¿Por qué los músicos colombianos no están de acuerdo con un Sistema de Orquestas como el venezolano?
Un grupo de músicos, gestores culturales, docentes e investigadores enviaron una carta al presidente y a la ministra de Cultura criticando el anuncio. Hablan de lógicas coloniales, desconexión de las realidades sociales y afectación a la diversidad cultural y musical del país. Además, dicen que ya existen iniciativas, como la Fundación Batuta.
Desde que se posesionó, el pasado 7 de agosto, el presidente Gustavo Petro anunció su intención de montar en Colombia un sistema de orquestas sinfónicas, como el Sistema Nacional de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles de Venezuela (conocido en ese país simplemente como ‘El Sistema’), fundado en 1975 por el maestro José Antonio Abreu y reconocido en todo el mundo por supuestamente convertirse en una oportunidad para los jóvenes más pobres de ese país y por sacar talentos de nivel internacional, como el director de orquesta Gustavo Dudamel.
Es más, en los últimos meses, las visitas de la primera dama Verónica Alcocer a Venezuela han estado enmarcadas en ese proyecto. No solo se ha reunido con la vicepresidenta Delcy Rodríguez para hablar específicamente de ‘El Sistema’, sino que visitó las instalaciones, escuchó las orquestas y tuvo un encuentro con las hermanas del maestro Abreu y el director actual, Eduardo Méndez.
Puede interesarle: El Instituto Caro y Cuervo podría cambiar casi el 80 % de su planta de empleados
Pero, mientras la idea parece avanzar a pasos acelerados, en Colombia hay muchas voces de alerta que creen que implementar un sistema así, a nivel estatal, pondría peligro los avances que ha vivido el sector musical en los últimos años, y atentaría contra la diversidad cultural y musical del país, representada en las músicas populares, tradicionales y territoriales, como los cantos de vaquería en los Llanos, las bandas municipales, las cantaoras de bullerengue o las cantaoras de alabaos en el Pacífico, por poner algunos ejemplos.
Es más, un grupo grande de músicos, gestores culturales, docentes e investigadores de varias regiones del país le enviaron desde la semana pasada una carta al presidente Gustavo Petro, con copia a la ministra de Cultura, Patricia Ariza; al director nacional de Planeación, Jorge Iván González; y al viceministro de la creatividad, Jorge Zorro, en la que expresan su desacuerdo con el tema y su “profunda preocupación” por los anuncios al respecto.
Un modelo europeo, alejado de la realidad en Colombia
“Numerosos estudios han mostrado que ‘El Sistema’ se ha dado a conocer gracias a un enorme aparato propagandístico y toda esta publicidad sobre su pretendido impacto ha servido para ocultar sus problemas y sus efectos nocivos sobre la cultura”, explican los firmantes en la carta de cuatro páginas. Allí enumeran varios de los problemas que, para ellos, tiene el modelo venezolano.
Las críticas se pueden resumir, por un lado, en que su modelo está armado bajo parámetros del mundo musical centro-europeo, lo que no solo perpetúa lógicas coloniales (considerando canon solo lo que suena a lo europeo), sino que desconecta a los músicos de las realidades (sociales, sonoras, musicales y territoriales) que los rodean. Eso no solo crea, según los firmantes de la carta, una desconexión con los públicos, sino que, al “no estar atado a dinámicas culturales vivas y autónomas, condena al modelo a una dependencia excesiva de recursos estatales”.
Por otro lado, hay varios peros a su metodología logística: dicen que, en realidad, tiene muy baja participación de los sectores más marginados, que por su estructura jerárquica genera situaciones propicias para abusos de poder y su ocultamiento; que prioriza el espectáculo por encima de los procesos comunitarios de largo plazo, y que reproduce lógicas de competencia nociva. Para ellos, es un modelo que termina buscando unos pocos genios, pero, en el proceso, genera una producción masiva de músicos con problemas de empleabilidad.
Óscar Hernández Salgar, musicólogo, director del Instituto Pensar de la Pontificia Universidad Javeriana y uno de los firmantes de la carta, le aclaró a Diario Criterio que el problema no es que monten orquestas sinfónicas o clásicas, sino que intenten imponer el modelo.
“El gran problema es que quieran promover en todas las agrupaciones, en los municipios vulnerables, los municipios PDET, que son los más afectados por el conflicto, ese modelo pedagógico típico de los conservatorios”, señala.
Para él, esa idea es tan descabellada como llevar a San Martín de la Loba (Bolívar), un municipio con una gran tradición de bullerengue, una escuela de ballet clásico, y decir que el presupuesto y los esfuerzos del Estado van a estar enfocados en eso y no en las escuelas o eventos de bullerengue.
