El efecto ‘No mires arriba’: arrestaron a científicos por protesta pacífica sobre el cambio climático
Al estilo de ‘No mires arriba’, tres científicos terminaron presos por manifestarse de forma no violenta por las consecuencias del cambio climático. Al lugar de la protesta llegaron al menos 100 policías antidisturbios.
El llamado contra la indiferencia de ‘Don’t Look Up’ (No mires arriba) pasó de la ficción a la realidad con un mensaje de urgencia similar: “Nos dirigimos a una maldita catástrofe. Vamos a perderlo todo (…). No bromeamos, no mentimos ni exageramos”.
Con estas palabras, y encadenado a la puerta del Banco Chase, en la ciudad de Los Ángeles, Peter Kalmus, científico de la Nasa, intentó llamar la atención sobre la inacción frente al cambio climático, el pasado 6 de abril. “Estoy aquí porque los científicos no están siendo escuchados. Tomaré este riesgo por el futuro del planeta, por mis hijos”, aseguró, entre lágrimas.
Mientras pronunciaba estas palabras, agentes de Policía le pidieron que se retirara del banco. Él se negó, argumentando que no era el momento para rendirse. “Esto está muy mal. Estamos dispuestos a correr este riesgo”, dijo, ante la insistencia de las autoridades. Unos minutos después, fue arrestado junto con otros de sus colegas.
Al cabo de unas horas fue dejado en libertad y utilizó las redes sociales para narrar lo sucedido. “La policía de Los Ángeles apareció con al menos 100 policías antidisturbios. Empujaron a la prensa y a los simpatizantes fuera del alcance de la cámara antes del arresto. Esposados en la camioneta de la policía, pasamos cerca de 50 patrullas y dos camiones de bomberos. Todo por tres científicos no violentos y un ingeniero que suplican por una tierra habitable“, relató.
Su protesta hizo parte de la llamada ‘Rebelión de los científicos‘, en la que cientos de expertos realizaron actos de desobediencia civil no-violenta en más de 20 países del mundo, durante una semana, para alertar sobre el futuro de la humanidad si el calentamiento continúa aumentando como lo viene haciendo los últimos años.
La ‘Rebelión’ coincidió precisamente con la publicación de la última parte del informe del Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC), en el que científicos advirtieron que el trabajo que están haciendo los países para mitigar el cambio climático y reducir las emisiones de carbono ha sido insuficiente, por lo que el calentamiento global podría alcanzar los 3,2 grados centígrados en 2100.
Aunque en un principio este acto pasó inadvertido, ya comienza a darle la vuelta al mundo, sobre todo por su similitud con lo expuesto, a través del humor negro, en la película de Netflix, que ha sido tanto elogiada como criticada.
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“Hombre, lo intentamos”
La historia de ‘No mires arriba’ es simple: un profesor de astronomía y una joven estudiante descubren que un cometa chocará contra la Tierra en seis meses. Todos morirán. En un principio, no todo está perdido, pues existe la posibilidad de que los líderes mundiales entiendan la magnitud de la catástrofe que se aproxima y tomen la decisión correcta. Lo complejo es convencerlos. Hacerlos entender.
La indiferencia de los políticos de turno, así como de los medios de comunicación y de gran parte de la población hace que los protagonistas caigan en la exasperación. Escena tras escena, el desastre deja de ser una posibilidad para convertirse en una realidad. Y los ciudadanos, que parecían sedados ante la problemática, solo logran entenderla cuando la ven de cerca, cuando el cometa está a pocos kilómetros de distancia.
Esa misma exasperación es la que precisamente han vivido los científicos, ambientalistas y expertos que vienen advirtiendo desde hace ya varios años que el futuro del planeta no es nada prometedor. Han exigido, como los protagonistas de la cinta, acciones reales para detener la catástrofe climática. Han pedido que se tome con seriedad el cambio climático, descrito por ellos como el mayor reto al que se enfrenta la humanidad. Pero no han sido escuchados.
Kalmus se refirió a esa indiferencia durante su protesta. “Estoy aquí porque no se escucha a los científicos. Hemos tratado de advertirles durante tantas décadas”, señaló.
