Con Abudinen ya van seis ministros que se le ‘funden’ a Duque en lo que va del año

Solo tres ministros se han mantenido en los tres años que lleva Iván Duque como presidente: Jonathan Malagón (Vivienda), María Victoria Angulo (Educación) y Ángela María Orozco (Transporte).

La renuncia de Karen Abudinen como ministra de las TIC —noticia anticipada por Diario Criterio— deja en evidencia la poca estabilidad que han tenido los miembros del gabinete de Iván Duque.

Abudinen anunció su salida ad portas de que se definiera la moción de censura que la Cámara de Representantes adelanta en su contra. La saliente ministra es cuestionada por el contrato de 1,07 billones de pesos suscrito con el consorcio Centros Poblados para suministrar internet a más de 7.000 colegios de zonas apartadas, como parte de un proyecto llamado Centros Digitales. Para ejecutar ese contrato el Ministerio de las TIC entregó un anticipo de 70.000 millones de pesos que aún no aparecen, y las metas de conectividad empezaron a incumplirse.

Aunque Abudinen intentó ‘apagar0 el incendio declarando la caducidad del contrato y anunciando que el proyecto se retomaría con ETB NET, ya la polémica estaba en su punto más candente. Se conoció, por ejemplo, que la póliza que entregó Centros Poblados como garantía del contrato era falsa. Además, una de las empresas que conforman el consorcio tendría nexos con Emilio Tapia y Álvaro Cruz, ambos condenados por el carrusel de contratos de Bogotá.

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Así las cosas, la continuidad de Abudinen en el cargo era insostenible, pese al apoyo que públicamente le dio el presidente Duque —y de su amistad, pues ambos se conocen desde hace 20 años.

Otros ministros que han salido del gabinete durante el gobierno de Duque son Felipe Buitrago (Cultura), Mabel Torres (Ciencia), Alberto Carrasquilla (Hacienda), Claudia Blum (Relaciones Exteriores) y Ernesto Lucena (Deporte), Alicia Arango (Trabajo e Interior), Guillermo Botero (Defensa), Carmen Vásquez (Cultura), María Fernanda Suárez (Minas y Energía), Gloria María Barrero (Justicia), Juan Pablo Uribe (Salud) y Ricardo Lozano (Ambiente).

En algunos casos los cambios se han dado como parte de los compromisos para darles mayor cuota burocrática a los partidos de Gobierno. En otros, como el de Carrasquilla y Botero, por polémicas mucho más grandes.

La reforma tributaria y Alberto Carrasquilla

Las cosas no empezaron bien para Alberto Carrasquilla cuando Duque lo nombró ministro de Hacienda recién al inicio de su Gobierno. Carrasquilla tuvo que enfrentar un debate de moción de censura en octubre de 2018, con apenas dos meses en el cargo, por los llamados Bonos Agua, un caso que se remonta a su primer periodo como ministro de Hacienda (2003-2007), cuando promovió una reforma constitucional que les permitía a algunos municipios endeudarse para financiar obras de acueducto y alcantarillado. Carrasquilla es señalado de haberse enriquecido con esos créditos que al menos 117 municipios aún no han podido pagar.

El entonces ministro de Hacienda superó sin problemas ese primer debate de moción de censura. La mayor controversia que enfrentó, sin embargo, fue la de la reforma tributaria. El proyecto, rebautizado “ley de solidaridad sostenible”, generó un estallido social que se extendió por cerca de tres meses y del que aún se siente efectos. Carrasquilla renunció el 3 de mayo y en su reemplazo llegó José Manuel Restrepo.

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Alberto Carrasquilla, exministro de Hacienda

Los problemas en Defensa

Guillermo Botero fue el primer ministro de Defensa de Duque y el segundo miembro de su gabinete en enfrentar una moción de censura.

Botero, que venía de ser presidente del gremio de los comerciantes, Fenalco, recibió fuertes críticas después de que The New York Times, en mayo de 2019, reveló la existencia de una directriz del Ejército que estimulaba las bajas de combate como medida para mostrar resultados, lo que revivía el temor por los llamados falsos positivos. Nicacio Martínez, entonces comandante del Ejército, tuvo que retirar el documento.

