Ni el sentido testimonio de Íngrid Betancourt hizo llorar a las Farc

Betancourt les reclamó a los excomandantes guerrilleros mayor humanidad al pedir perdón por los secuestros.

Íngrid Betancourt es una de las víctimas más visibles de los secuestros de las Farc. Betancourt perdió su libertad el 23 de febrero de 2002, cuando era candidata presidencial, y la recuperó más de seis años después, en julio de 2008.

Este miércoles, Betancourt participó en el ‘Encuentro por la Verdad: reconocimiento de responsabilidades de secuestro’, organizado por la Comisión de la Verdad, en el que intervinieron además Ángela Cordón, Helmuth Angulo, Carlos Cortés, Roberto Lacouture y Armando Acuña, víctimas de las Farc. 

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Exjefes de las Farc como Carlos Antonio Lozada, Rodrigo Londoño, Emiro Ropero, Pastor Alape y Pedro Trujillo también participaron.

“Del otro lado no ha habido una sola lágrima”

La última víctima en intervenir fue Betancourt, quien fue enfática en reclamarles a los excomandantes por dar discursos que parecían más políticos que actos por la verdad. La excandidata presidencial también llamó la atención porque no hubo lágrimas en las intervenciones de los exjefes de las Farc, pese a los desgarradores discursos de sus víctimas.

“Oí con emoción el relato de mis hermanos de dolor. Los oí llorar. Los vi llorar. Y he llorado con ellos y me cuesta trabajo no seguir llorando. Pero debo confesarles que me sorprende que nosotros de este lado del escenario estemos todos llorando y que del otro lado no haya habido una sola lágrima”.

Estas son algunas de las frases más destacadas de Betancourt.

“Este no es un encuentro político”

“Carlos Antonio Lozada, usted habló de la generosidad de las víctimas. Sí, sí hemos sido generosas las víctimas. Hemos sido generosas porque amamos a Colombia, porque nosotros no representamos el pueblo. Nosotros somos el pueblo. Yo quería oírlo hablar desde su corazón, no desde la política. ¡Desde su corazón! Este es un encuentro de corazones. Este no es un encuentro político”.

“Pastor Alape, usted comenzó explicando quién era. Nos dijo que llevaba solo el nombre de su madre y con eso ya pudimos adivinar que en su infancia sufrió de la ausencia de su padre. Después de todo lo que ha pasado, ¿puede usted sentir la ausencia que le causó a nuestros hijos, de padres y madres que les fueron arrebatados?”.

“Alguna vez, me acuerdo que me robé un machete de uno de los guardias para poderme volar. Y me volé. Y a los días me recapturaron y me castigaron, y llegó el muchacho enfurecido a decirme: ‘Íngrid, yo había confiado en usted. Yo había dejado ese machete ahí confiando en usted y  usted me lo robó’. Y yo lo miré y le dije: ‘Usted confió en mí, ¿y yo acaso puedo confiar en usted? El día en que a usted le den la orden de matarme, ¿usted qué va a hacer? ¿Yo podré confiar en usted o usted me va a matar?’. El muchacho se fue con los ojos aguados y yo necesito ver los ojos aguados de ustedes (jefes de las Farc)”.

“No olvidamos”

“No todo está olvidado. Esto no es un ejercicio para hacer borrón y cuenta nueva, o tabula rasa, sino para recordar. No porque este acto se da podemos decir que pasamos por encima de todos los sufrimientos: del de Andrés Felipe Pérez, el niño que murió de cáncer esperando a su papá, Norberto Pérez, porque ustedes, comandantes de las Farc en ese momento, no quisieron liberarlo a pesar del clamor nacional, y luego lo ejecutaron cuando intentó escapar”.

“Esto que pasó no lo olvidamos, porque no es sobre un terreno virgen que construimos una nueva Colombia. Al contrario, esta es nuestra verdad colectiva, estas son las fundaciones sobre las cuales debemos construir una Colombia sin guerra”.

La respuesta de Lozada

Este jueves en la mañana, Carlos Antonio Lozada, también senador del partido Comunes, aseguró que en privado ha tenido reuniones con las víctimas, en “un diálogo más próximo”, y se refirió a las palabras de Betancourt: “El acto se trataba del complemento de un proceso que hemos venido teniendo. Yo, personalmente, he tenido la oportunidad de estar en sesiones de seis, ocho horas, en las que hemos logrado un diálogo muy fluido”.

“Nosotros respetamos el sentir de las víctimas, lo hemos expresado en esos encuentros privados que hemos tenido con ellos. Hemos logrado otros niveles de aproximación, pero de pronto ese formato de un acto de estos no permitió, y más tratándose de la primera vez en el caso de Íngrid, percibir lo que uno siente”, dijo Lozada a Blu Radio.

“No se puede llegar a concluir que se es inhumano porque no se derrama una lágrima, o que no se tiene sentimientos”, agregó.

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