‘Mira las luces, amor mío’: una mirada profunda a la vida en los supermercados

La editorial española Cabaret Voltaire acaba de publicar en el país la nueva obra de la galardonada escritora francesa Annie Ernaux, en la que ella analiza la cultura de su país a través del mundo de los supermercados. 

Entre el 8 de noviembre de 2012 y el 22 de octubre de 2013, la escritora francesa Annie Ernaux decidió llevar un diario de sus visitas al supermercado Alcampo, en el centro comercial Les Trois Fontaines, a las afueras de París. El ejercicio, que curiosamente comenzó para la ganadora del premio Formentor como un descanso mientras escribía un libro, pronto se transformó en un proyecto narrativo, en “un listado libre de observaciones, de sensaciones, para intentar captar algo de la vida que transcurre ahí”

Más de Christopher Tibble: ‘El nombre del mundo es bosque’, un clásico de la ciencia ficción contra el colonialismo

Que Ernaux haya sido capaz de convertir sus idas a comprar yogur, emmenthal y croquetas para gatos esterilizados en un libro no sorprenderá a sus lectores habituales. Desde hace medio siglo ella ha escrito una veintena de libros cortos en los que registra episodios de su vida o de su familia, en un estilo que ha sido descrito por su colega Emmanuel Carrère como una admirable “mezcla de autobiografía, historia y sociología”.

Mira las luces, amor mío, publicado en el país este año por la editorial española Cabaret Voltaire, se centra ante todo en la dimensión de la sociología. Se trata de una investigación etnográfica en la que Ernaux analiza y revela los comportamientos de sus compatriotas, al tiempo que evidencia con agudeza las estrategias de adaptación de un negocio inscrito en la lógica neoliberal.

Mira las luces, amor mío
‘Mira las luces, amor mío’, de la editorial española Cabaret Voltaire

Es, a la vez, una especie de compendio de reacciones emocionales ante los estímulos del mercado, todo anclado en la observación pausada, en una mirada honesta que capta con atención aquello que transcurre a su alrededor. “Ver para escribir –nos dice Ernaux–, es ver de otra manera”. 

Ahora, ¿por qué centrarse en el mundo de los supermercados, en especial en una gran superficie como Alcampo? Ernaux, en las primeras páginas de Mira las luces, responde esa pregunta: “Pues bien, si lo pensamos detenidamente, no hay espacio, público o privado, donde deambulen tantos individuos distintos: por edad, ingresos, cultura, origen geográfico y étnico, apariencia. No hay espacio cerrado donde cada uno de nosotros, decenas de veces al año, se encuentre más en presencia de sus semejantes, donde cada uno de nosotros tenga la oportunidad de atisbar la forma de ser y de vivir de los demás“. 

Puede leer: ‘Camposanto’, un juego de espejos sobre el olvido

En Mira las luces, Ernaux escribe de manera tan abarcadora que sus lectores podrían ser analistas del año 2300 a cargo de una disertación sobre la vida en las primeras décadas del siglo XXI. Además de observar, por ejemplo, cómo cambia la clientela según la hora, o las mañas de la gente para no pagar el parqueadero, a lo largo del libro Ernaux describe los espacios físicos del supermercado con lujo de detalles: sus entradas, secciones de descuentos, escaleras eléctricas, cámaras de seguridad, hasta el cableado del techo. Regresa una y otra vez a la sección de libros y a las cajas registradoras, ese espacio particular donde somos “observados y observadores, oídos y oyentes… simplemente captándonos de manera intuitiva, flotante”

Uno de las reflexiones más interesantes de Ernaux tiene que ver con la idea del tiempo. En una de las entradas del diario, concluye que los supermercados no tienen tiempo; existen, más bien, en un presente continuo, que se repite una y otra vez. Es, nos dice, un espacio sin historia, en el que “hasta la memoria permanece muda”. Pero más adelante recula.

El ejercicio mismo de llevar un diario, de constatar la evolución temporal de un punto fijo en el espacio (como lo hace, en otro contexto, y con otro fin, la novela gráfica Aquí de Richard McGuire), la hace testigo de su lógica económica, que logra al mismo tiempo explotar a miles de personas y convencer a sus clientes, por medio de descuentos y buenos precios, que se trata de una “institución benéfica”

Annie Ernaux. Foto: Babsy
Annie Ernaux. Foto: Babsy

Mira las luces es un libro que genera extrañeza porque nos hace conscientes de la configuración y de la corta existencia histórica de un lugar que damos por sentado y en el que, por lo general, actuamos de forma automática. Es una obra sobre la indignación y la fascinación, sobre la impotencia y el encanto, que atisba magistralmente la vida cultural de una población a través de un espacio que, en 50 años, probablemente será evocado por los niños con la misma nostalgia que sienten los viejos por las tiendas de barrio.

También puede leer: ‘Jaguar’, una mirada coral a la violencia en Colombia

4 Comentarios

Deja un comentario

Diario Criterio