“Ese modelo va en contra de lo que pasa en las regiones, en donde hay música y en donde la gente tiene otros intereses; en donde hay casas de la cultura, colectivos, procesos vivos. Sería terrible si esto llega y se impone por encima de todas esas prácticas, con una plata mucho más abundante que la que hay para fomentar las expresiones que sí se dan en las regiones”, añade.
Le puede interesar también: Jennifer Steffens, la gerente que debe liderar la transformación de RTVC
Competencia o comprensión
Parte de la preocupación del sector es que el viceministro de Creatividad, el maestro Jorge Zorro, quien también ha sido músico y director de orquesta, dijo en una reunión que el “Sistema Nacional de Organizaciones Artísticas Colectivas” estaría enfocado a “la formación musical competitiva en pro de la ‘perfectibilidad’ humana”.
Esa idea, muy basada en la metodología de los conservatorios, de la que Zorro viene, funciona como una pirámide: “sirve principalmente para que uno detecte talentos y esos talentos se puedan, luego, vincular a una formación profesional y, de allí, a un ejercicio laboral. Y si bien eso en Venezuela llevó a que salieran genios, como, por ejemplo, Gustavo Dudamel, también dejó a millones de músicos frustrados”, explica Hernández. De esa forma, si bien hay pocos casos de éxito que se usan como ejemplo de un supuesto impacto social, en la realidad, ese impacto es más bien inexistente.
A diferencia de ese modelo, los firmantes de la carta hablan de varios esfuerzos estatales y colectivos que se han dado en Colombia en los últimos 30 años, que buscan apoyarse en la diversidad cultural y musical, y que han tratado de construirse mirando hacia las regiones y la gente que hace música allí, y no de espaldas a ellos. Mencionan, especialmente, el Plan Nacional de Música para la Convivencia, que, desde 2002, ha logrado articular el sector y trabajar con las particularidades y necesidades de cada región.
“La gran ventaja del plan, que también ha tenido sus complicaciones, problemas y choques con el sector, es que ha sido consultado con las regiones”, cuenta Hernández. Además, dice, no está solo orientado a formar músicos, sino que tiene varios componentes de investigación, documentación, gestión y circulación de la música. “Está orientado en comprender cuáles son las lógicas de cada región y en documentar y conocer lo que hay, para poder gestionarlo y ponerlo a circular”.
El problema es que en los últimos años ese plan se ha venido desfinanciando, por lo cual los músicos, gestores e investigadores le piden a la ministra que lo tenga en cuenta y que cualquier iniciativa se implemente y surja a través de esa iniciativa ya existente. “El reclamo no es tanto enfrentado al plan frente a ‘El Sistema’, como si fueran dos polos, sino, más bien, que el principio que lo cobije todo sea de respeto y consulta a las necesidades de los territorios. No imponer un modelo desde el centro, sino que las mismas comunidades decidan qué priorizar”, añade Hernández.
¿Y la Fundación Batuta?
Otra cosa a tener en cuenta es que en Colombia ya existen iniciativas que se crearon, en un principio, a medida de ‘El Sistema’ de orquestas de Venezuela. La más conocida es la Fundación Nacional Batuta, una entidad sin ánimo de lucro que cuenta con el apoyo del Estado y tiene varios programas con el Ministerio de Cultura, pero también hay otras como la Red de Escuelas de Música de Medellín.
De hecho, con los anuncios de montar un sistema como el venezolano en Colombia, muchos sintieron que el Gobierno estaba desconociendo esfuerzos como Batuta y condenándolos a la desaparición. Tanto, que en octubre pasado se movieron por Twitter varios mensajes apoyando a la fundación, uno de ellos, de Roy Barreras, presidente del Senado, que escribió: “Hacen músicos a 40.000 niños, la mitad de ellos vienen de la violencia a la paz del arte y la creatividad. Setecientos maestros instructores por toda Colombia siembran paz con sus músicas! Que NO se les ocurra silenciar esa magia!”.
El tema quedo ahí y la fundación ha seguido trabajando con el Ministerio. De hecho, esta semana están lanzando la convocatoria a los niños de todo el país para inscribirse al programa Sonidos de esperanza, que ofrece formación musical a unos 18.000 menores. Pero, ante la decisión el presidente y la primera dama de seguir adelante con la idea de exportar ‘El Sistema’ a Colombia, hay mucha inquietud sobre el futuro.
