La pandemia no trajo un ‘baby boom’. ¡Todo lo contrario!
Cuando comenzaron las cuarentenas por la pandemia del covid-19, muchos pronosticaron un auge en el nacimiento de bebés, pero eso no fue lo que pasó. ¿Por qué?
Una de las primeras cosas que los sexólogos, médicos y psicólogos dijeron cuando comenzó la pandemia del coronavirus, a comienzos del año pasado, fue que a la vuelta de un año el mundo estaría lleno de bebés recién nacidos y de mujeres embarazadas.
Su lógica era simple: las parejas estarían más tiempo juntas durante los encierros y eso aumentaría su deseo sexual. El resultado iba a ser un baby boom, muy parecido al que se dio luego de la Segunda Guerra Mundial.
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Un poco más de un año después, sin embargo, estas predicciones parecen haber fracasado. Y es que, según los datos de Estados Unidos, Italia, España, Francia o Corea del Sur, por lo menos en los países desarrollados, ocurrió todo lo contrario.
Las cifras de nacimientos desde diciembre pasado, justo cuando se cumplieron nueve meses de los primeros encierros por la pandemia, cayeron estrepitosamente con respecto a los meses anteriores y al año pasado.
De hecho, es más: según varias encuestas, muchas parejas que antes pensaban en formar una familia hoy no quieren saber nada de tener hijos.
La Fundación Universitaria Konrad Lorenz y la Asociación Colombiana de Sexología encuestaron a 668 personas: El 47,6 por ciento aceptó que no había tenido actividad sexual en pareja durante el confinamiento.
Aún es muy pronto para saber si ocurrirá lo mismo en países pobres o en vía de desarrollo, como Colombia, debido a que los datos de natalidad de esos meses no han sido publicados (en el caso nacional por el DANE). Pero esas cifras pueden ser un indicio de que, contrario a lo esperado, el encierro no traerá un ‘baby boom’.
“La crisis sanitaria y la incertidumbre que genera pudieron desmotivar a las parejas que querían tener hijos, dejando para más tarde su proyecto”, concluyó el Instituto Nacional de Estadística (INSEE) en Francia en su informe sobre la natalidad de los últimos meses.
Este mostró que un 50 por ciento de los franceses que tenían planeado tener un hijo el año pasado lo habían pospuesto, y que el número de nacimientos en enero de 2021 representó una caída del 13 por ciento respecto a enero de 2020. Además, es la cifra más baja en 20 años.
Los datos publicados por los otros países son muy parecidos. El Centro de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos, por ejemplo, concluyó que en diciembre de 2020 había nacido un 8 por ciento de personas menos que en diciembre de 2019.
En Italia, donde una encuesta había mostrado que un 37 por ciento de personas se habían arrepentido de tener hijos, los nacimientos cayeron un 21,6 por ciento a comienzos de este año. Una cifra muy parecida a la de España (un descenso del 20 por ciento), en donde tienen la natalidad más baja de la historia reciente.
¿Menos sexo?
Una posible explicación a esas bajas cifras podría ser que, contrario a lo que se había especulado al inicio de la pandemia, el estrés, la ansiedad, los problemas económicos y el mismo encierro están generando un descenso en el deseo sexual de muchas parejas.
La psicóloga, terapeuta y sexóloga colombiana Rosa Guevara Quintero lo explica así:
“La pandemia ha generado mucha incertidumbre. La humanidad, que siempre había tenido certezas, ahora no sabe qué pasará en el futuro. Eso ha generado ansiedad, estrés y depresión, que afectan directamente al cuerpo y repercuten en la sexualidad”.
Según su explicación, la ansiedad -una sensación que tiene todo el mundo, pero que en extremo es una enfermedad- puede traer como consecuencia la disfunción eréctil. La depresión, por otro lado, trae inapetencia y pérdida del deseo sexual.
Y el estrés, que se genera todos los días al ver las noticias acerca de cómo la enfermedad sigue cobrando vidas y de cómo los encierros se alargan, desmotiva y pone a la mente a pensar en otras cosas, distintas al sexo.
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“Los cuerpos no están tan dispuestos para el placer, a pesar de que lo busquen, y es porque están muy ocupados con el miedo, la angustia, la rabia”, dice la doctora Guevara.
Las cifras de varios estudios confirman esta hipótesis. El Instituto Kinsey, de la Universidad de Indiana consultó el año pasado a más de 3.000 estadounidenses y encontró que un 40 por ciento de ellos han tenido menos relaciones sexuales desde que comenzó la pandemia.
En Colombia, la Fundación Universitaria Konrad Lorenz y la Asociación Colombiana de Sexología encuestaron a 668 personas a finales del año pasado. El 47,6 por ciento aceptó que no había tenido actividad sexual en pareja durante el confinamiento.
El ‘baby boom’ vendrá después
El problema con esa teoría es que no se puede generalizar el comportamiento sexual de las parejas, ni siquiera en una situación de crisis. No a todo el mundo la ansiedad o el estrés lo afectan igual y hay personas que sí han tenido más relaciones sexuales durante el encierro.
De hecho, la historia aparentemente le daba la razón a los que pronosticaban un baby boom. No solo porque eso mismo pasó luego de la Segunda Guerra Mundial, sino también porque varios estudios muestran que las guerras, las enfermedades infecciosas o los desastres ambientales suelen generar un auge de nuevos bebés.
Cuando la economía va bien, las parejas suelen tener muchos hijos. Cuando no, se abstienen, como durante la recesión de 2008 y la Gran Depresión de 1929.
En teoría, los sobrevivientes inconscientemente buscan reemplazar a las personas que perdieron la vida y ven en la reproducción una forma de volver a la normalidad y retomar el mundo que había antes de que ocurriera el evento inesperado. Algo así hicieron, por ejemplo, las familias judías luego del Holocausto.
Pero estos análisis dejaban de lado un dato bastante importante: esto no suele suceder durante las crisis económicas y las recesiones, sino justo después, cuando se da la recuperación.
El Instituto Max Planck de Investigación Demográfica, con sede en Alemania, fue de los pocos que ya lo había sugerido: los nacimientos no aumentarían, sino que descenderían. Y sí, probablemente haya un baby boom, pero será cuando la crisis desaparezca y la economía comience a recuperarse.
Su teoría es que cuando la economía va bien y está boyante, las parejas suelen tener muchos hijos. Cuando no, se abstienen o aplazan sus planes. Algo así fue lo que sucedió durante la recesión de 2008 y la Gran Depresión de 1929.
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Pero eso podría no aplicar en el caso de los países más pobres o en vías de desarrollo, en donde tener hijos no siempre es una decisión. Sobre todo, en las clases populares que no tienen acceso a los métodos de planificación o que aún los estigmatizan por motivos religiosos, educativos y culturales.
En Indonesia, por ejemplo, el gobierno predice que por lo menos 500.000 bebés nacerán a causa del coronavirus. Y todo porque según la agencia nacional de planificación familiar, cerca de 10 millones de personas dejaron de usar anticonceptivos.
La razón: debido a los cierres y al miedo, no acudían a las droguerías ni a los centros de salud, en donde se los entregaban gratis o a un buen precio. El gobierno incluso tuvo que salir a las calles para pedirles a las parejas a punta de megáfono que se cuidaran
En Colombia no se ha llegado a ese extremo y aún es un enigma si los nacimientos aumentarán, como lo pronosticaban muchos al inicio de la pandemia, o si disminuirán, como en los países desarrollados. Solo el DANE dará la respuesta.
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