Medellín: cambio en la cultura, el temor de muchos…

Néstor López, gestor cultural

La cultura en Medellín no está en crisis, como algunos antiguos beneficiarios que recibían millonarios contratos o dádivas del sector lo están queriendo mostrar. Es claro que esto cambió con la Alcaldía de Daniel Quintero.

El último año, hemos visto cómo algunos líderes culturales, artistas y organizaciones se manifiestan sobre lo que ellos llaman una crisis de la cultura en Medellín. Textos, declaraciones, marchas a las que decenas de personas han acudido; artículos de periódicos donde se repiten sus declaraciones y posts inundan cotidianamente nuestras pantallas.

Ante ello, muchos hemos estado en silencio, por evitar confrontaciones que, creíamos, le hacen más mal que bien al movimiento en la ciudad. Sin embargo, ante lo que se ve como una estrategia para construir una realidad ‘fake‘, es necesario compartir versiones de quienes ven un panorama diferente y piensan que la cultura en Medellín no está en crisis, sino que está cambiando (saludos Gramsci).

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Recientemente, algunos comunicadores han hecho eco de esas opiniones dadas por quienes, en varias cartas y documentos públicos, se autodenominan como “el sector cultural de Medellín”, conformado, sorprendente y fundamentalmente, por un grupo de exfuncionarios y excontratistas de alcaldías anteriores; además de organizaciones, personas y artistas especialmente beneficiados (‘fortalecidos’) de esas administraciones que, ahora, también califican de retroceso e, incluso, faltas de respeto las acciones de política pública y el estilo de liderazgo del secretario de Cultura de la administración de Daniel Quintero.

No hay pie a retórica. Es obvio que un exfuncionario o un excontratista esté inconforme con una administración de la ciudad donde no son ellos los que deciden el enfoque de la política cultural o no son directamente los que la ejecutan. Para eso participaron activamente en las elecciones de 2019 con sus candidatos.

Querían mantener (el equipo del señor Federico Gutiérrez) o recuperar el poder perdido (los equipos de Alonso Salazar, César Hernández y Alfredo Ramos). La frase dicha por estos equipos y sus aliados, de que la administración actual es “lo peor en 20 años” se entiende perfectamente desde estas razones de añoranza de poder y generosos contratos perdidos. Y más, en estos tiempos de precandidaturas (varios de ellos buscan regresar otra vez en 2023).

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También resulta comprensible que algunos colegas perciban como retroceso la pérdida de privilegios que tenían en administraciones donde, a dedo (sí, a dedo), se les entregaban decenas y cientos de millones de pesos para su ‘fortalecimiento’; mientras que otras organizaciones teníamos y tenemos que competir, en franca lid, por recursos en convocatorias públicas.

En esa época, entre 2008 y 2011, especialmente, lo público no era de todos, como lo dice hoy un trovador excontratista privilegiado de la época. No. Lo “público” era para él, su entidad y algunos otros, varios de los que hoy hacen parte del colectivo de intereses que ciertos comunicadores y medios respaldan a raja tabla, evidenciando una absoluta falta de rigor, y conocimiento crítico del devenir cultural y de criterio.

Los hechos son tozudos: en 2010, solo por citar un ejemplo, los recursos de Agenda Cultural —llamados entonces Medellín es un gran escenario—, superiores a los 1.000 millones de la época, se repartieron a dedo entre 44 organizaciones. Varias de las que hoy se quejan recibieron entre 45 y 105 millones de la época por compra de funciones.

El siguiente gobierno decidió entregar los dineros para Agenda Cultural a través de convocatoria pública abierta e inmediatamente favorecieron a más de 150 organizaciones, grupos y colectivos que, masivamente (más de 400 propuestas) se presentaron. Como se ve, la opción de equidad e igualdad de condiciones de participación molesta a los privilegiados de antes que confunden esos privilegios con derechos adquiridos. Alguno se atrevió incluso a decir que un colega que le ganó en 2022 una convocatoria en el Secop II, le había “robado” su proyecto. La transparencia les molesta.

