Néstor Lorenzo y el problema de una foto
Llegó Néstor Lorenzo y me gustó lo que dijo en su presentación como nuevo DT de la selección Colombia. Me gustó que dijera que quiere “un equipo más agresivo y más intenso”, que a diferencia de Queiroz entienda que hay que respetar la idea de juego de Colombia y sumarle, en vez de llegar a ponernos a hacer otra cosa que puede funcionar en otras partes pero acá, por idiosincrasia, no.
Me gustó la frase: “Mi filosofía es respetar la esencia del fútbol colombiano, no sentirse menos que nadie pero con un poquito más de intensidad”, y que planteara la necesidad de definir una línea de identidad de todas las selecciones, desde la de mayores hasta la infantil, algo que es básico para construir una idea de juego y que acá nos hemos pasado por la faja desde hace varios años con el discursito de que cada selección tiene su técnico independiente (que entre menos visible -o a menor edad de la selección- más caso le hace a las exigencias de los dirigentes y sus amigos empresarios), cuando el trabajo tiene que ser en la estructura, como pasa en las grandes selecciones del mundo, tipo Alemania, España, Francia, Brasil y Argentina, y en las no tan grandes pero sí gloriosas como Uruguay.
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Cuando Lorenzo dice que es necesario “tener una línea de identidad que tiene que ver con el juego, el comportamiento, que el sub-15 aspire a estar en la selección mayor y tenga todo una uniformidad”, está hablando de eso: de proyección al futuro, de una sola camiseta, de trabajo conjunto, y eso no sólo es bueno, es muy bueno.
Me gustó que en su discurso respetó a las figuras históricas que aún juegan y pueden aportar en el comienzo de este nuevo ciclo, pero me gustó mucho más que dejara claro que si vuelven a la selección sería para un cambio generacional, para asumir lo que Cerati canta cuando dice que poder decir adiós es crecer: “tienen la responsabilidad de liderar un proyecto y ayudar a que los jóvenes de consoliden, se adapten y el cambio sea natural. Hablaré con quien considere y trataré de enrolarnos en un proyecto que sea positivo”, dijo Lorenzo, y eso me gustó.
Me gustó que dijera de frente que James volverá a la selección cuando tenga nivel para hacerlo, porque acá hay que recordar que los dirigentes y los intereses comerciales de la Federación obligaron a Rueda a volver a convocarlo cuando ya no merecía ser llamado.
Me gustó que le aclarara a los periodistas que la selección Colombia debe ser un equipo y no “Luis Díaz y diez más”, como muchos en redes plantean ante la gran temporada que acaba de terminar el guajiro con Porto y Liverpool: “Partimos de una premisa equivocada de armar un equipo sobre la base de un solo jugador. Los títulos y las victorias se construyen sobre los equipos. El grupo son todos, cada uno con su aporte. (Luis Díaz) está en un momento excepcional, pero hay referentes, esperemos encontrarlos y potenciarlos, que asuman esa responsabilidad”, es una gran sentencia.
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Sí, me gustó lo que dijo Néstor Lorenzo, me gusta su nombramiento como técnico de la selección Colombia aunque llegue cuatro años tarde pues, para mí, era el recambio natural al fin de la era Pékerman: su mano derecha, su sargento al que todos los jugadores respetaron e hicieron caso durante dos eliminatorias y dos Mundiales, pero como los dirigentes tenían un afán desmesurado en sacar al entrenador que no les dejaba hacer lo que querían con la Selección, pues pasó lo que pasó y acá estamos con nuevo técnico y sin Mundial tras cuatro años perdidos.
Es que, les confieso, eso fue lo que no me gustó de la presentación de Lorenzo. Esa imagen final de él mostrando la camiseta de la selección rodeado de Jesurún, González Alzate y Jaramillo, todos con cara de amargura y tristeza. Y no digo que la presentación del técnico de una selección eliminada del Mundial deba ser una fiesta, pero al menos nos debe vender esperanza por lo que viene, por lo que empieza, y a la falta de carisma de Lorenzo, como ya dije, un tipo con más perfil de sargento que de general, un técnico casi debutante que va a tener que construir su imagen como DT de la mano de su paso por la selección Colombia, se suma el lastre de esta dirigencia horrible y corrupta que lo acompaña en la foto.
Insisto, me gustaron las palabras de Néstor Lorenzo como nuevo técnico de Colombia. Ojalá los personajes que lo acompañaron en la rueda de prensa lo dejen cumplirlas, pero por todo lo que ha pasado es muy difícil creerlo.
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