María Fernanda Cabal, ¿jefa de la oposición en Colombia?

La llegada al poder Ejecutivo del compañero presidente Gustavo Petro implica que, por segunda vez, al Centro Democrático le tocará ejercer la oposición en el Congreso, ahora, sin Álvaro Uribe.

Todo indica que la vallecaucana María Fernanda Cabal podría ser quien lidere, en el Congreso, la desgastada bancada del Centro Democrático, en oposición al gobierno de Petro.

Desde el gobierno de Juan Manuel Santos, tenemos un Estatuto de la Oposición que les otorga a los partidos reconocidos legalmente y movimientos significativos de ciudadanos con representación en el Congreso el derecho a la réplica, representación en las mesas directivas, espacios en los medios y al financiamiento de sus actividades.

Además, la ley permite que las organizaciones políticas opten por declararse en oposición, independientes o de gobierno. Hasta ahora, en el Senado, el único partido que se declaró en oposición es el Centro Democrático, mientras que en la Cámara lo hicieron el mismo partido, la Liga de Gobernantes Anticorrupción y el Consejo Comunitario de Comunidades Negras Fernando Ríos Hidalgo, con su único representante, Miguel Polo Polo.

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El ejercicio del gobierno y la oposición, al menos en el siglo XIX, se hizo básicamente a punta de bala en nueve guerras civiles. Estas fueron urdidas primero por militares protagonistas de la guerra de la independencia contra los españoles y, después, por grandilocuentes políticos civiles, expertos en poesía, filología y lingüística.

En la primera mitad del siglo XX, la oposición en el Congreso la ejercieron brillantes hombres de verbo encendido, como Rafael Uribe Uribe, Jorge Eliécer Gaitán, Laureano Gómez, Guillermo Valencia, Augusto Ramírez Moreno y Fernando Londoño Londoño.

En la segunda mitad, durante el Frente Nacional, entre 1958 y 1974, liberales y conservadores se repartieron milimétricamente los cargos y los contratos públicos; se borraron las fronteras ideológicas y la palabra oposición desapareció del escenario político. 

Después, a finales del siglo XX, se destacaron con nitidez hombres como Álvaro Gómez Hurtado, Luis Carlos Galán y Horacio Serpa. 

En la primera parte del siglo XXI, han descollado en el Congreso Gustavo Petro, Álvaro Uribe, Iván Cepeda Castro, Claudia López y Piedad Córdoba.

Aunque la burguesía liberal-conservadora manejó a su antojo el país y para ser presidente de la república o jefe de la oposición se requería ser de muy buena familia, en esta última oportunidad ganó un hijo del pueblo, cuyo único familiar conocido públicamente era el cantante Noel Petro, conocido como el Burro Mocho.

Ahora, cuando a Álvaro Uribe le va a tocar permanecer en ‘crocs’ y cuidando a sus nietos la mayor parte de su tiempo, todo indica que la vallecaucana María Fernanda Cabal podría ser la persona que lidere, en el Congreso, la desgastada bancada del Centro Democrático, en oposición al gobierno de Petro. Porque aun cuando Miguel Uribe Turbay fue cabeza de lista y le ganó en votos a Cabal, no tiene ni su perrenque, ni su atrevimiento ni su sentido mediático. 

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Falta ver, claro está, si la designan como vocera del partido o ‘jefa de la oposición’, habida cuenta que su incontinencia verbal la lleva a pronunciar continuamente frases políticamente incorrectas que producen hilaridad. Hoy por hoy, es la predilecta de los medios, en los que se la observa muy segura y aguerrida. Ha impuesto un estilo lejano al mundo de los estadistas, pero truculento y efectista en los medios.

Sus declaraciones sobre los dirigentes de su propio partido dan cuenta de su excelente puntería para arrojar fuego amigo. Para empezar, no le tembló el tono de su voz para contradecir y señalar públicamente a su mentor, Álvaro Uribe, de enviar un “mensaje confuso e incomprensible”; cuando colocó como cabeza de lista del Senado a Miguel Uribe Turbay, que no tenía la trayectoria de ella en esa agrupación política. 