La cultura nos mueve en Medellín
La cultura nos mueve. Foto: Secretaría de Cultura de Medellín.

Igual ocurre con las cifras del histórico del presupuesto para la cultura citadas en artículos en los que se dan datos reales, pero con un análisis errado, ‘amañado’, si se quiere. Y es que si es cierto que el mayor presupuesto anual ejecutado en cultura (hasta ahora) fue en 2019 (no 2018), último año del gobierno de Federico Gutiérrez, con algo más de 154.000 millones de pesos.

Lo que no se dice es que, comparativamente, entre gobiernos locales, el primer trienio de Daniel Quintero es el de mayor inversión de la historia, con algo más de 403.000 millones de pesos; seguido por el de Fico, con 371.000 millones. Y, muy seguramente, la administración de Quintero será la de mayor inversión de la historia con una cifra cercana a los 560.000 millones que superarán la de los tiempos de Gutiérrez.

Así, las razones de los beneficiados por lo que algunos llamamos el clientelismo cultural de años y administraciones anteriores, de los exfuncionarios y excontratistas añorantes de poder, sumados a los abiertos enemigos políticos de la administración actual de la ciudad, son completamente entendibles en una Medellín que está cambiando los paradigmas de la forma como se ejecutan las políticas públicas de cultura y arte, dando prioridad a la equidad para incluir a más actores; disminuyendo las prácticas del perverso clientelismo cultural (tú me contratas y yo te trato bien, o si no…), modificando las convocatorias con el fin de priorizar el acceso de organizaciones culturales a la contratación, en igualdad de condiciones, con otros pares.

También, con el reconocimiento y validación de los espacios formales de participación, generando mayores oportunidades para que la industria cultural crezca, teniendo en cuenta las nuevas ciudadanías culturales y el aporte al desarrollo de procesos alternativos de artes escénicas y acompañando el empoderamiento político de las comunidades, para su propio desarrollo cultural, que hoy multiplicó por tres (sí, por tres) la inversión de cultura en comunas y corregimientos.

Para quienes sus razones son la única razón válida, el ‘respeto’ se traduce en acatar, sin crítica o análisis, sus exigencias. Por eso, se sienten “irrespetados” por un secretario (o cualquier persona) que les muestra otras razones, otros actores a los cuáles también hay que considerar. Un secretario que llama la atención sobre los contenidos de los programas, que les invita a ir más allá del mero contrato e incorporar otros paradigmas de lo que es el ecosistema cultural contemporáneo de una Medellín que, para algunos, debe quedarse en las ideas e instituciones de los años 90, pero con presupuestos de 2023.

Para ellos, lo mejor de la ciudad cultural está atrás. Y a quienes no están de acuerdo con su posición y acción se les da la espalda, maltrata en redes, se les difama ferozmente o se les condena al ostracismo.

Este relato no es nuevo. Ha sido el modus operandi que, durante décadas, vienen usando y que debe ser modificado si queremos un sector que sea protagonista real de la necesaria transformación social de Medellín y no, simplemente, su beneficiario. De lo contrario, continuaremos asistiendo a una cultura del matoneo que ejercen algunos actores para hacerse ‘respetar’ (contratar) por todas las administraciones, pues los argumentos y el diálogo entre diferentes no son lo suyo.

LA cultura popular en Medellín
Foto: Secretaría de Cultura de Medellín.

Esos líderes y organizaciones que se creen las únicas voces autorizadas de la cultura de la ciudad solo esperan ser acatados y contratados. Reconocimiento social y presupuestos. Por eso, exigen al alcalde, al secretario y al propio sector que entren en sus razones sin que ellos admitan escuchar las razones de la ciudad cultural diversa que es la Medellín de hoy.

