Mirar al suelo

En estos días causa sensación la película No mires arriba, del director Adam McKay, que se estrenó el pasado diciembre y que está disponible en la plataforma de Netflix. Uno de los ganchos de la película es el reparto, que reúne a Leonardo di Caprio, Jennifer Lawrence, Meryl Streep, Tyler Perry y Cate Blanchett. El tono satírico, implacable, que a ratos roza con el humor negro, también hace que su desarrollo no solo sea divertido sino, ante todo, una crítica a la frivolidad en que se encuentra envuelta la humanidad en casi todos sus órdenes desde hace ya bastante rato.

La historia es muy sencilla. Dos astrónomos de la universidad estatal de Michigan descubren por casualidad un cometa y al calcular su trayectoria determinan que chocará contra la Tierra en los próximos seis meses. Los científicos intentan alertar al gobierno de Estados Unidos para que tome las medidas necesarias y a partir de allí comienza una muy divertida comedia que, como buena comedia, muestra un trasfondo muy preocupante. O varios.

Puede leer también de Eduardo Arias: Sama

Uno de ellos, más que evidente en estos tiempos de pandemia, es el desprecio por la ciencia. De la gran mayoría de las personas de a pie, toda esa horda de negacionistas antivacunas, tierraplanistas y anticambio climático que prefieren enterrar la cabeza en la tierra antes de enfrentar los problemas que amenazan al planeta. Pero, mucho más preocupante aún, muestra la ignorancia y el desprecio de la clase dirigente hacia la evidencia científica. Dirigentes políticos que deciden no actuar porque eso puede afectar una campaña electoral. Empresarios que maquillan su avidez por el dinero con discursos de amor por la humanidad. 

Y también sale a relucir la ignorancia y el desprecio por la ciencia de quienes ahora se denominan “los líderes de opinión”. En estos últimos, representados por el periodismo, recae buena parte del peso de la sátira de esta película, que retrata sin ningún tipo de piedad a los medios de comunicación, a los periodistas y presentadores, pero también a lo que ocurre detrás de cámaras y en la intimidad de las salas de redacción. Cómo se analiza, segundo a segundo, cuál fue el impacto de audiencia y en redes sociales de cada frase que se dijo en la entrevista a los dos astrónomos.

Poco o nada importa si los astrónomos estaban en el programa para alertar al mundo de una inminente catástrofe. Lo relevante para los productores es saber cómo reaccionó el público ante la timidez del doctor Randall Mindy y la ira de Kate Dibiasky, su asistente. Habría dado lo mismo si ellos hubieran hablado de un desfile de modas, de las características de un hotel exótico en los mares del sur o acerca del próximo Super Bowl.

También puede leer de Eduardo Arias: Las múltiples capas de ‘Get back’, el documental sobre los Beatles

También es una sátira mordaz a la manera como los medios de comunicación se han dejado arrastrar (y parecen disfrutarlo) por el remolino de la frívola inmediatez de las redes sociales, que se han convertido en la pequeña gran tirana que decide qué sirve y qué no sirve, qué se publica y qué no se publica, qué se emite, qué no se emite.

Como la idea de este texto es, ante todo, invitar a las personas a que vean No mires arriba, no me detendré en los cientos de detalles que la película utiliza para mostrar un panorama descarnado del mundo en que vivimos.

No mires arriba, reseña Eduardo Arias (1)
La historia es muy sencilla: dos astrónomos de la universidad estatal de Michigan descubren por casualidad un cometa y al calcular su trayectoria determinan que chocará contra la Tierra en los próximos seis meses.

Uno de los temas en los que más enfatiza No mires arriba es la frivolidad extrema en que ha caído el periodismo de los medios masivos de comunicación para mantener contentas a las audiencias. Ese papel lo cumplen a cabalidad Brie Evantee y Jack Bremmer, presentadores del programa de televisión The Daily Rip.

La película es muy divertida. Pero ese tono de comedia y sátira le permite a su director plasmar un retrato implacable del pésimo momento que vive la sociedad actual y, en particular, los medios masivos de comunicación que, en vez de mirar al cielo, pretenden que solo miremos nuestros ombligos. Y el suelo.

2 Comentarios

  1. Me divertí mucho con la
    película. Estoy muy de acuerdo con el análisis. Que momento el que se vive en la
    actualidad.

Deja un comentario

Diario Criterio