Mundial excluyente

Eso es Qatar 2022. Una Copa del Mundo que se organiza en un lugar así, define muy bien el pensamiento FIFA, capaz de decir que necesita democratizar más la participación de selecciones haciendo un torneo mucho más grande y con mayor cantidad de invitados. Esta fiesta democrática la llevan a un sitio en el que realmente poco y nada les interesa eso de la pluralidad.

¿Por qué es un mundial excluyente? 

Lo dijo la presidenta de la Federación de Fútbol de Noruega en pleno previo del sorteo del Mundial, “nuestros miembros exigen cambios, transparencia, quieren hacer oír su voz. No podemos ignorar esta necesidad de cambio y FIFA tiene que actuar y dar ejemplo. No podemos tolerar empleadores que no garantizan la seguridad de sus trabajadores, ni líderes que no quieren acoger partidos de mujeres, ni que no protejan la seguridad de la comunidad LGTBQ+”.

lise-klaveness presidenta Fuente Diario La Prensa
Lise Klaveness, presidenta de la Federación de Fútbol de Noruega. Fuente: Diario La Prensa

Bien sabido es que en esa nación ser homosexual es duramente castigado y que el historial de condenas -porque es juzgado como un delito- termina siendo apenas un decorado simple y común en esta nación tan extraña, tan ajena, tan distante. Ni hablar de las más de 6 mil muertos en las obras para acondicionar la Copa en un país que no tiene problemas en llevar a cabo lo que se propone. Eso sí, no les pida clemencia con los inmigrantes que llegan a buscar una moneda. Varios de ellos hacen parte de ese listado de víctimas que han hecho de este campeonato en particular, una verdadera masacre previa.

Lea más de Nicolás Samper: En el nombre del hampa

Pero entonces dejemos por un segundo el aspecto humano, que debería ser el más importante en cualquier discusión en la que se pretenda cuestionar la sede escogida para el mundial. Vamos a dejar entonces un poco el apego por la vida humana y por las libertades individuales y solamente nos moveremos en el rubro dinero, ese que tanto pulula en Qatar (que tanto le gusta a la FIFA, además) y que ayudó a que un país sin ninguna clase de tradición consiguiera lo que varias naciones, no.

Es evidente que en Qatar poco les importa que vaya gente. Ellos no necesitan que miles de turistas se desplacen hasta allá y que consuman, menos si son turistas clase media que ponen a 24 meses todo en la tarjeta de crédito únicamente para poder cumplir el sueño de poder estar tras los pasos del equipo que representa a su país. No. El objetivo de ellos no es precisamente reactivar la economía porque ellos son la economía; si algo necesitan es que los millonarios, los ricos, los visiten, para que gasten a la misma medida que ellos y que se puedan mirar a los ojos. ¿El resto? Que lo vea por TV. Esa Copa es de ellos, de nadie más. No importa si apenas van 5 hinchas: ya hicieron un mundial y eso no se los va a quitar nadie.

Presidente de la FIFA, Gianni Infantino y Emir de Qatar Fuente: Marca
Presidente de la FIFA, Gianni Infantino y Emir de Qatar Fuente: Marca

Basta sentarse a revisar -como lo hizo un amigo que fue quien me inspiró para escribir sobre esto- cuánto está costando hoy el arriendo de una vivienda en Qatar durante las fechas programadas para el torneo. Con él estuvimos viendo precios y el valor del arriendo de un apartamento para cuatro huéspedes, con una habitación, dos camas, wifi y -de acuerdo al aviso publicado- 1,5 baños (no sé si mear en la ducha cuente como ese inexplicable 0,5 de la oferta) con estadía programada por un mes vale 184 millones de pesos.

Encontramos algunos otros pero más o menos el precio fluctúa entre los 170 y los 200 millones de pesos por el alquiler de 30 días. Es decir, sin contar el precio del tiquete aéreo y sin contar con los gastos de boletería y de manutención, a usted, si quiere ir a ese país, le toca contar por lo menos con 100 millones solamente pensando en el techo para dormir. Si toma la opción “guerrera” de meter cuatro personas en el apartamento de dos camas, a cada uno le corresponde por cráneo echarse mínimo 42 millones de pesos para solucionar únicamente la dormida. Y yo prefiero comerme una cucharada de vómito que pagar un platal por dormir en el piso.

A ellos, como ya lo escribí, eso poco les importa. Si hasta se cambió la fecha tradicional de la disputa de la Copa por cuenta de esa sede. No encuentro escenario más desigual, más excluyente, que Qatar.

Más de Nicolás Samper: El 1 y el 9

1 Comentarios

Deja un comentario

Diario Criterio