Y, claro, no validan, ni van, ni participan en las rendiciones de cuentas, ni las elecciones o actividades del Consejo de Cultura ni las permanentes consultas previas para los procesos de estímulos que se han hecho; ni aceptan ceder privilegios para ampliar los derechos de otros actores culturales excluidos de las políticas públicas. No. La única razón que sirve es la de sus intereses.

Tener criterio es saber entender que la verdad de la cultura y el arte en Medellín está más allá y más acá de lo que, hoy, afirma y grita este o cualquier grupo de interés y, obvio, incluso de lo que aquí mismo hoy se escribe. La ciudad cultural de hoy merece romper ese astuto monólogo victimizante y asumir una responsable mayoría de edad, plural y abierta al futuro. Una ciudad rica en su diversidad y necesitada de ampliar el panorama de actores, hasta hoy invisibles e invisibilizados, y reconocer otros liderazgos y pensamientos.

Porque la ciudad cultural es múltiple, diversa y rica en creación. Corran el velo y la verán. Y esa ciudad invisibilizada requiere políticas culturales de equidad y fomento concretas donde todos los ciudadanos, diversos y divergentes, quepamos.

La discusión necesaria siempre puede darse por el enfoque, por el modelo de ciudad cultural que queremos, por el tipo de gestión que hoy prioriza la equidad para todos, por encima del crecimiento que unos cuantos creen merecer para ellos solos; por el estilo de gobierno, por el papel real del Estado en la sostenibilidad de organizaciones y procesos; y por los énfasis.

Pero no le queda bien a nadie, y menos a nuestros periodistas, ‘hacerle conejo’ a la verdad para defender emociones e intereses muy concretos que están alejados de la realidad y sensatez de una ciudad que necesita nuevas maneras de gestionar las diferencias; que requiere políticas e inversiones culturales equitativas para un sector cada día más amplio y diverso y que espera que el elitismo se siga fracturado; la segregación y los cánones que por décadas han dominado una Medellín que hoy necesita establecer un nuevo contrato social y cultural de paradigmas incluyentes.

¿Quién le pone el cascabel al gato?

El capítulo de la inversión de la empresa privada y Comfama en la cultura de Medellín es un tema necesario e imperativo de analizar con mayor profundidad y datos, porque esta filantropía es igual que ciertos almuerzos: no son gratis.

36 Comentarios

    1. Tal cual. Hay gente que se adueñó de esta ciudad por décadas y creen que todos les tenemos que pedir permiso para existir…

    2. Hoy ya no podemos nombrar solo la cultura con una sola mirada, sino en contexto más amplio se nombra las culturas, las artes y los saberes, como un caledoscopio de múltiples miradas, en la Medellin de hoy existen otras narrativas, otros procesos, otras organizaciones, otros colectivos, otras identidades, otras voces que han coexistido en nuestros territorios, y que durante décadas han permanecido, invisibles e invisibilizados, excluidos, no reconocidos de los programas institucionales y de las políticas públicas culturales, se podría decir que son los nadie de las artes y las culturas y que tendrían todo el derecho de reclamar participación, en este sentido hoy es necesario y pertinente que se reconozcan esas otras dinámicas que han venido también aportando al tejido social y al diverso ecosistema cultural, sectores y subsectores que hoy como ayer siguen en el limbo y la horfandad institucional, no hacen parte de ningun programa, ni plan de desarrollo, hoy como ayer aún existen desequilibrios presupuestales, inequidades, aviamos y brechas que se han perpetuado desde administraciones anteriores. Hoy existe un sector cultural fragmentado, dividido, aislado, como una torre de Babel dónde cada uno quiere hablar su propio idioma, su propio discurso de la cultura y sálvese quien pueda, imponer verdades absolutas, pocos espacios para del debate y la reflexión, con argumentos, con ideas, con propuestas y no solo protestas y reclamos de un lado y del otro, insultos, egos, ataques, prevenciones, prejuicios, que no aportan a la ciudad cultural y diversa que hoy queremos proyectar, estamos también en el malestar de la cultura polarizados cómo el contexto que vive el país, es importante escuchar y analizar otros puntos de vista, otras miradas y otras versiones que nos pueden ampliar el panorama para encontrar alternativas que nos permitan mejorar condiciones, la sostenibilidad con equidad y co-existir en la diversidad de procesos y organizaciones que hoy hablitan los territorios de las artes y las culturas locales.