La siguiente polémica que protagonizó fueron las declaraciones erráticas sobre el asesinato de Dimar Torres, excombatiente de las Farc, ocurrido en Norte de Santander. Inicialmente, Botero aseguró que la muerte de Torres se produjo por el forcejeo con un soldado. La investigación demostró que uniformados raptaron al exguerrillero, lo torturaron, lo asesinaron, y luego intentaron enterrar el cuerpo.

Finalmente, en noviembre, se conoció el caso de menores de edad que murieron durante el bombardeo a un campamento de disidencias de las Farc, el 29 de agosto de 2019 en San Vicente del Caguán (Caquetá). Botero fue señalado de haber ocultado esa información y enfrentó un segundo debate de moción de censura (el primero fue por el caso de Torres). Ante la posibilidad de que la moción prosperara, el entonces ministro renunció el 6 de noviembre de 2019. Sin embargo, el pasado 23 de febrero, Duque lo designó embajador de Colombia en Chile.

En reemplazo de Botero llegó Carlos Holmes Trujillo, cuestionado por la muerte de manifestantes durante las protestas de septiembre del año pasado. Trujillo falleció el 26 de enero de 2021, y Duque nombró a Diego Molano como ministro de Defensa, que de nuevo ha sido criticado por los abusos de fuerza durante las protestas.

La naranja que no maduró

Carmen Vásquez fue la primera ministra de Cultura de este gobierno. Estuvo en el cargo hasta diciembre de 2020 y actualmente es la embajadora de Colombia en Uruguay. En su reemplazo se designó a Felipe Buitrago, quien se posesionó el 12 de enero de este año y, se suponía, era el escogido para sacar adelante la principal apuesta de Duque: la economía naranja o de las economías creativas.

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Buitrago parecía la persona idónea para esa misión. Este economista trabajó con Duque en el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), donde era consultor para asuntos culturales y creatividad. Juntos escribieron el libro La economía naranja: una oportunidad infinita (2013).

Pero esa oportunidad se volvió muy finita para Buitrago: con apenas cuatro meses en el cargo, el pasado 21 de mayo, salió del Ministerio de Cultura. Y se fue en medio de críticas, precisamente, del sector de la cultura. “Uno puede pensar una teoría, incluso puede hacer un libro sobre el tema y tratar de imponerlo por decreto, pero si no conoce el sector y no hay una traducción real de esa teoría a la práctica, no va a funcionar”, explicó en su momento Rodrigo Rodríguez, fundador de Ditirambo Teatro, a Diario Criterio.

Feliep Buitrago, exministro de cultura y gestor de la economía naranja
Felipe Buitrago, exministro de cultura y gestor de la economía naranja

Deporte y Ciencia, los ministros que Duque estrenó

Fueron los dos ministerios que Duque estrenó en su Gobierno. Para el del Deporte designó a Ernesto Lucena, un abogado que, así como Duque, es egresado de la Universidad Sergio Arboleda. Para el de Ciencia, Tecnología e Innovación la escogida fue la doctora en biología Mabel Torres.

En enero de 2020, cuando Torres llevaba pocos días en el cargo, el periodista de El Espectador Pablo Correa publicó un artículo en el que la cuestionaba por una bebida que ella promocionaba, supuestamente, como tratamiento para el cáncer. Correa decía que la ministra estaba obrando “de espaldas a los métodos de la ciencia”.

Ese artículo abrió un amplio debate sobre el método científico y los saberes ancestrales, en el que intervinieron William Duica, experto en filosofía de la ciencia, y el doctor en biología Orlando Rangel, quienes se pusieron del lado de Torres. Duica, por ejemplo, criticó a Correa por tener un “prejuicio epistémico”: “Un prejuicio que consiste en creer que sin método científico no hay conocimiento”. Rangel, por su parte, cuestionó que el periodista tomara como referencia los índices de revistas científicas para poner en duda la trayectoria de la ministra, sobre todo por el alto costo que tiene publicar allí y las “influencias perversas” que tienen esos indicadores.

