté cómo me hacía pajas, ¿no entiendo qué más quieren saber de mí?”, expresa la autora, entre risas.
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“Yo sentí que ya había agotado esa voz en primera persona, había agotado ese recurso y que me sentía mejor como una escritora de ficción, eso era lo que me interesaba más. Empezar a limitar mi posibilidad de escritura pública, en cuanto a mi propia experiencia fue algo que me frustró“, asegura.
Con la idea de publicar un nuevo libro (esta vez de ficción), María del Mar cuenta que se interesó en construir una visión de un mundo desde otra perspectiva. Sin embargo, la migración a la ficción fue muy gratificante y al mismo tiempo muy difícil pues “no sabía si las lectoras (que en su mayoría son mujeres) que venían del primer libro les iba a gustar esta exploración y, si al mismo tiempo, eso se podía considerar literatura”.
La idea del feminismo estuvo permanentemente en la cabeza de María del Mar durante la escritura de La manada pues creía “que solo iba a ser aceptada dentro del mercado literario si tenía una postura explícitamente política como si eso ya no estuviera dado por sentado”.
El nombre del libro se relaciona (solo por el nombre) al caso de violación en grupo de una mujer de 18 años el 7 de julio de 2016 durante las celebraciones de San Fermín en Pamplona, Navarra, España, y la autora era consciente de esto.
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“Cuando le pusimos ese nombre, pensaba que la gente podría llegar con la idea de encontrarse con la narración de una violación y la violación sucede, pero no es un hecho tan importante en el libro. Sin embargo, la motivación de esos dos actos de violencia (el asesinato y la violación) es la misma: el sometimiento de otra persona“, explica María del Mar.
‘Ficcionar’ la adolescencia
La manada no solo habla de unos adolescentes problemáticos que viven su vida bajo las faldas de su familia en pleno 2004, que se embriagan con botellas de aguardiente o se esconden para fumar en el patio de un colegio católico. También muestra la historia de sus madres, esas mujeres que parieron a los muchachos que ahora se enfrentan a un homicidio del que no se sabe si saldrán bien librados.
“A mí me interesaba mucho la visión de las mamás porque me interesa la culpabilidad que hay en las madres y las mujeres y lo que pasa con la figura de la maternidad. Pareciera que la mamá es la que se queda ligada por la investidura material, incluso con hijos que son problemáticos o que son horribles. Todos tienen la libertad de irse pero las mamás se tienen que quedar”, expresa la autora.
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Desde las primeras líneas el libro es tenso. Hay sensaciones de angustia y eso lo tenía muy claro la escritora. Por eso decidió que para darles un aire a las escenas violentas, debía presentar las historias de las familias de los protagonistas teniendo a las mujeres como eje central de estos relatos.
El mundo de los hombres contado por una mujer
Hache, el Mono, Sánchez, Kiko y el Negro son los nombres que más se repiten en La manada, ellos son la manada. Muchachos, de 16 o 17 años que se dan puños, se turnan a la misma chica para violarla y compiten por el que aparente más.
“Todos los personajes son personas bastante detestables que cuidan sus intereses, negocian todo el tiempo con eso y por los que uno siente mucha pena y compasión a pesar de saber que hacen cosas horribles”, asegura su autora.
Estos hombres narrados por María tienen características similares a las de otros muchachos que han pasado por su vida y que incluso la aterrorizan. “Si tu me dices que tengo que ir a un salón de clase de 30 adolescentes yo digo que no. De ninguna manera (risas), yo soy muy frágil para enfrentarme a eso, los jóvenes son muy crueles”.
Para intentar acercarse a las emociones de los adolescentes de esa época, María del Mar hizo un par de llamadas a algunos hombres mayores que ella, que vivieron su juventud a inicios del nuevo siglo. Pero el resultado no fue lo que esperaba: “Fue muy frustrante porque no tenían un lenguaje disponible para narrarse a sí mismos durante la adolescencia, no había palabras para hablar de sus emociones”.
“Los personajes están llenos de emociones que yo saqué de la imaginación, pero también de recuerdos de cómo era ser adolescente y ser vulnerable“.
María del Mar Ramón
Aún sin muchas respuestas sobre el sentir de los adolescentes de esa época, María del Mar entendió que las diferencias emocionales entre hombres y mujeres no son tan grandes. “Uno como adolescente tiene las mismas preguntas incluso si se es varón. Todos tenemos ganas de que nos acepten y miedos, y angustias y frustraciones. Miedo a la vergüenza y a convenciones“.