  1. Hombre que no?….basta subirse al metro o pararse frente a la salida de un colegio para darse cuenta de la cultura que se está perdiendo

      1. Se nota q ud esta hablando porque defiende la alcaldía q hace Daniel quintero, a leguas se ve q hace parte de su ideal político, a este artículo se le nota el sesgo político, habla lo mismo q siempre sale a decir Daniel quintero

  2. Hombre que no?….basta subirse al metro o pararse frente a la salida de un colegio o mejor escuchar el boom musical de Medellín para darse cuenta de la cultura que se está perdiendo

    1. Asignar sólo UN MILLÓN de pesos para un solo grupo de títeres ganador, No es Cambio, es una afrenta, de 1.200 millones destinar sólo uno para el teatro de títeres debería darles vergüenza

      1. Absolutamente de acuerdo. si eso es trabajar por la cultura… da vergüenza ese trabajo que tanto defiende el colega! claro, ahora el se ve bajo el cobijo de esta alcaldía y seguramente no hay sesgo de ninguna clase…

    2. Pues puede ser un artículo bien fundamentado, puede que si o no, lo cierto es que aquí si falta la otra mitad de la realidad de ciudad

      1. El caballero busca un contrato con la Alcaldía o ya se lo pagaron para hacer esta pauta publicitaria. Defendiendo lo indefendible.

    3. Es innegable el cambio pero no como lo quieres hacer ver mi querido gestor cultural, lo que mencionas de convocatorias se viene haciendo hace varias administraciones atrás y en cambio algo que hace por ahí unos veinte años no se usaba es la curaduría a dedo que es lo que la actual administración hace para los eventos de ciudad, que es totalmente opuestos lo que quieres hacer ver, ¿eres acaso de la bodega?

      1. Hablo desde el contexto de un Ciudadano y consumidor cultural, que extraña una verdadera gestión cultural que no tenga que ser defendida desde los blogs y artículos de sus contratistas actuales, sino de sus beneficiarios.

    1. Descalificar lo que no le agrada con matoneos innecesarios impide el diálogo necesario. Si usted hace parte del sector cultural sabe que algunos defienden a capa y espada privilegios como derechos y eso no es bueno. Debemos cambiar la forma no sólo de “gestionar” la cultura sino también las diferencias que tenemos de visión dentro de ella. El camino del insulto y la descalificación personal, que usted propone, no nos lleva a ninguna parte. Digo mi versión de la ciudad y espero que los lectores luego decidan de manera autónoma si creer a los argumentos o a los insultos porque, ya lo dijo alguien, a veces duele mucho más el silencio de algunos.

      1. Sucede que su texto se resume en que los que antes recibían, se quejan porque ya no reciben y usted defiende a la administración actual, porque sabe que está recibiendo.

        Usted bien lo sabe porque estuvo en la sede de campaña de Quintero allá en la 80, apoyando a Narváez, quien es hoy Secretario de Cultura, quién además antes era un gestor cultural, ahora es un político raso.

        Estuvo buena la siembra ¿no?

