“La escritura ha sido mi gran aliada. Sin ella no hubiese podido atravesar ningún estado de mi vida”
Margarita Rosa de Francisco lanzó su segundo libro, ‘Margarita va sola’, un diario que recopila diversos textos que ha escrito a lo largo de su vida y en los que le confiesa al lector sus miedos más grandes, inseguridades y la angustia con la que tuvo que lidiar una vez que alcanzó el éxito y la fama. Hablamos con ella.
De Margarita Rosa de Francisco se han dicho muchas cosas. Hay quienes la han condenado por atreverse a opinar sobre el aborto, el feminismo y la política, temas sobre los cuales ha tomado posición a través de las columnas que ha escrito para diferentes diarios del país. Algunos no han dejado de llamarla La niña Mencha,& personaje que interpretó en la exitosa novela Gallito Ramírez y que quedó grabado para siempre en la memoria de los colombianos.
Otros, en cambio, expresan su disgusto al enterarse de que es escritora, ya que creen que su interés y amor por la escritura nació hace poco. Sin embargo, muy pocos saben que Margarita Rosa de Francisco comenzó a escribir diarios desde muy pequeña, justo cuando conoció a Florentina Londoño, una psicoanalista infantil que, a través de la paciencia y el amor, le ayudó a disminuir sus ataques de pánico, con los que tuvo que lidiar desde muy temprana edad.
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Antes de conocer a Florentina, la señora Mercedes Baquero, su mamá, la había llevado a cientos de psicólogos, pero no observaba ninguna mejoría en su hija. Una vez Margarita me habla acerca de Florentina, observo como esos ojos grandes y verdes de pronto se iluminan y se aclaran. Esos mismos ojos con los que hipnotizó a cientos de colombianos a través de la pantalla.
“Ella era una mujer dulce, pero, al mismo tiempo, firme. Recuerdo que me gustó que no estaba vestida con una bata de médico, sino, todo lo contrario, lucía una falda larga de flores que jamás olvidaré“, cuenta.
En cambio, los terapeutas que la habían atendido la aturdían con muchas preguntas, lo que hacía que su ansiedad y angustia aumentaran. Pero la vida la hizo coincidir con esta mujer que, con amor, la ayudó no solo a enfrentar sus miedos más profundos, sino que además la conectó con su relación más duradera y placentera, la escritura. Precisamente cuando escribe, siente como si estuviera atravesando un río lleno de sonidos y palabras que la conducen a conocerse a sí misma.
Diario Criterio habló con ella sobre las cicatrices que le provocaron ciertos amores del pasado, las emociones y pensamientos que experimenta cuando se sienta a escribir, y su fascinación por la filosofía.
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Diario criterio: ¿Cómo es un día en la vida de Margarita Rosa de Francisco? ¿Cuántas horas al día le dedica a la lectura y a la escritura?
Margarita Rosa de Francisco: Pues fíjate que ahora, como estoy estudiando Filosofía, en la Universidad (UNAD), me doy cuenta de que escribo y leo mucho todos los días, ya que debo cumplir con las exigencias académicas. De alguna manera, dentro de estos ensayos académicos, yo trato de incluir algo de Margarita va sola, como puedo, tratando siempre de que los ensayos tengan algo de literatura y de mi esencia. Por otro lado, la escritura que hago por inspiración no llega siempre, es por oleadas. Ahorita, por ejemplo, está quieta.
Diario Criterio: En este libro de usted confiesa: “Últimamente me despierto contenta de vivir. Antes no era así. No entendía cómo la gente podía ser feliz. Sentía constantemente en el estómago una espada clavada sin entender por qué. Tampoco sé en qué momento comencé a sacármela. Creo que mi curación inició cuando conocí a Y. Ahora veo que llegó a mi vida para eso”. Hablemos de ese proceso de curación contra esos pensamientos que tanto la atormentaban por esa época de su vida…
Margarita Rosa de Francisco: Yo no tuve la intención de sanar. Simplemente me metí con un hombre, pero esa relación no pudo ser. Él tomó la decisión de terminar la relación. En ese momento, el sentirme sola, abandonada, me hizo tocar bastante fondo. Yo siento que empecé a curar muchas cosas de mi vida cuando pasó eso. Era alguien a quien, en ese momento, yo creía que quería mucho. Estaba más bien ensimismada con esa persona y él no quiso seguir.
