El comienzo de la ‘merlanopolítica’
Diario Criterio revela documentos que demostrarían que más allá de la aparente rivalidad política entre los Char y Gerlein, en realidad son ´uña y mugre´ en materia contractual. Esto coincidiría con lo dicho por Aida Merlano en su declaración ante la Corte por supuesta compra de votos, cuyo testimonio ya salpicó a Iván Duque, Álvaro Uribe y Juan Manuel Santos, entre otros.
Aida Merlano Rebolledo está a punto de convertirse en la Yidis Medina del presidente Iván Duque y el clan Char de Barranquilla.
Lo que empezó como un escándalo sobre un triángulo amoroso de celos, intrigas y venganzas, lentamente se ha ido convirtiendo en un aparente entramado criminal por presunta compra de votos que ya salpicó a un presidente, dos expresidentes, dos candidatos presidenciales, congresistas, contratistas, alcaldes y concejales.
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Semejante escándalo solo puede ser comparado con el terremoto político y judicial que causó, en 2008, la confesión de la exrepresentante a la Cámara Yidis Medina, en la que admitió haber recibido dádivas a cambio de su voto para aprobar la reforma constitucional del articulito que permitió la reelección del presidente Álvaro Uribe. Ese proceso se conoció como la ‘yidispolítica’.
Lo llamativo de este nuevo capítulo político-judicial es que amenaza nuevamente con escalar hasta la presidencia de la República y poner al descubierto a dos de las casas políticas más poderosas del país: Char y Gerlein.
Si bien, hasta hace un par de días, toda la atención del escándalo se concentraba en estos clanes de Barranquilla y la Costa Caribe, la reciente compulsa de copias que hizo la Corte Suprema de Justicia (CSJ) salpicó al propio presidente Iván Duque.
Todo indicaría que la reciente declaración que rindió la exsenadora Merlano también expuso a los expresidentes Álvaro Uribe Vélez y Juan Manuel Santos. Sumado al precandidato presidencial por el Centro Democrático, Óscar Iván Zuluaga.
Lo poco motivador del asunto es que, por virtud del fuero, algunos serán investigados por la misma CSJ, pero otros casos pasarán a la Fiscalía.
El ventilador de Merlano ya tenía sobre la palestra pública los nombres del también precandidato presidencial Alejandro Char Chaljub; a su hermano, el senador Arturo Char y su padre, el patriarca costeño Fuad Char Abdala. Junto a ellos aparecen los contratistas Julio Gerlein Echeverría y Julio Eduardo Gerlein Villa, hermano y sobrino del fallecido exsenador Roberto Gerlein Echeverría.
También fueron vinculados otros nombres menos conocidos para la mayoría de los colombianos, pero muy controversiales en los mentideros políticos y judiciales de La Arenosa. Se trata de Faisal Jacobo Cure Orfale, Héctor Amarís Rodríguez, Guillermo Polo Carbonell y la representante a la Cámara por Atlántico, Lilibeth Llinás Delgado.
Básicamente, los delitos que Aida Merlano confesó ante los magistrados de la CSJ son de carácter electoral y penal derivados de la presunta compra de votos y la financiación ilegal de campañas políticas.
Ahora, la tarea de ese máximo tribunal judicial será unir con pruebas documentales y testimoniales, cada una de las piezas del rompecabezas que les puso sobre la mesa la exsenadora.
A partir de ahí Diario Criterio investigó una arista de lo denunciado por Merlano y halló que, más allá de la aparente rivalidad política entre Alejandro Char y Julio Gerlein, lo que existe entre esas dos poderosas familias es una jugosa alianza contractual.
Esa coincidencia no sería llamativa, de no ser porque lo revelado por Merlano apunta a que toda la maquinaria electoral y compra de votos que se habría montado en Barranquilla y parte de la Costa Caribe, se estaría aceitando con el dinero producto de la contratación pública que se canalizaría a través de dos empresas: Arroyos de Barranquilla SAS y Serfinanza SA.
Merlano, máquina de votos
En la entrevista que Aida Merlano le concedió al portal Cambio, la exsenadora no dudó en reiterar que el vehículo para mover el dinero con el que supuestamente financian las campañas políticas y se compran los votos, es a través de las empresas Arroyos de Barranquilla SAS y Serfinanza SA.
La primera es una compañía que tiene por objeto la construcción de obras civiles en el sector público y privado. La segunda es una compañía financiera que opera como un banco comercial.
Ambas empresas tienen un elemento común: la familia Char.
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El Banco de los Char
No es un secreto que Serfinanza es una empresa constituida mayoritariamente por los Char, como accionistas, junto con otros socios menos conocidos. Incluso, Patricia, hermana de la exministra Karen Abudinen Abuchaibe, figura como suplente del presidente dentro del gobierno corporativo del banco.