“En lugar de tratar de montar un sistema desde ceros, haciendo de cuenta que Batuta y las otras experiencias no existen, el Gobierno debería más bien evaluar la posibilidad de fomentar el ámbito sinfónico, partiendo de la trayectoria que ya existe. Pero eso no es lo que están planteando”, explica Hernández.
La ministra Patricia Ariza ya dijo en su cuenta de Twitter que escuchará los reclamos de los músicos, gestores e investigadores, pero hasta ahora no se ha concretado ninguna reunión o encuentro. Ellos solo esperan que los tengan en cuenta, pues tienen el conocimiento y la experiencia de años de trabajo.
Siga con: “Normalmente las ignoramos, pero, en ‘Alis’, tenemos que verlas a los ojos”
Foto de apertura: Leo Ramírez/AFP.
17 Comentarios
Deja un comentario
Tienen razón en no querer este sistema
El gobierno debe evaluar primero lo que existe y quien está a cargo y no solo en el sector cultural sino en todos los sectores del país para no desbaratar o crear contradicciones
3184098522, fui fundadora de VATUTA, es maravilloso, participamos del primer encuentro binacional. Yo dirigía 5 orquestas sinfónicas en norte de Santander: Cucuta, Pamplona, Ocaña, Silos y Durania. Participamos de varios encuentros nacionales BATUTA. Son movimientos muy diferentes, creo que necesitamos a ambos modelos.
Y quien dice que no se puede cubrir tanto lo clásico como lo ancestral y propio de la región? Utilizándo el ejemplo que da , es que donde bailan bullerengue o mapalé no puede haber talentos para ballet clásico? Ese ejemplo es clasista y si lo traslada a la música igual. Se trata entonces no de excluir sino de articular y que llegue a todos, la música es para sensibilizar también a las personas,no todos van a ser músicos profesionales, ahí es donde cada uno descubrirá si ese es su talento; pero el niño y el joven que pasó por la música con sentido sociam y elija otra profesión no será el mismo que aquel que no tuvo oportunidad de aprender a valorar el arte o de descubrir su verdadero talento. Soy educadora y sé lo que la música hace en el alma de un niño o joven, sea la música que sea, sea ña expresión de arte que sea. TODOS nuestros niños, niñas y jóvenes tienen derecho a que esa puerta se abra.
En el sistema de orquestas venezolano no se trabaja solo con repertorio europeo, el sistema tiene la particularidad de abordar repertorio latinoamericano y venezolano con arreglos de músicos que trabajan por la cultura y el arte. En muchas ocasiones hasta repertorio colombiano. Decir que solo unos pocos serán brillantes y otros serán músicos frustrados es tener un motivo sin lógica para desacreditar todo lo que han hecho, porque la música no está hecha para que todos sean Dudamel, la música es una experiencia humana en la que se socializa y se disfruta. En el sistema de orquestas es tanta la diversidad que se vive que hay arreglos en dialectos aborigenes, abordan música de los llanos venezolanos, música de los andes, música de la costa. Crear un sistema de orquestas en Colombia en nada disminuirá la labor que vienen realizando con batuta, es más, este sistema puede ser la base para el sistema de orquestas colombiano, pero fortalecido, en donde se formen niños y niñas de escasos recursos, un espacio al que se recurre para expresarnos. La cultura no debe ser algo a lo que se le tema, sino una prioridad. Ahora las oposiciones que veo a las mejoras, siento que responden más a otros intereses. Porque en todo juicio hay una confesión.
En ningún caso va a perjudicar a nuestro folklore, lo de Baruta ya lo fueron acabando con el tiempo y no hay casi cobertura gracias a su mala administración, y si hay más nivel musical clásico en Venezuela es por ese proyecto de orquestas sinfónica y su gratuito acceso para los niños y jóvenes, eso es lo q hay q fortalecer acá en Colombia lo tradicional y lo sinfónico de la mano de forma , gratuita para los nuevos talentos, es mi humilde opinión
Hace más o menos 30 años la esposa de Cesar Gaviria presidente de turno visito el sistema de orquestas de Venezuela y lo trajeron a Colombia; asi nacio la fundación nacional de orquestas batuta en Colombia, que básicamente es lo mismo pero con muchísimo menos cobertura, menos presupuesto, menos apoyo gubernamental y menos apoyo internacional.
Veo que hay un desconocimiento dela historia de lo que es realmente el sistema nacional de orquestas de Venezuela donde no sólo se estudia música clásica si no música folclórica y el éxito de este gran proyecto.
No a la orquesta, mecesitamos las escuelas de formación cómo bandas sinfónicas y escuelas pulsadas.