        1. Estamos de acuerdo en que, parte del malestar que expresan algunos colegas y organizaciones, tiene que ver con privilegios perdidos que hoy reclaman como derechos.
          Mi llamado es a que elevemos el debate, hablemos de enfoques y de procesos, logros y dificultades que, obvio, las hay. Desvirtuar los argumentos presentados con “está recibiendo” es mentiroso y desvía el debate hacia algo que no aporta. Como gestor cultural presentamos proyectos a convocatorias desde hace 29 años. Es parte de la vida cotidiana de quienes estamos en este mundo de la cultura. Usted bien lo sabe, uno no “recibe” un recurso, la propuesta que concursa sale beneficiada o no, de acuerdo con evaluaciones jurídicas, técnicas, creativas y financieras. No es el dedo de nadie como lo sugiere. Ahora, claro que celebro el aumento de convocatorias públicas porque el aumento de oportunidades permite consolidar procesos que, antes, tenían que ver como había una “fila preferencial” y ahora a todos se nos trata por igual. Esa equidad la celebro y la celebraré. Nunca me ha gustado lo de Revolución en la Granja de Orwell, en donde todos los animales eran iguales, pero, tal como hasta hace poco en la cultura de Medellín, había unos más iguales que otros.
          Su recuerdo del encuentro, donde estuvo también usted presente, es valioso para ratificar que, siempre, he hablado y hablaré con todo aspirante a ser alcalde que nos invite a hablar sobre las necesidades del sector. Algunas recomendaciones, incluso el hoy Alcalde Daniel Quintero las incorporó en su programa de Gobierno. Eso lo celebramos los ciudadanos que creemos en la participación. También celebramos que, sin conocer previamente al actual Secretario, el Alcalde le haya invitado a ser parte de su gobierno por el valor de sus recomendaciones y, además, por su trabajo de más de una década en el sistema municipal de cultura como consejero. Nunca un Alcalde había tenido en cuenta para su equipo directivo a personas “nacidas” en los procesos de participación cultural. Para mí eso es de celebrar, no de criticar.
          La mayor equidad, el aumento histórico de los procesos y recursos para la cultura en las comunidades, el reconocimiento de otras ciudadanías culturales y la consolidación de Medellín como capital de la creatividad y la industria musical que, además, irriga recursos necesarios para los procesos alternativos de artes escénicas, son algunos de los logros que me hacen decir, sin pudor, que, claro, celebro esa conversación en donde usted también estuvo. La ciudad cultural para la equidad gana, no la de los privilegios que, algunos, tal vez esa misma noche, fueron a defender y que hoy extrañan.

          1. La foto con pose de “gestor cultural” del columnista y que él mismo responda en la caja de comentarios con otro “artículo” para justificar el que ya ha escrito, delatan cierto desvarío. Por más que intente negarlo, la columna dista mucho del tema que plantea y es un claro ejemplo de propaganda política. El único acierto cultural que le hemos visto al Alcalde Quintero ha sido promover el reencauche de unos viejos vestidos de adolescentes que jamás hicieron algo verdaderamente REBELDE.

  3. Simón Naranjo Pérez

    El señor Néstor López ha estado tan acostumbrado a los sótanos que cree que todos los artistas vivimos en las alcantarillas.

    1. El lugar donde me ubica es un lugar que asumo como opción de vida. Y es verdad, personas como yo hemos estado debajo del techo de cristal de esta Medellín que amamos, exiliados a veces, silenciados muchas, pero va siendo hora que las personas escuchen a sus “bárbaros”….habrá ciudad posible después? Insultar es fácil, argumentar no tanto. Lo invito a la zona de los argumentos. Tal vez nos podamos encontrar en la ciudad posible donde gente como yo, del under, del sótano (Saludos Thomas Bernhard) podamos convivir en la diferencia.

  4. Patricia Valencia Estrada

    Es cierto que se está invirtiendo más en estímulos, pero también se deja la gran mayoría de dineros para contrataciones directas, como en alcladías anteriores. La discución como lo indicas, mi querido Néstor, es por la cultura que queremos en la ciudad, pero una ciudad en crisis económica y con una falta de oportunidades laborales reales abismales. Decir que un estímulo de 3, 4 o 5 millones, para darlo a un grupo 5 o 6 integrantes (popular, orquestas, chirimía, urbano, etc), una vez al año, cuando se presentan 120 o 200 grupos en cada estímulo, da cuenta que esos dineros no podrán llegar de manera equitativa a la cantidad de personas que están compitiendo por estos recursos, así se dupliquen. Hay que mirara, de verdad, cómo hacer que más personas puedan acceder a estos recursos, pero de manera, justa, realemtne equitativa.