Diario Criterio: ¿De que manera Margarita sobrevive precisamente a ese duelo?
Margarita Rosa de Francisco: Muriendo. No sobrevivía, moría, moría todos los días, sentía que moría. Yo sentía que nunca me iba a reponer. Había tocado bastante fondo y eso me angustiaba. Sinceramente no sé cómo hace una, pero algo en el inconsciente hace que una vaya retomando poco a poco el camino. No sé ni como me curé porque estar con él me daba mucha angustia, tenía temor de que se fuera. Finalmente se fue y afortunadamente, porque me curé (risas).
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Diario Criterio: En su primer libro, ‘El hombre del teléfono’, publicado en 2016, usted le cuenta al lector lo difícil que fue vivir en otro país y principalmente lo difícil que fue lidiar con la soledad. En cambio, en ‘Margarita va sola’, el lector se encuentra con una mujer independiente, autónoma, que no le teme a la soledad. Todo lo contrario, es una mujer que goza y disfruta de su propia compañía. ¿Cómo logró con los años este acercamiento con la soledad?
Margarita Rosa de Francisco: Tuvo que ver con el hombre del que te hablé anteriormente. Él fue definitivo porque una vez yo me siento como la mujer más miserable del mundo y siento que me voy a quedar sola para siempre, es ahí cuando digo: “Yo creo que en esta vida no me tocó vivir con alguien”; pensaba que nunca más iba a tener novio. Ahí fue cuando reconocí o me di cuenta de que estar acompañada o vivir la vida junto a alguien también resulta ser una imposición de la cultura, una norma.
Pero en ese momento descubrí que yo me siento muy bien sola. En la actualidad, tengo un compañero con el que me entiendo perfecto, pero porque el hombre sabe a qué palo se arrimó (risas), así que él respeta mucho esos espacios que necesito y yo creo que por eso nos entendemos. Pero antes de encontrarlo a él yo ya venía tranquila estando sola. Él aparece cuando yo tenía mi soledad instalada y me sentía orgullosa de ese momento de mi vida.
Lo que pasa aquí en nuestra cultura es que la ‘soledad’ de las mujeres tiene una connotación triste o resulta sospechosa. Pareciera que no fuera una decisión autónoma, siempre suele verse como si tuviera ‘un problema’. La mujer que decide estar sola está sana mentalmente, te lo digo sin dudar. Por eso en este libro exploro mi relación con la soledad.
Diario Criterio: Una vez el lector se sumerge en las páginas de este libro, se encuentra con una Margarita más reflexiva, sin duda más segura de sí misma. ¿Cree que esos cambios en su vida contribuyen a su relación con la escritura?
Margarita Rosa de Francisco: Indiscutiblemente. La escritura ha sido mi gran aliada. Sin ella no hubiese podido atravesar ningún estadio de mi vida. Yo necesitaba contarme mi propia vida. Siempre lo he necesitado.
Diario criterio: En su libro usted menciona algo que de seguro a muchas personas les ha pasado y es que la lectura no siempre produce placer. Hay momentos donde es difícil de comprender, entender y asimilar. Por ejemplo, usted cuenta lo complicado que le resultó entender algunos libros de filosofía. Sin embargo, también menciona en su libro: “Hay escritores que me resultan difíciles o insoportables, pero jamás les dejo su libro tirado”. ¿A qué convicciones se aferra Margarita para cumplir la promesa de terminar un libro?
Margarita Rosa de Francisco: Me gusta pelearme con los autores cuando no los entiendo. La pelea me parece fascinante. Por estos días hablaba del envejecimiento, y no necesariamente porque las cosas no me gusten o sean desagradables tengo que dejarlas o me tengo que negar la posibilidad de mirarlas. Así mismo me pasa con los autores que me resultan difíciles. Por ejemplo, dos autores con los que me he peleado recientemente son Hegel y San Agustín. Me desespero, pero al mismo tiempo me gusta explorarlos.