Por otro lado, Claudia Vaca y Carolina Gómez, investigadoras del centro de pensamiento Medicamentos, Información y Poder de la Universidad Nacional, resaltaron que, pese a la controversia, el Gobierno nunca se manifestó y que ese episodio dejaba cojo al Ministerio de la Ciencia pues no era claro cómo este iba discutir y formular políticas públicas, o cómo iba a conciliar con gran parte de la comunidad científica que veía con desconfianza su acercamiento a los saberes ancestrales. Torres nunca pudo capitalizar esa controversia para tender puentes o abrir un debate más amplio.

La funcionaria no solo fue cuestionada por ese artículo. También hubo críticas por nombrar como viceministra de Talento y Apropiación Social a Ana María Aljure, una abogada especializada en derecho administrativo que no tiene vínculos con la comunidad científica pero sí con los Char.

Mabel Torres salió del Ministerio de Ciencia en junio de 2021, con el peso de no haber avanzado en la formulación de políticas públicas para la ciencia. Duque designó en su reemplazo a Tito Crissien, que tiene una gran cercanía con la clase política del Atlántico y estuvo inmerso en una controversia por plagio.

En contexto: Ministerio de Ciencia, una cartera con poco ingenio político
Tito José Crissien
Tito José Crissien en su posesión como ministro de Ciencia. Foto: Presidencia.

Ernesto Lucena, por su parte, asumió el Ministerio del Deporte con el antecedente de haber sido deportista de alto rendimiento: fue campeón de squash en los Juegos Nacionales de 2004. La gestión de Lucena se había desarrollado sin contratiempos e incluso recibió elogios por promover la liga femenina de fútbol.

Pero sufrió un revés con la insistencia de organizar la Copa América en medio del mayor estallido social de los últimos años y el tercer y más agresivo pico de contagios. El Gobierno pidió aplazar el torneo, la Conmebol no accedió y Brasil terminó siendo la sede.

Lucena dejó el Ministerio de Deporte en julio de este año y Duque designó en su reemplazo a Guillermo Herrera.

La salida de Lucena, sin embargo, estaría relacionada con un tema de salud. El pasado 21 de mayo le dijo a medios como La FM y Caracol Radio que estaba perdiendo la audición en el oído izquierdo y que tendría que someterse a una cirugía.

La Cancillería

La renuncia de Claudia Blum a la Cancillería de Colombia, en mayo de este año, marcó un giro del gobierno de Duque para intentar recomponer las relaciones exteriores. Como lo informó en su momento Diario Criterio, entre la Presidencia y el Ministerio de Relaciones Exteriores ya había un distanciamiento que se acentuó durante el paro.

Blum llegó a la Cancillería a finales de 2019, cuando Estados Unidos entraba en campaña presidencial. Luego se conoció que miembros del Centro Democrático hicieron proselitismo a favor de Donald Trump. La respuesta de la funcionaria recibió muchas críticas por ser tan escueta, y las relaciones con el gobierno de Joe Biden quedaron lesionadas.

La ministra tampoco salió bien librada después de su intervención ante el Consejo de Seguridad de la ONU, el pasado 22 de abril. Dijo que las disidencias de las Farc eran “incumplimiento de la antigua guerrilla, convertida ahora en partido político”. La magnitud de sus declaraciones fue tan grave, que el propio Emilio Archila, consejero presidencial para la Estabilización, tuvo que salir a desmentirla.

La salida de Claudia Blum
La salida de Claudia Blum. Foto: Cancillería de Colombia

La vicepresidenta Marta Lucía Ramírez asumió, de forma conjunta, como canciller de Colombia.

Por su parte, Francisco Santos salió de la Embajada de Colombia en Washington. Juan Carlos Pinzón asumió ese cargo y reconoció que uno de sus principales retos era recomponer las relaciones con Estados Unidos. De hecho, sin haberse posesionado oficialmente, Pinzón fue clave para lograr la tan esperada llamada de Biden a Duque.

Iván Duque y Francisco Santos. Foto: Presidencia de Colombia
Iván Duque y Francisco Santos. Foto: Presidencia de Colombia
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