    1. Estimada Patricia, totalmente de acuerdo con la necesidad de la equidad y leer la realidad. También en aras de la verdad, recordemos que también hay apoyos concertados para proyectos (incluyendo la música) que llegan hasta los 75 millones, que los recursos de agenda que mencionas, no son los únicos y que, comparativamente, Medellín es una ciudad excepcional por su inversión en cultura, por su dinámica, por el empoderamiento de las comunidades con sus procesos…Reflexiones como las que propones son las adecuadas. Romper los insultos (ya aquí mismo vemos que algunos piensan que el insulto fácil les evita el argumento) e ir a los argumentos y lectura de la realidad de manera sosegada, creativa y consensuada es lo que muchos esperamos que se dé. La ciudad es de todos y todos cabemos en ella. No sólo algunos. 🙂

    2. ¿ Y usted está acostumbrado a qué ?. ¿A la bilis y el ataque personal?. ¿Algún día van a responder por las ruinas de la Biblioteca España, por el desastre de Hidroituango, por el ecocidio del Río Cauca, por la Don Bernabilidad y la Oficina de Envigado ???

  5. Ya no se puede hablar de Cultura en esta Ciudad, es más la labor que otrora hacía la Subsecretaría de Ciudadanía Cultural, está opaca por su total ausencia, Bibliotecas y Patrimonio también desacertada en su manejo y las dos son cabezas prácticamente invisibles, mientras que la de Arte y Cultura al mando de una persona sin experiencia y que solo obedece sin más lo que su jefe dice.

    El trabajo en Cultura que se hace desde esa dependencia se traduce hoy en día en la entrega de Estímulos y Eventos a granel, en los que se incluyen los tradicionales de la Agenda de Ciudad, los inventados y los caprichos del Alcalde en apoyar la traída de Bad Bunnys, RBD´s y demás artistas que si bien traen recursos para la Ciudad, no pueden celebrarse como triunfos de la administración y en los que tiene que estar en palco escondido, para que no le halen el pelo, ni lo chiflen .

    No hay un bien planeado ni implementado programa de formación de públicos, no hay fomento al arte, las redes están debilitadas, incluidas tristemente, la de las Escuelas de Música y las bibliotecas cierran sus puertas en festivos, mientas que la Fiesta del Libro está más deslucida que antes y además, no es solo los firmantes de la carta a la que usted se refiere, son varios los hechos bochornosos en los que el Secretario de Cultura se ha visto envuelto, recalcándole a los artistas por ejemplo, que es gracias a su gestión, que ellos se han graduado en el programa de profesionalización de la UdeA, sabiendo bien que es parte de un programa que se ejecuta desde administraciones pasadas, por todo esto y más es que #Nos muere la Cultura en Medellín.

    Nunca los gestores, artistas e interesados en el Arte y La Cultura estuvimos tan mal representados.

    Se cumplió: “No hay cuña que más apriete….que la del mismo palo”

