No, Íngrid. La enfermedad mental no es un insulto
Por: Catalina Gallo*
Sobre quienes tenemos una enfermedad mental recae el estigma y yo he sido testigo de ello, porque tengo un trastorno bipolar.
El trastorno bipolar es una enfermedad con la cual, por un desbalance químico en mi cerebro y otros factores, puedo tener oscilaciones del ánimo que van desde la depresión hasta la euforia o manía.
He reunido todo mi coraje para que los demás no me derrumben con su ignorancia y sus miedos; para comprender mi enfermedad y saber que es como una hipertensión o una diabetes, que requiere cuidado y cambios en mi estilo de vida y, lo más importante, que no me define: yo no soy bipolar, yo tengo un trastorno bipolar. Esta precisión hace la diferencia.
También he tenido que hacer caso omiso de los médicos no psiquiatras que nos dicen barbaridades y he tenido que esconder mi enfermedad como si fuera sucia para no correr el riesgo de que no me den trabajo.
Puede leer: Así afectó la salud mental de los colombianos la pandemia
Cansada de tanto miedo y con el deseo de contribuir en algo al derrumbe de ese estigma, publiqué el libro Mi bipolaridad y sus maremotos, en el que cuento mi historia con la enfermedad. A raíz de esto, he tenido la oportunidad de hablar en muchos escenarios para decir, una y otra vez, que los enfermos mentales no merecemos andar por la vida con una letra escarlata cosida en nuestro pecho, impuesta por una sociedad que considera necesario señalarnos.
Por esto me parece despreciable y peligrosa la actitud de Íngrid Betancourt con Gustavo Petro por su probable episodio de depresión. No puede ser que quien aspira a definir políticas públicas de salud mental utilice la enfermedad como una herramienta para tratar de humillar a otro, porque no creo que haya sido ingenua. ¿Qué quería insinuar? ¿Qué alguien con depresión no puede vivir en sociedad ni está en condiciones de tomar decisiones? ¿Que quien ha tenido una depresión no puede dirigir un país? ¿Que hacer pública una enfermedad que la sociedad esconde y señala le quitaría votos a un contrincante?
Tal parece que la ignorancia de Íngrid es profunda. Creo que no sabe que Abraham Lincoln tomó decisiones que cambiaron la historia en medio de episodios de depresión o que Winston Churchill llamaba a su depresión “mi perro negro” o que grandes artistas como Vincent van Gogh y escritores como Virginia Woolf y Ernest Hemingway le dejaron a la humanidad regalos invaluables.
Yo, por mi parte, no produzco genialidades ni mucho menos, pero, al igual que muchos otros enfermos mentales, soy productiva y llevo mi vida con todo lo que mi humanidad exige, con una incomodidad adicional: que políticos como Íngrid Betancourt usen los escenarios públicos para hablar de la enfermedad como insulto, en vez de aprovecharlos para darnos a nosotros la oportunidad de liberarnos del estigma.
Políticos que no saben que algunos de los últimos ministros de Salud del país han trabajado en pro de la salud mental o que personajes famosos como el expríncipe Harry, su hermano y su cuñada realizan campañas para acabar con el estigma; o que muchos cantantes y actores han hecho públicas sus enfermedades mentales para ayudarnos a todos a entenderlas.
Le puede interesar: Las fracturas y fisuras del sistema de atención en salud mental en Colombia
Qué equivocada está Íngrid al pensar que le reprochan sus palabras por machismo o por corrección política, como dijo días después. No. Las rechazamos porque están llenas de prejuicios, de ignorancia y, sobre todo, de malas intenciones, como si haber tenido una depresión fuera un motivo de vergüenza.
Yo me amo profundamente por ser capaz de vivir con mi trastorno bipolar y por usar mi voz para explicarles a personas como Íngrid Betancourt que están realmente equivocadas.
*Periodista independiente, profesora, autora del libro Mi bipolaridad y sus maremotos.
5 Comentarios
Deja un comentario
Ingrid Betancourt siempre ha sido arrogante, su secuestro la volvio aun mas arrogante.
Ingrid Betancourt y Gustavo Petro se creen 2 eleigidos por el redentor pasa sacar a Colombia del Infierno en donde lo metieron las élites que lo han gobernado desde la independencia de Espana.
IB es la persona de los golpes bajos.
Ingrid Betancour como la definió certeramente Alejandro Gaviria: una hipócrita y una oportunista. Vino a destruir la poca esperanza que quedaba de la coalición que creyó ingenuamente que iba a ser la persona adecuada para realizar acercamientos, pero que decepción, traiciono a este movimiento autoproclamandose candidata. Desconoce al país aparte de ser una arrogante y envidiosa. Bien la describieron los norteamericanos que estuvieron con ella secuestrados. Ahora se cree una juana de arco salvadora de Colombia, la verdad revelada. Solo destruye lo que no sea de su agrado.
Ingrid Betancurth, es una mujer que si está enferma mentalmente , no cordina sus argumentos, habla cosas incoherente , se aparece cada 4 años a hablar de su pasado. Y tratar de que le den un cargo burocrático, la verdad ! Lo siento por ella , por lo sucedido de su secuestro, que la afecto sicologicamente , con su depresión y ansiedad ! Cuando uno tiene rabo de paja no juega con candela, yo sufro de ansiedad y depresión generalizada, Catalina gallo , en su artículo, nos da una enseñanza de que hay que pensar para hablar , por que se mira la viga en el ojo ajeno , cuando en su ojo tiene un tronco.is respeto y admiración Catalina leí tu libro , me quito el Sombrero y mi admiración por tener esa valentía de demostrarte al mundo , que los que sufrimos alguna sintomalogia mental , no debemos ser estigmatizados , lo contrario somos luchadores ante las adversidades y siempre triunfamos y vencemos en las batallas , gracias SEÑOR por tu misericordia