Dirigencia del fútbol tiene a la liga femenina fuera de lugar
El torneo de este año volvió a poner en evidencia las precarias condiciones en las que juegan las mujeres en el país, así como la mala gestión de la competencia deportiva, según un reciente informe.
Tuvo que pasar mucho tiempo para que el fútbol femenino fuera una realidad. En Colombia, el primer campeonato oficial se jugó en 1948. Las mujeres, por su parte, pudieron hacer su aparición en el balompié profesional 68 años después, con la creación de la Liga Femenina Betplay Dimayor en 2016.
En ese momento, la noticia fue celebrada por instituciones como la ONU Mujeres, que indicó que la liga permitía romper con los estereotipos y las creencias que se han construido alrededor del rol de la mujer. Cinco años después desde su creación, sin embargo, el entusiasmo está en declive ante la falta de apoyo y compromiso directivo.
Así lo hizo evidente la Asociación Colombiana de Futbolistas Profesionales (Acolfutpro) en un informe sobre las condiciones de trabajo de las jugadoras, la formalización de los contratos por parte de los clubes, y la planeación y desarrollo de la quinta edición de la liga, que se llevó a cabo entre julio y septiembre de 2021.
Una de las principales conclusiones es que la liga femenina viene decayendo año tras año. “Si la liga del 2020 presentó unos números muy pobres, la edición 2021 la superó y pasó a ser la de peores cifras desde que se disputó la primera liga femenina en el 2017”, dijo Acolfutpro.
De acuerdo con la asociación, el torneo de este año ha sido el de menos equipos participantes (11) y menos futbolistas inscritas (273). Si se comparan los datos con los de años anteriores, el descenso es evidente. En 2017 participaron 18 equipos. Para 2018, la cifra fue de 23. En 2019 jugaron 20 equipos y el año pasado solo 13 disputaron el campeonato.
El éxito que representó la primera edición del torneo pareció ser solo de ese año, pues el declive también se ve en el tiempo de la competencia. La liga del 2017 se desarrolló durante 4 meses, la del 2018 en tres meses y medio, la del 2019 en dos meses y medio y la de 2020 solo duró dos meses. Este 2021, las jugadoras tampoco tuvieron mucho tiempo de competencia, pues se disputó en 63 días.
Relacionado: ¿Por qué la liga de fútbol femenina recibe menos atención que la masculina en Colombia?
“Las mujeres futbolistas de Colombia siguen en desventaja frente a sus colegas de otras ligas en este continente, debido al corto tiempo de competencia que poseen. Esto claramente impide que las futbolistas puedan desarrollar su carrera profesional y que puedan aspirar a tener unas condiciones laborales que les permitan tener estabilidad”, manifestó la organización.
Para Natalia Gaitán, capitana de la Selección de fútbol femenino de Colombia, es muy difícil que en un mes y medio las jugadoras puedan alcanzar su máximo rendimiento. Gaitán, en febrero, luego de conocerse la planificación para la liga de este año, manifestó su inconformidad a través de redes sociales. “Es muy difícil que en un mes y medio se pueda desarrollar una LIGA PROFESIONAL. Se necesita un compromiso REAL por parte de todos los protagonistas para el desarrollo del fútbol femenino en Colombia y para brindarle las garantías necesarias a las jugadoras”, escribió en Twitter.
Los contratos, con tarjeta amarilla
Sumado a esto, las jugadoras tampoco tienen garantías para desempeñar su labor. Esto se ve en su contratación, pues solamente cinco (América, Deportivo Cali, Nacional, Millonarios y Santa Fe) de los 11 clubes que participaron en la competencia de este año formalizaron los contratos y afiliaron a seguridad social a todas sus jugadoras. Los clubes restantes hicieron contratos solo para una parte del plantel y compensaron a las futbolistas con auxilios económicos.
Una situación que pone su seguridad en el limbo ante una eventual lesión, a pesar de que el Gobierno nacional, en su resolución 666 de 2020, manifestó que los clubes y empleadores están obligados a implementar acciones para proteger a sus trabajadores a través de la formalización de contratos y las afiliaciones a salud, según recordó Acolfutpro.
De hecho, en el documento, la entidad informó que una de las jugadoras inscritas por el equipo bogotano de La Equidad, y que no contaba con contrato ni afiliación a la seguridad social, sufrió una grave lesión durante un partido. “Acolfutpro tiene información de que la futbolista realiza actualmente su recuperación en el departamento médico del club”, destacó la entidad.
Le puede interesar: Un proceso de ocho años: la clave de la clasificación de Colombia a su primer mundial de voleibol femenino
La gestión, en un claro ‘fuera de lugar’
Otro de los problemas estructurales del fútbol femenino es la desconexión entre las entidades involucradas en el desarrollo del torneo, como se puede ver en el informe. Por un lado, los clubes se negaron a recibir apoyo económico por parte del Ministerio del Deporte, lo que desde ya genera dudas sobre la realización del torneo del próximo año.
La razón detrás de esta negativa, según el documento, tiene que ver con que los equipos quieren hacer una liga sostenible a través de recursos propios. “Se puede deducir que el retroceso en las condiciones contractuales de las futbolistas en gran parte es producto de esa negativa”, se indicó en el texto.
Cabe resaltar que fue el mismo presidente de la Dimayor, Fernando Jaramillo, quien explicó la decisión. “No es que se haya rechazado, es que la liga femenina tiene que ser sostenible en el tiempo. No necesariamente tenemos que depender de los recursos del Ministerio del Deporte, porque creo que tenemos que buscar y hacer un esfuerzo nosotros”, dijo Jaramillo en conversación con Win Sports.
A esta situación se le añade una falta de claridad por parte de la Confederación Suramericana de Fútbol (Conmebol), de acuerdo con Acolfutpro. Esto, porque a pesar de que el reglamento de licencias de clubes establece que para participar en competencias internacionales como la Copa Sudamericana los equipos deben contar con un equipo femenino, parece ser una obligación incumplida. “Evidentemente no se hace cumplir el reglamento de licencias de clubes, que establece esa obligación en el númeral D.04 de los Criterios Deportivos”, indicó Acolfutpro.
La falta de claridad mencionada por la organización podría relacionarse con el cambio generado con la pandemia y sus complicaciones, puesto que la Conmebol anunció a principios del año en curso que flexibilizaría el requisito y no exigiría a clubes en torneos internacionales tener equipo femenino. Esta decisión evidentemente afectó el número de clubes en el país que confirmaron su participación en la liga femenina. Si bien esta obligación se suspendió estos meses, todavía no se conoce cuál será la ruta para los próximos años.
En 2018, con estas precarias condiciones, el Atlético Huila femenino se coronó campeón de la Copa Libertadores. Si al torneo de las mujeres se les diera la misma relevancia y condiciones que al masculino, este extraordinario y rápido logro (los equipos masculinos tardaron años en alcanzar una copa de ese nivel) podría repetirse con frencuencia, pues las mujeres han demostrado su calidad y nivel en cancha.
10 Comentarios
Deja un comentario
Que triste esta situación
Estamos ante machismo con la liga femenina ???
DIM FI
también contrato al 100% de la plantilla cumpliendo las normas exigidas legales.