    1. La formación de públicos es un reto de la ciudad cultural, no es sólo una obligación de la Administración, usted lo sabe. Sorprende sí que algunas entidades hayan “extrañado” que les solicitaran gestión de pensamiento y acciones concretas y medibles para que esta apuesta de la ciudad mejorara. Pasar del simple acto instrumental de “comprar boletas” a construir públicos es un cambio de paradigma que, tal vez moleste ahora, pero que es necesario si realmente queremos una ciudad donde el derecho a la cultura sea verdaderamente ejercido por todos los ciudadanos y no sólo por los más informados.
      Las convocatorias para artistas se han aumentado y ampliado el número de beneficiarios. Debe precisar mejor su afirmación.
      Las redes artísticas de teatro, danza y artes plásticas se han mantenido en sus niveles de inversión pero se ha ampliado la cobertura de las mismas y las organizaciones participantes, todas ellas idóneas y reconocidas del sector artístico y cultural. Por esto no estoy de acuerdo con su afirmación. A esto se le agrega que se crearon nuevas redes como la de audiovisuales y la red artística para primera infancia. Estos hechos alejan la idea de debilitamiento que sugiere.
      Estamos de acuerdo en que la Fiesta del Libro necesita una reinvención. Pero su crisis viene de hace casi una década. Para algunos, la Fiesta del Libro desde 2015 es como un día de la marmota permanente. Los mismos con las mismas. Eso debe cambiar. Lo he dicho en muchos escenarios y la razón de su letargo se debe a que está cooptada por intereses muy concretos y por algunos firmantes de la carta que usted cita y que no permiten la innovación.
      Lo sucedido en la U. de A. con la profesionalización hay que entenderlo en su contexto general, de algunos artistas reconocidos de la ciudad, graduandos ese día, que tienen una clara oposición política con la Administración actual y además una reconocida animadversión personal de muchos años con el Secretario de Cultura. Lo anterior, explica en parte por qué un malentendido se convierte en un innecesario escándalo público-político, pues pasamos de un acto de celebración a una escena de confrontación de posiciones, en donde perdemos como ciudad cultural que no aprende a tramitar sus diferencias de una manera más adecuada.
      Invito a evitar las generalizaciones, el “nosotros” de la cultura y el arte en Medellín es muy amplio como para que usted o yo pretendamos abarcarlo.
      Los slogans pueden servir para que cínicos se aprovechen de ingenuos. Este es un espacio de reflexión, por eso no acudo a los slogans. Romper la retórica de la confrontación es hoy un imperativo de la ciudad si queremos construir un futuro para todos.
      Y siempre defenderé la idea de que las artes y las culturas en esta ciudad y en este país se pueden autogobernar.

      1. Usted defiende y seguirá defendiendo lo indefendible, porque además lo dice con afán revanchista y desde un temporal trono de poder al ser uno de los principales contratistas de la Secretaría de Cultura Ciudadana de Medellín y lo dice como si en un tiempo hubiese sido parte de los desposeídos, de aquellos gestores culturales que vivían y que viven todavía de la “ponchera” y de lo que “papa” Estado les pueda proveer para cuadrar sus cajas.

        Ahora lo dice un poco con ínfulas, con la que se le nota en su foto de cerviz erguida y mirada imponente, como lo es la administración actual, que a cambio de planes, aplica ideas creadas y sacadas de un sombrero o de una lluvia de ideas disparatadas.

        Por ahora siga en su cuarto de hora, le quedan menos de 10 meses para seguir en las mieles, todo cambiará a partir de las próximas elecciones porque como veo que le gustan los números, Quintero sigue siendo el Alcalde más impopular que Medellín nunca tuvo y todo lo que huela a él desaparecerá de la “escena”, para utilizar la jerga apropiada.

        Como siempre nada será medido, porque además usted habla de inversiones, pero no de impactos que es la gran debilidad de los programas culturales, nadie ha medido y nadie por ahora, medirá lo que realmente pasa o ha pasado en este cuatrienio ni antes, más allá de “cuántos y cuántas”; le aconsejo que mire el modelo de medición del programa Cultural del Banco de la República, eso es algo de lo que se adolece en la aplicación de los programas culturales de la administración.

        Por ahora solo podremos decir que a todos los que hemos opinado acá, que es un pequeño universo de la realidad, no nos gustó el modelo o intento de administrar el tema Artístico y Cultural en Medellín, que en realidad como usted lo evidencia es un modelo revanchista para quienes no estaban dentro de la “bolsa” antes y no es ni de lejos el modelo plural y democrático que usted defiende, siendo este en general el modelo impuesto por toda la administración, en el que los recientes fallos penales, hablo de la Secretaría de Educación por supuesto, así lo demuestran.

        Todos tenemos un cuarto de hora y usted está en el suyo….claro aproveche.