Ese hecho no ha sido el único parecido a la película, que además muestra que los tomadores de decisiones solo escuchan lo que quieren escuchar. Un ejemplo es cuando la presidenta se aferra a que el porcentaje de probabilidad de que el cometa choque con la Tierra es del 99,78 por ciento, y no del ciento por ciento, para no actuar con celeridad, a pesar de que los científicos le repiten que la certeza es absoluta.
Lo mismo ha sucedido con la acción climática. Industrias y países solo han tomado una parte de las advertencias de la ciencia y los expertos. Esto ha llevado, por ejemplo, a un incumplimiento del Acuerdo de París, el tratado suscrito por más de 100 países para disminuir sus emisiones y aproximarse al “carbono cero”.
Ahora bien, en la película también llama la atención que algunos personajes intentan deslegitimar a los científicos para su propio beneficio. Esto se ha visto desde distintas industrias hasta en líderes políticos como el expresidente de Estados Unidos Donald Trump y el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro. Ambos han negado la problemática. De hecho, Bolsonaro ha dicho en distintas ocasiones que “el cambio climático es una cosa de activistas que gritan”. Y sus acciones han ido de la mano de su discurso, pues durante su mandato la Amazonia en Brasil ha sufrido su mayor deforestación desde 2008.
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Así como con las reseñas de los críticos de cine, los ambientalistas también sentaron su posición respecto a la película. Unos manifestaron que era el reflejo de lo que viven ellos en el día a día, otros la calificaron de simplista. Sobre la primera posición, el propio Kalmus dijo hace unos meses, en entrevista con The Guardian, que ‘Don’t Look Up’ muestra la locura que viven a diario: “Los líderes mundiales subestiman lo rápido, grave y permanente que será el colapso ecológico si la humanidad no se moviliza”.
Por eso mismo, no dudó en hacer la referencia luego de su arresto. En redes sociales publicó el video de la protesta con una frase corta: “Agradezco que lo hayamos intentado… Sí que lo intentamos”. Son las mismas palabras con las que uno de los personajes se despide al final de la película.
Hay antecedentes
Esta, sin embargo, no ha sido la primera vez que los científicos intentan llamar la atención con acciones similares. En noviembre del año pasado, 21 científicos fueron arrestados en Glasgow (Escocia) por bloquear un puente, en medio de una protesta en la que exigían que se tomaran en serio las advertencias de la comunidad científica respecto a la gravedad del cambio climático.
Encadenados entre ellos y vestidos con batas blancas, los científicos sostuvieron un cartel que decía “Revolución climática o lo perderemos todo”. También entonaron canciones sobre justicia climática, reclamando “un cambio político, social y económico”.
Esta acción se dio durante la COP 26, la conferencia internacional de las Naciones Unidas en la que se discutieron las diferentes acciones que deben enfrentar los países para disminuir y compensar por sus emisiones.
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“Es ahora o nunca”
Las acciones de los científicos se dan luego de que distintos informes dieran cuenta de la realidad de la humanidad frente al cambio climático: las opciones para lograr que el calentamiento global se mantenga dentro de los límites menos desastrosos ya son cortas.
Esta es, precisamente, una de las conclusiones del informe de los científicos del IPCC, quienes advierten que, aunque en los últimos años se ha hablado de hacerle frente a la crisis climática, las emisiones totales de gases de efecto invernadero (GEI) son cerca del 54 por ciento más altas que en 1990, cuando dieron inicio las negociaciones climáticas a nivel internacional.
Estas tampoco han podido ser disminuidas. A pesar de que se han emitido leyes para reducirlas, la mayoría de las metas que se han planteado están construidas de una manera ambigua y su cumplimiento ha sido más que todo parcial.
Así mismo, el financiamiento para la adaptación y la mitigación climática tampoco marcha bien. Según los expertos, los esfuerzos para alinear el flujo financiero con el Acuerdo de París avanzan a paso lento y son distribuidos equitativamente entre regiones. Como resultado, las emisiones podrían seguir aumentando, incluso, después de 2025, lo que haría que la temperatura aumente 1,5 grados centígrados durante este siglo.
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Foto de portada: Twitter Peter Kalmus
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Por favor es un tema tan delicado y ocupas un espacio para escribir semejante pelotudez. por personas que no ocupan un momento para tomar en serio un tema como este, es que el planeta esta asi