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Para la autora estos personajes son la representación de todo lo que está mal y lo que ha aborrecido de los hombres. No obstante , ponerse en el lugar de los protagonistas fue entretenido, “no porque los comprenda ni los excuse, sino porque son personas y todas estamos llenas de motivos y torpezas. Ponerlos a hacer cosas que me lastimaron a mí (en su momento) me hizo entender lo fuerte que es el miedo ridículo y lo vulnerables que son los adolescentes“.
“Me interesa que la gente que lea ‘La manada’ se sienta afectada y sienta empatía por ellos. Uno nunca los odia, ni los quiere matar ni quiere que les pase nada malo, siendo personas horribles“.
María del Mar Ramón
Una manada en Bogotá o en cualquier lugar
El 2004 es el año donde ocurren la gran mayoría de acontecimientos del libro. Una época donde la tecnología estaba llegando al país con celulares más innovadores, donde la violencia seguía siendo la primera plana en los periódicos y, como dice la autora, había algo que iba a explotar pero no explotaba.
“En Colombia las cosas no terminan de explotar, por eso en la novela hay resabios de los noventas, una sensación del futuro y algo de la identidad que no está muy consolidado. Por ejemplo, está apareciendo el reguetón, pero no es tan mediático. Son cosas muy de los 2000 con sensaciones de que algo va a pasar pero no termina de pasar“, añade.
Cuando María del Mar empezó a escribir la novela quería que se ubicara en un lugar neutral. Pero no podía ser ajena a sus raíces, y gracias a un taller de novela entendió que “si describes bien el lugar va a ser universal y ahí me entregué”.
“Yo tengo una relación compleja con Bogotá y en general con Colombia. Espero que mientras más pueda narrar esa ciudad más tenga que dejar de hacerlo. Es como nadar contra la corriente, yo pensé ‘quizá si me entrego, me va a dejar de perseguir‘”, expresa la autora.
Las descripciones de los escenarios en La manada no solo resuenan con el prototipo de colegio religioso colombiano, o con las lluvias eternas en la capital. La ciudad de los muchachos podría ser cualquier ciudad, así como ellos podrían ser cualquier adolescente latinoamericano. “Acá en Argentina me han preguntado si es equis colegio, y yo les digo que no tengo idea del tipo de educación que hay acá, pero siento que la novela logra adaptarse”.
“Me gustaría poder narrar Colombia y hacer una historia más lineal, pero siempre me encuentro con unos baches y oscuros y eso me da mucha frustración, obsesión, respeto y culpa, porque me siento atravesada por la identidad colombiana de una forma totalmente afectiva y voluntaria“.
María del Mar Ramón
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La adolescencia, ¿la peor etapa de la vida?
Durante la adolescencia se está en esa delgada línea entre afrontar los problemas con la inmadurez de un infante o con la dureza de un adulto. Se cree que nada es grave y al mismo tiempo todo es terrible, se cree que los papás siguen siendo superhéroes aunque se empiecen a afrontar los errores. Incluso La manada genera la pregunta de si la adolescencia es una de las peores etapas de la vida.
“Para mí es una etapa muy difícil. Ha habido meses en los que no he tenido con qué pagar el arriendo en mi vida y eso no me parece un problema tan grave como los problemas que sentí cuando era adolescente“, expresa María del Mar, entre risas.
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“Todos tenemos un estado de estrés postraumático tan fuerte con la adolescencia que en el instante en que dejamos de serlo, dejamos de entenderla. Es como una amnesia colectiva y uno ya no entiende. Uno puede tener 20 años y hablar con alguien de 15 y es rarísimo, así no sea mucha la diferencia“.
Para la autora es frustrante lo poco que se entienden las adolescencias, lo poco que las personas se comunican con los jóvenes y el deseo por imponer las experiencias de la adultez sobre las de esta generación.
A María del Mar le interesa mucho el juego de “la incomodidad que genera sentir compasión por personajes que hacen cosas que uno cree que están mal, o por calentarse con escenas de violencia sexual. Eso me divierte porque me hace pensar que esas acciones transmiten la complejidad de las personas y los personajes. No hay gente buena, buena o mala, mala“.
Actualmente, la escritora colombiana está escribiendo su tercer libro, que hablará sobre la maternidad: otro tema que la obsesiona. Recientemente se dio a conocer que La manada empezará su proceso de adaptación cinematográfica y muy pronto se podrá ver en las pantallas de cine.
Foto de portada por: Julieta Bugacoff
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