        Pero los días cada vez son más cortos y los cambios ante la decepción de lo prometido por esta administración, se vienen en breve…..

        He visto a muchos ex, navegando en el olvido y eso que, fueron mucho mejor administraciones, por supuesto, que ésta…

  6. No podíamos esperar otra postura, otra mirada y otro texto de ti, respetado Néstor… Es el Ateneo la casa del secretario de Cultura de Medellín, Álvaro Narváez, y la entidad que más se ha lucrado de su nombramiento. No podíamos esperar menos de ti.

    1. Hola querido Daniel, tienes razón. Sería extraño que personas como yo, que hemos sigo testigos presenciales del ser y hacer de Álvaro Narváez como artista, líder cultural y ahora Secretario, nos quedáramos en silencio ante lo que considero un injusto y sesgado matoneo de parte de algunos también valiosos artistas, exfuncionarios y líderes de organizaciones, que hoy ven sus privilegios menguados por las acciones de equidad que ha implementado esta administración.
      En lo que no estoy de acuerdo es que la entidad a la que le he dado mi vida como gestor, el Ateneo sea “la que más se ha lucrado de su nombramiento”. Sugieres astutamente (Te conocemos querido Daniel) algo que es mentira.
      Tienes fuentes erradas y te invito a que hablemos y con gusto te muestro la verdad de los hechos.
      Nuestra entidad ahora, tal como antes, participa en convocatorias públicas y a veces resultamos ganadores, otras no. Como otras entidades colegas, hemos podido acceder a apoyos y trabajo por nuestra capacidad técnica, financiera, administrativa y experiencia.
      Lo que esta Alcaldía hizo fue ampliar las oportunidades para las organizaciones sin ánimo de lucro, dentro de las que está la entidad en que participo.
      Rompamos Daniel la cultura del chisme y el matoneo con transparencia. Te invito a verificar directamente lo que afirmo.

  7. Títeres Pertrechos

    Volver a la manera clientelista como se repartían los recursos públicos hace quince años, es un Cambio en Reversa, Néstor, a ese cambio no le tenemos temor, le tenemos asco.

  8. Monica Sarmiento

    No hago parte de la gestión cultural, no soy parte de la política pero definitivamente soy artista y consumidora de teatro. Esto que describes no solo se vive en Medellín, la política, la economía y el comercio genera una guerra de poder donde para “los amigos” siempre hay más y para “los otros” ya llegará su hora buena! Es cíclico, es real y tristemente, en la mayoría de las ciudades del país no hay personas que decidan cambiar.
    El gobierno de Quintero trae no hacer lo mismo de siempre, y eso, definitivamente mata de rabia a quienes ya están esperando su “hora buena” encargándose con mentiras y críticas mal intencionadas hacer de su gobierno un villano para este tipo de personajes.
    Gracias por ser voz de muchos quienes no podemos o simplemente no tenemos el valor.

    1. Títeres Pertrechos

      Mónica Sarmiento, seguramente no ha leído los lineamientos de la primera convocatoria de 2023, convocatoria tipo sastre, para favorecer como usted bien dice a “los amigos” , y que además lo dice como si esa práctica, por recurrente fuera “aceptable”, No Señora, esas prácticas son las que esta administración creíamos iba a cambiar, y no, resultaron peores, cuando creíamos que nada podría ser peor aparece esta secretaría a destruir la transparencia que se había logrado con los jurados que evaluaban las propuestas, pero es que ya desde los mismos lineamientos nos excluyen a la mayoría, pero como le digo, supongo que usted no ha leído esos lineamientos, esto no es un asunto de uribistas, fajardistas o quinteristas, NO esto un asunto que compete a los artistas, ese gremio al que usted dice pertenecer.

  9. Como edil de la comuna 13, agradecimiento al Secretario Narváez,por la transformación que le dio al sector cultural, desde la comuna 13 se noto el cambio,hoy disfrutamos el arte y la cultura en las escaleras eléctrica.

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