Perú: ¿qué pasará con el cadáver de Abimael Guzmán?
¿Cremarlo y tirarlo al mar o entregarlo a una tercera persona para darle sepultura? La muerte Abimael Guzmán, el líder histórico de la extinta guerrilla peruana Sendero Luminoso ocasiona, un dilema, en medio de un vacío legal, que podría tener una difícil salida.
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El destino del cadáver del jefe del derrotado grupo maoísta está en manos de la fiscalía de Perú, tras el reclamo de su encarcelada viuda de recibirlo a través de una tercera persona para darle sepultura. Hay quienes temen que, de acceder a esta solicitud, el lugar de sepultura de Guzmán pase a ser un controvertido (e ilegal, según las leyes peruanas) lugar de culto.
Según la fiscalía, Guzmán murió de “neumonía bilateral” a los 86 años, en una prisión de máxima seguridad donde cumplía cadena perpetua desde 1992. Su cuerpo estaba el domingo en la morgue del Callao bajo custodia policial, a la espera de una decisión judicial sobre su suerte.
Dilema judicial
La ley peruana señala que solo los familiares directos pueden recibir los restos de una persona que muere en prisión. Pero dado que Guzmán carece de parientes conocidos y su esposa está presa, surgieron voces que piden cremarlo y deshacerse de las cenizas ante el supuesto vacío legal.
Pero Elena Iparraguirre, la esposa de Guzmán y número dos de la organización maoísta, autorizó legalmente desde prisión a Iris Quiñonez, una excompañera de prisión, para solicitar y recoger el cuerpo de la morgue. En un comunicado, las autoridades anunciaron que “la petición será evaluada en las próximas horas por la fiscalía del Callao“.
Iparraguirre y Guzmán, que fueron capturados juntos un 12 de septiembre de 1992. Estaban en prisiones diferentes cuando se casaron en 2010. Para conmemorar los 29 años de la captura, cientos de personas realizaron una manifestación en el distrito turístico de Miraflores, con fotografías de víctimas y al grito de “terrorismo nunca más“, para conmemorar los 29 años de captura.
Tumba de Gómez, un posible lugar de culto
Mientras crece la incertidumbre sobre el destino del cadáver, surgen pedidos de una solución política por parte del gobierno del presidente peruano, Pedro Castillo. El analista político Fernando Rospigliosi cree que “los restos del genocida no se deben entregar a familiares. Y si la esposa no lo puede recibir porque está presa, lo lógico y razonable es cremar el cadáver y tirar las cenizas al mar“. Está de acuerdo con que “no se debe crear ningún lugar de culto para sus seguidores“.
El ministro de Justicia, Aníbal Torres, se pronunció también a favor de la cremación de Guzmán. El miembro de la cartera de Castillo señaló que “la vía más apropiada en este momento sería la incineración para no tener un lugar en el cual determinados peruanos quieran rendir homenaje a este personaje“.
Torres aprovechó para recordar que elogiar o negar que Sendero Luminoso hizo terrorismo está penado en Perú. Por lo que “rendirle homenaje, hacer movilizaciones en memoria de Abimael (Guzmán), es apología al delito y pueden ser procesados por esa razón“.
Muerte por covid: ¿otra salida?
El Ministerio Público informó también que la necropsia “concluye que la causa de la muerte sería una neumonía bilateral causada por un agente patológico“. La neumonía bilateral (una inflamación de los dos pulmones) está asociada en ocasiones al covid-19. Guzmán había recibido las dos dosis de una vacuna anticovid entre marzo y abril.
La fiscalía no mencionó si sospecha que Guzmán se contagió de covid-19. Por el momento, aclaró que el cadáver debe pasar por un nuevo examen de “pericias patológicas, toxicológicas, químicas“.
De haber fallecido debido a complicaciones con el virus, el cuerpo de Guzmán correría la mismas suerte que el de los demás fallecidos por el virus en Perú. Sería incinerado, como obliga la legislación sanitaria en aquel país.
Guzmán, responsable de miles de muertos y desaparecidos
Abimael Guzmán, un profesor universitario de filosofía, había sufrido problemas de salud en julio. Pasó sus últimos 29 años preso, cargando sobre su espalda haber sido el responsable intelectual de uno de los más cruentos conflictos en América Latina. La Comisión de la Verdad y Reconciliación señaló que el conflicto peruano interno ocasionado por Sendero Luminoso dejó, en apenas dos décadas, unos 70.000 muertos y desaparecidos.
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Guzmán acabó sus días como el preso más famoso de Perú, sin concretar su aventura de reproducir en el país a sangre y fuego el modelo de su ícono Mao. Abrazó el maoísmo y los métodos del dictador camboyano Pol Pot, y se formó una imagen de revolucionario duro e implacable. Fiel a esta fama, ordenó masacres en poblados de los Andes peruanos en castigo por no respaldarlo.
El arma de Guzmán fue su propia interpretación del marxismo, que convirtió a sus seguidores en fanáticos de sus ideas. Sus fanáticos calificaban la palabra de Guzmán como “pensamiento guía” y “cuarta espada” del marxismo, detrás de Marx, Lenin y Mao.
El 17 de mayo de 1980 cambió los libros por la dinamita. Ese día marcó a fuego a Perú. Sendero Luminoso inició la lucha con la quema de urnas en vísperas de la elección que acabó con 12 años de dictadura militar.
*Con información de AFP
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