Arqueología del futuro

Reseña de Live in Stuttgart 1975, el más reciente álbum del histórico grupo de rock alemán Can.

Artista: Can
Álbum: Live in Stuttgart 1975
Sello: Spoon / Mute Artists

Una ventaja de estos tiempos es que “todo está a un click de distancia”. Eso significa que si en Islandia se lanza un álbum, cualquier persona de cualquier lugar del planeta con acceso a las redes podrá encargar el CD, el vinilo o, mucho más sencillo, escuchar su contenido a través de las distintas plataformas disponibles.

Hace algunas semanas (más exactamente el 28 de mayo) apareció el álbum Live in Stuttgart 1975, de la agrupación alemana Can. Este grupo, que se formó en la ciudad de Colonia en 1968, no tuvo ventas masivas. Quienes lo conocen suelen ser personas interesadas en adentrarse en la historia (y la geografía) del rock de naciones por fuera de la órbita de lo anglosajón.

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Can es un grupo muy especial en la historia del rock. Por esos caprichos del mercado (y la antipatía que sentían los ingleses por los alemanes a causa de las heridas no aún cicatrizadas que les dejaron dos guerras mundiales) los periodistas británicos se inventaron el término despectivo Krautrock (que traduce del alemán algo así como “rock de la hierba”) en el cual catalogaron a Can junto con proyectos musicales de la década de los años setenta tan diversos unos de otros como Neu, Tangerine Dream, Kraftwerk, Popol Vuh, Amon Duül II, Ash Ra Tempel, Faust… por el simple hecho de provenir de la República Federal de Alemania.

Can era un bicho raro. Para comenzar, Holger Czukai (bajo) e Irmin Schmidt (teclados), dos de sus integrantes, habían estudiado con Karl Heinz Stockhausen, uno de los compositores más importantes del siglo XX y pionero de la música electroacústica. Los acompañaban Jaki Liebezeit (batería), que venía del círculo del free-jazz, y el guitarrista Michael Karoli, cercano a la sicodelia y al rock de vanguardia de finales de los años 60.

Este núcleo base lo complementaron los cantantes Malcolm Mooney (de Estados Unidos), presente en los dos primeros álbumes y en etapas posteriores a 1975, y Kenji “Damo” Suzuki, un japonés al que conocieron en los pasillos de una estación del metro de Munich, donde cantaba interminables letanías acompañado de una guitarra que rasgaba siempre en el mismo acorde.

Can fue una banda a mitad de camino entre el funk, el jazz y el rock, en la que también tenían cabida polirritmos de diversos lugares del mundo, que mezclaba lo orgánico y lo cerebral, lo espontáneo y lo muy planeado. La base rítmica, a cargo de Liebezeit y reforzada por el frenético bajo de Czukai, les permitía crear unos espacios sonoros envolventes y unos efectos hipnóticos que influyeron de manera más que evidente en diversos géneros posteriores a ellos como el punk, el post punk, el new wave, la música industrial, la “música del mundo” y el ambient.

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Se considera que entre 1971 y 1974 (la era Suzuki) Can llevó al límite sus posibilidades y de ello dan fe los álbumes Tago magoEge bamyasi y Future days, considerados los mejores de la banda. Ya sin Suzuki grabaron el notable Soon over babaluma, en el cual se preserva en gran medida la sonoridad alcanzada en los tres álbumes anteriores. A pesar de no estar presente Suzuki, Live in Stuttgart 1975 recoge el espíritu del aquel Can a través de cinco piezas instrumentales en las que se reconocen melodías y sonoridades de temas de sus cuatro álbumes anteriores pero que no son propiamente versiones en vivo del material grabado en estudio. Por ese motivo, los segmentos que componen este extenso álbum de hora y media de duración se titularon EinsZweiDreiVier y Fünf, es decir, uno, dos, tres, cuatro y cinco.

Este álbum fue posible gracias a una grabación en cassette que realizó Andrew Hall, un seguidor furibundo de Can que durante años se dedicó a grabar cuanta presentación de la banda estaba al alcance de sus posibilidades. El material lo reconstruyeron y remasterizaron con las tecnologías del siglo XXI Schmidt (único de los cuatro músicos básicos de Can que aún sobrevive) y Rene Tinner, ingeniero de sonido y manager del grupo durante muchos años.

Schmidt, quien junto con su esposa Hildegard se ha dedicado desde hace muchos años a preservar el legado de Can, tiene planeado trabajar otras cintas del archivo de Hall para completar así una serie de álbumes en vivo editados con esmero, algo que muy pocas veces sucede con grabaciones y prensajes piratas que desde hace décadas circulan por ahí. Una gran noticia para los seguidores de Can del pasado, del presente y del futuro. Porque Can fue un grupo adelantado a su tiempo y su música siempre estará un paso adelante a la de cualquier tiempo.

Foto: Spoon Records

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