O para que supiéramos, por filtraciones de audios, que, para ella, el presidente Duque era “un gordo marica; un “liberal de izquierda”, ”mamerto” y que “ese güevón trabajó en Washington toda la vida y le cargaba la maleta a Uribe cuando iba de viaje”. Mejor dicho, no dejó títere con cabeza.

También, por su boca, supimos que la bancada del Centro Democrático era una “vergüenza”, que ‘Luigui’ Echeverry es un vago que “no sirve pa’ un culo”, que “José Obdulio es el ala marxista del uribismo” y que “Zapateiro es un desastre”.

María Fernanda Cabal, quien había vaticinado que Trump obtendría su reelección en Estados Unidos y que Petro jamás sería presidente de Colombia, calificó de “diabólica” la elección de este último y continúa asegurando que “todavía no sabe de dónde este gobierno sacó esa cantidad de votos”.

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La senadora, que años atrás había asegurado, sin sonrojarse, que el “Ejército es una fuerza letal de combate que entra a matar” y “si uno pone a trabajar a los negros, se agarran de las greñas, ha hecho y continuará haciendo las más desobligantes declaraciones en contra de los nuevos ministros y los altos cargos del nuevo gobierno.

Porque si usted no es indígena, no es gay o no tiene el color de piel negro; pues, no. No compite”, dijo, tal vez en referencia a la designación como embajador ante Estados Unidos del exministro afrocolombiano Luis Gilberto Murillo, sobre quien dejó entrever que lo designaron por su color de piel; y el de la lideresa social arhuaca Leonor Zalabata Torres, como embajadora ante la Organización de Naciones Unidas (ONU), de quien aseguró que no estaba capacitada para el cargo porque no sabe inglés, pese a su trayectoria, reconocimientos internacionales y a que la misma ONU señala que el español es uno de sus idiomas oficiales.

Aparentemente ofendida por el nombramiento, escribió que a Petro “solo le falta montar la Minga y suprimir la policía. Así culmina su delirio ‘incluyente’”.

Del canciller Álvaro Leyva Durán, el más preparado de los colombianos para consolidar la paz, María Fernanda Cabal dijo que era el canciller de las Farc. “El gran problema de Colombia es la ausencia de justicia, si no hubiera esta ausencia, Leyva estaría en la cárcel”. Del ministro de Defensa designado, que “fue un depredador con la excusa de una causa justa, que es la lucha anticorrupciónTribunales del horror es lo que nos espera con Iván Velásquez”.

El Centro Democrático sigue en picada y María Fernanda Cabal, en alza. Con ella como jefa de la oposición, el partido seguramente perdería la capacidad estratégica que Uribe otrora le imprimió. Me atrevo a señalar que, muy pronto, se convertirá en la jefa natural de una nueva colectividad política más pequeña, radical, ruidosa y efectista.

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4 Comentarios

  1. Ernesto Díaz Ruiz

    Muy buen texto, escalofriante vaticinio al final.
    Por mí, que esa ultraderecha recalcitrante se apague como una veladora que alumbra a su santo patrón, Uribe.
    Albergo la esperanza de un programa pedagógico transversal a varios ministerios, sobre la verdadera historia del país, que saque de la mente de los uribistas y derechistas de estrato 2 y 3, el lavado de cerebro que hace que ese sector de la política, saque tantos votos.
    Gracias Pedroluis.
    ¡Abrazo!

  2. La ignorancia es la esclavitud del nuevo mundo.
    La educación es la libertad de consciencia,del libre pensamiento y el nuevo desarrollo con equidad, inclusión y justicia; no con las armas y la violación de los derechos y especialmente de los indefensos cómo lo pregona canal y su grupo.
    El caso de polo polo,es un personaje de mediano cerebro con la diferencia que sus orejas son semejantes a los humanos..

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