Diario Criterio: Hablando de filosofía, en una parte del libro usted afirma: “Vivir parece tratarse de eso: de no alcanzar la verdad sobre nada”. ¿Por qué?
Margarita Rosa de Francisco: Hay mucha guerra por cuenta de la verdad. Ahora estamos en estas guerras económicas y ya como que ni la verdad importa. Antes la guerra era por quién tenía la verdad y esta verdad precisamente la produce el poder, que instituye que cosas deben sonar a verdad y que cosas no. Además, tienen los medios, las estrategias y las técnicas, para instalar ciertos discursos como verdades. De ese modo, por la forma en que las sociedades o individuos se conectan, por la diversidad de relaciones y por el carácter diferente que esas tienen, no es posible determinar la verdad absoluta.
La verdad para mí es el resultado de una emoción. La verdad para mí no es un hecho, una determinada interpretación o una premisa lógica… yo la siento como el resultado de una emoción, que es precisamente lo que hace el arte; este transmite una vibración y el ser que está del otro lado puede observarla, recibirla. Para mí ese movimiento es la verdad.
Diario criterio: En el libro les cuenta a los lectores sobre la lucha qué enfrenta a diario por estar más delgada. Confiesa que su cuerpo le gusta más cuando su cintura mide 63 y sus caderas 93, pero conforme se avanza en estas páginas también menciona que su relación con su cuerpo ha cambiado y que ya no es tan estricta como antes ¿Cree que la escritura le ha permitido cambiar la relación con su cuerpo?
Margarita Rosa de Francisco: Yo siento que el cuerpo es un texto. El cuerpo es también literatura… Al mismo tiempo que estoy escribiendo con mi mano, mi cuerpo también escribe. Es que tú me haces pensar en lo importante que ha sido para mí la escritura. Nunca, hasta este momento, me había dado cuenta de lo vinculante que ha sido la escritura para reconocer mi propio cuerpo, mi vida, mi existir en este mundo. No había pensado nunca que hubiera sido tan importante, lo estoy descubriendo justo en este momento aquí con vos (risas).
Diario Criterio: Hablando del título de su libro, ¿qué es lo mejor de que Margarita vaya sola?
Margarita Rosa de Francisco: Que no es verdad (risas). Es un anhelo: ir con mi pensamiento sola, poder expresarlo… pero, como ves, una nunca piensa sola. Aunque quiera, no es así. Toda esta conversación que hemos tenido me nutre, entonces yo pienso en comunión contigo, en lo que me has enseñado hoy. No pienso sola porque leo y esos pensamientos me alimentan. Así como todas las conversaciones que he tenido durante esta semana con los lectores y con tantas personas con las que he compartido.
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14 Comentarios
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Definitivamente se aprecia una Margarita más reflexiva y más tranquila. Bien por ella.
Se aprecia una persona más madura reflexiva y muy estudiosa, valdría la pena leer su libro
Buena entrevista
Excelente cómo la entrevista contribuye a que la autora se enriquezca con nuevas exploraciones de su condición ideal. Queda una buena expectativa de leerla
Excelente escrito.
Buenas preguntas, escudriñando en lo más íntimo a la entrevistada.
“Pero antes de encontrarlo a él yo ya venía tranquila estando sola. Él aparece cuando yo tenía mi soledad instalada y me sentía orgullosa de ese momento de mi vida.” Me gusta esa frase que aparece en Margarita ante una de las preguntas que orientan esta interesante conversación con Elena. Siento que desde allí se hilan temas centrales como eso que alguna vez un filósofo llamaba el elogio de la dificultad.
Se sintió que se logró construir un encuentro sincero. Que especial!!! y que bien por Margarita que escribe y Elena que lo documentaste de esta forma, gracias. 🙂
¡Hermosa! linda conversación.
¡Hermosa! linda conversación.
Una entrevista interesante, es difícil pensar que alguien como margarita una mujer de farandula, fachadas y pantalla… Tenga inseguridades en su vida y que nos muestre fragmentos de esto.