Y, como dato curioso, las 16 empresas de los Char se unieron en un grupo llamado Compañía de Inversiones Olímpica SAS, Coinvol. Lo llamativo es que dos de esas empresas son extranjeras y fueron creadas en el estado de Delaware (EE. UU.), señalado de ser un paraíso fiscal, mismo adonde fueron a parar y embolataron los 70.000 millones de pesos del fallido contrato entre Mintic y Centros Poblados.
Al consultar en bases de datos públicas se puede evidenciar que Serfinanza sí ha sido prestamista de campañas políticas, algo que es legal.
Aunque los dos únicos beneficiarios de esos préstamos y que aparecen en las cuentas de campañas del Consejo Nacional Electoral (CNE) son el exalcalde Alejandro Char Chaljub, con 700 millones de pesos, y la representante a la Cámara Lilibeth Llinás Delgado, con 200 millones de pesos.
Una cifra insignificante al recordar que, de acuerdo con el audio que reveló esta semana el abogado Miguel Ángel del Río, de una conversación telefónica entre su protegida Aida Merlano y uno de sus amantes (Julio Gerlein). Allí Gerlein asegura que la campaña al senado de Merlano le costó 12.000 millones de pesos.
Otro dato curioso del banco de los Char es que en el año 2000 uno de los socios era nada más y nada menos que Guido Nule Amín, quien junto a sus primos (Miguel y Manuel) fueron los cerebros del escándalo del Carrusel de la Contratación en Bogotá.
No se debe olvidar que Nule Amín es cuñado de Alejandro Char, porque él está casado con Katia Nule Amín, hermana de Guido.
Arroyos de Barranquilla
Esta empresa es la verdadera ‘joya de la corona’ en materia de contratación pública en Barranquilla. Su creación y bonanza coincidió con la primera alcaldía de Alejandro Char (2016-2019).
Según datos de la propia Contraloría, ellos concentraron 271.000 millones en contratos solo en la alcaldía de Char y figuran en el top de las tres empresas más favorecidas por esa administración. Cabe aclarar que más allá de las suspicacias, todas las obras se hicieron.
Pero lo que no permite interpretaciones es que, al menos, en el caso de Arroyos de Barranquilla, el aclamado alcalde Álex Char estaría favoreciendo a dos clanes políticos: Char y Gerlein.
La razón es simple de explicar. Resulta que, en el entramado societario de Arroyos de Barranquilla, aparecen otras dos empresas denominadas Jacur SAS y Valores y Contratos SA.
La primera, o sea Jacur, es propiedad de Faisal Jacobe Cure Orfale, el mismo a quien la CSJ pidió investigar en la Fiscalía por presunta compra de votos. La segunda empresa, Valores y Contratos, es una sociedad constructora de la familia Gerlein.
La sorpresa de ese entramado societario radica en que, entre las empresas subordinadas y controladas por Jacur SAS, aparecen otras seis compañías y una de ellas es Desarrollos Inmobiliarios del Caribe SAS, Deinca.
Lo irónico dentro del mundo político de Barranquilla y la Costa Caribe es que, entre los propietarios de Deinca aparecen, entre otros, Fuad Arturo Char Warner, hijo del senador Arturo Char Chaljub.
Esa contradicción (que un Char comparta empresa con un Gerlein) solo podría explicarse al poner en contexto las denuncias que hizo la exsenadora Merlano ante la CSJ, en el sentido de que esas dos familias políticas son rivales en materia electoral, pero aliadas en lo contractual.
Y en esa aventura no les fue mal, al recordar que solo en la segunda alcaldía de Alejandro Char la sociedad Char – Gerlein les permitió ejecutar 271.000 millones de pesos en obras.
Precisamente en la denuncia que hizo Merlano ante la Corte, aseguró que Faisal Cure Orfale fue el encargado de entregarle a Alex Char, una coima por 3.000 millones de pesos.
De la relación empresarial entre Cure Orfale y los Char existen varios rastros. El más visible se puede hallar en la sociedad BSJ Construcciones SAS, donde aparece la huella societaria de la familia Char a través de las empresas Bapacol y Simba SAS.
Una de las críticas más severas que la exsenadora Merlano ha recibido desde que prendió su ventilador contra los Char y Gerlein ha sido justamente la falta de pruebas para respaldar las delicadas denuncias que hizo en la Corte.
Sin embargo, todo parece indicar que, más allá de la truculenta historia de ‘cachos’ y pasiones que intentó venderse en un comienzo por algunos medios de comunicación, la realidad sería otra.
Este escándalo implicaría toda una empresa electoral que ya puso en la mira de las autoridades a dos poderosas familias políticas de Barranquilla, un presidente, dos expresidentes, dos aspirantes a la Casa de Nariño, congresistas, gobernadores, alcaldes, concejales y contratistas. Sin duda, la ‘merlanopolítica’ arrancó.
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11 Comentarios
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Muy buen trabajo investigativo de Diario Criterio. Poco a poco se van aclarando las cosas.
Que buena investigación
Corrupción y más corrupción