¿Gobernabilidad sin mermelada?

Desde el momento en el que se supo que el Pacto Histórico ganó las elecciones, a esa coalición le inventan noticias diariamente o ella las produce.  

Cada día salen nuevos nombres de posibles ministras o ministros, a lo que le sigue el respectivo debate acerca de su procedencia política, sus vidas, obras, milagros y posibles errores o desmanes. 

No pasan 24 horas sin que alguien, analista o periodista, muestre alguna política, plan, proyecto o propuesta que ya estaría tramitando o –incluso– ejecutando el gobierno electo. Entonces, se hacen consultas a gente reconocida y se abre la discusión.

Así llevamos un poco más de dos semanas en una situación que puede resultar, simplemente, cómica o ridícula: debates sobre jefes de cartera a quienes no se les ha nombrado y debates sobre políticas todavía no formuladas. 

Más de César Torres: Farándula

Pero, las cosas van más allá. Siguiendo, con algo de cuidado, las noticias diarias sobre el gobierno del Pacto Histórico, se puede observar que la mayoría de ellas  las producen dos grupos de presión con intereses opuestos entre sí.

De una parte, están los grandes medios de comunicación, sus propietarios y las personas que trabajan en ellos intentando impedir que Gustavo Petro y Francia Márquez gobiernen ejecutando su programa de gobierno.

Para lograrlo, dan nombres de posibles ministras o ministros, como si se los hubieran hecho llegar personas muy cercanas al presidente electo. Luego, orientan la conversación pública de manera tal que los participantes coincidan en que algunos de esos nombres son “excelentes opciones que estaría tomando el presidente Petro”. Esas “excelentes opciones” tienen, casi siempre, un punto de vista, no solo diferente, sino radicalmente opuesto al programa de gobierno del Pacto Histórico. 

Ministros de Petro perfiles gabinete
Eligiendo el gabinete.

Lo que se pretende con ello es movilizar franjas de la opinión pública que presionen la entrada de esas personas a puestos de gran responsabilidad en el próximo gobierno. Si consiguen colocarlas, obligarían al Pacto Histórico a gobernar con un programa ajeno, o a que, desde el primer minuto de gobierno, ocurran desencuentros y encontronazos entre esas personas y el presidente ya en ejercicio. 

Lo demás es el previsible efecto dominó: los choques permanentes obligarían al presidente Gustavo Petro a pedir renuncias, a deshacerse de una parte de su primer gabinete y reestructurar su equipo de gobierno. Así quedaría comprobada la acusación de que el presidente electo es un arrogante con el que es imposible trabajar. Iniciarían, entonces, la tarea de desprestigiar cada día al gobierno con los autorizados relatos de quienes fueron funcionarios suyos.

Puede leer: Nosotras, las gentes

De otra parte, ubicados exactamente en frente de los anteriores, están los movimientos y organizaciones sociales que presionan para que se respete, defienda y ejecute el programa del Pacto Histórico.

Es claro que muchas de esas personas sienten que su opinión será tomada en cuenta para configurar, no solo el gabinete ministerial, sino el conjunto de los equipos de gobierno. Creen, también, que el gobierno electo tomará las decisiones de política pública para satisfacer los anhelos de millones de personas anónimas que votaron por el cambio y que ayudaron a buscar votos para el Pacto Histórico, aun poniendo en riesgo su integridad personal.

Se consideran, pues, con derecho a sugerir y a rechazar nombres de hombres y mujeres que puedan asumir la dirección de algunos ministerios. 

Pero esos liderazgos sociales ni se sienten parte del gobierno Petro-Francia, ni plenamente representados en él. Ni siquiera lo reconocen como su vocero. Simplemente, creen que tendrán en cuenta sus opiniones y sugerencias. Aunque, para ser escuchados, les toque lanzarse, una vez más, a la protesta callejera.

La presión que ejercen esos dos grupos –que no pertenecen ni al Pacto Histórico, ni a la coalición de gobierno– influye e influirá en la selección del gabinete ministerial y en la creación y ejecución de las políticas públicas. Conseguirlo exige de cada uno seguir produciendo y difundiendo sus propias noticias e interpretaciones de la realidad. Lo más deseable es que asuman códigos éticos y deontológicos cuyo centro sea el rigor en la búsqueda de la verdad. 

Puede leer: Videocampaña

Tal vez su madurez nos permita pasar de gobiernos pegados con manzanilla y mermelada, a gobiernos pluralistas que tejen su unidad a partir de la diferencia ente sus miembros. Pero habría que hilar muy fino. 

3 Comentarios

  1. Luz angela peralta v.

    Para el presidente petro es un momento muy dificil. Crearse un equilibrio para poder gobernar y realizar cambios requeridos, necesariamente tambien necesitamos de un pueblo educado politicamente. Espero que tengamos lo suficiente para darle un apoyo fundamental.

Deja un comentario

Diario Criterio