Marco Aurelio, ¡ayúdame a ser un mejor trabajador!

En las ‘Meditaciones’ del emperador Marco Aurelio hay mucha verdad; verdad que está lista para acompañarte en esa búsqueda de tu balance y tu felicidad laboral.

En momentos de grandes dificultades sociales, políticas y económicas como las que vivimos por estos días, es común adicionarle otro ingrediente a este ‘coctel’ de incertidumbre como lo son las situaciones laborales.

¿Cuántos trabajadores del mundo se encuentran hoy en día en las empresas, resolviendo problemas con la cabeza llena de incertidumbre acerca de su futuro? Muchas decisiones de estas podrían estar viciadas al resolverse en medio de tanto en qué pensar acerca del presente y de un futuro incierto.

Entonces, como mecanismo de escape, quisiera uno acercarse a aquellos que se te representen como líderes y que te orienten sobre cómo hacer las cosas y ‘no morir en el intento’. Se supone que éstos tienen el conocimiento para asesorarte e ‘inspirarte’ —como se dice por ahí— para que tú te forjes un carácter y tomar así las mejores decisiones empresariales. Pero ¿cómo lograr esto de encontrar una paz o un balance laboral en medio de las dudas zumbando en tu cabeza?

Es común que estos mismos líderes te inviten a ‘ponerte la camiseta’, a esforzarte, aun más, para que tu trabajo salga impecable y puedas responder a las necesidades organizacionales. Sin lugar a duda, estas recomendaciones son habituales en nuestro mundo laboral y no cumplirlas puede generar el ser señalado de incompetente y falto de compromiso.

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Sin embargo, se pone uno la camiseta y termina, pocos días después, entregando a la empresa una incapacidad por alguna de la larga lista de enfermedades derivadas del estrés laboral y que pasan de ‘agache’ por las áreas de gestión del talento humano o de seguridad y salud en el trabajo.

Es una pena todo esto que expongo en este escrito, pero, lamentablemente, es real y pasa constantemente en nuestras organizaciones.

Entonces, ¿qué hacer para encontrar realmente ese balance entre la productividad y la salud, siendo un buen trabajador y sin ‘morir en el intento’?

Esta respuesta suele buscarse trabajando más para demostrar a los demás (jefes) que sí podemos lograrlo. Otros estudian más con el fin de hallar, con mayores conocimientos técnicos, esas herramientas que les permitan ofrecer mejores resultados. Otros, lamentablemente, solo optan por dar más de sí hasta terminar quemados laboralmente y luego despedidos pues ya no pueden cumplir sus funciones laborales, generando esto una total pérdida de dignidad y de personalidad.

Estas opciones no parecen muy alentadoras.

¿Será posible encontrar una herramienta que verdaderamente quiera ofrecerte un mundo de conocimiento para ser un mejor trabajador, balanceado y conectado con tus propósitos y deseos?

Yo encontré dicha herramienta en el estoicismo del emperador Marco Aurelio.

Es increíble que sus lecciones, sus Meditaciones, aún inspiren a tantas personas que buscan un mejor propósito de vida, incluyendo nuestro trabajo.

Y es que las Meditaciones de este emperador romano, si bien no fueron un libro para venderlo y ganar dinero, sí son un texto escrito para él mismo y que contiene claves, sentencias para recordarse que había esperanza en el mundo.

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Como lo decía al comienzo, en medio de tantas dificultades, es posible que perdamos la esperanza frente al mundo de hoy. Pero leer estas Meditaciones es una real dulzura en medio de su acidez.

Muchos de ustedes se estarán preguntando, ¿qué tienen las Meditaciones para ofrecerme a mí, que tengo tanto trabajo y tanto qué demostrar a mis jefes y compañeros?

Yo respondería: tienen humanidad.

Humanidad es, primero, conocer nuestras reglas naturales de las cuales no podemos escaparnos y debemos, por tanto, aceptar con alegría. Por ello, actuar conforme a nuestro razonamiento y no a nuestros deseos puede ser quizás el comienzo de nuestra salvación.

¿Qué quiere decir esto? Podría contártelo al leer, por ejemplo, la primera sentencia del capítulo II de las Meditaciones. En él, Marco Aurelio se recuerda, cada día, “al comenzar la mañana, hazte la siguiente reflexión: Hoy te encontrarás con un indiscreto, un ingrato, un insolente, un mentiroso, un envidioso, un insociable. Todo esto les acontece por ignorancia del bien y del mal (…)”

Así, al levantarme en las mañanas y recordarme este mensaje del emperador, me lleno de valor para tener la certeza de que encontraré personas que pueden perturbarme. Y, extrañamente, esa sentencia me da valor, fuerza y vigor para comprender que este insolente siempre estará presente en nuestras empresas y que no me ha hecho ningún daño, ya que así responde él al no conocer la belleza de la humanidad.

Por eso, querido Marco Aurelio, ayúdame a ser un buen trabajador o, mejor, un buen emperador de mi propia vida laboral: que mi razón, y no mis meros deseos, comanden mi vida laboral y mi vida privada, para perder el miedo de trabajar y de vivir.

Por ello, te recomiendo hacer lectura de las Meditaciones del emperador Marco Aurelio; mucha verdad hay ahí; verdad que está lista para acompañarte en esa búsqueda de tu balance, de tu felicidad laboral. Así que no esperes más…Ponte en marcha para su lectura.

*Diego Fernando Hurtado Guzmán es médico de la Universidad Pontificia Bolivariana (Medellín), especialista en gerencia de salud ocupacional y magíster en bioética de la Universidad CES (Medellín); así como expositor a nivel nacional e internacional sobre el trabajo y las humanidades. También se desempeña como docente de cátedra en varias universidades del país. Ha sido premiado con dos galardones internacionales, la Medalla de Oro Mérito Profesional, con distintivo internacional de España; y el Premio Profesor Dr. D. Rafael Ruiz Calatrava, por la Comisión de Honores y Distinciones y Recompensas de España, en 2022. Creador del blog El arte de trabajar feliz.
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10 Comentarios

    1. Me alegro mucho Rosario que le haya gustado el artículo. La invito a que le des lecturas a mis columnas relacionadas con el trabajo.

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