De la amnistía general de Álvaro Uribe al perdón social de Gustavo Petro
Después de hablar de la visita de su hermano a Iván Moreno, condenado por el carrusel de contratos, Petro habló del “perdón social”. ¿En qué consiste esta propuesta y qué puntos en común tiene con la amnistía general que ya planteó Uribe?
En lunes pasado, en entrevista con La W Radio, Gustavo Petro reconoció que su hermano Juan Fernando Petro estuvo en la cárcel La Picota, en Bogotá, visitando al exsenador Iván Moreno Rojas, condenado a 14 años de cárcel por el carrusel de contratos durante la alcaldía de Iván Moreno Rojas.
“(Iván Moreno) no es narco, no es parapolítico. Es corrupto, o fue corrupto. Él está en un proceso muy interesante desde el punto de vista personal, ustedes pueden ir a hablar con él y comprobarlo, pero lo que él nos ha sugerido es ser constructor de algo que yo he propuesto que se llama el perdón social y eso se está discutiendo dentro de las cárceles”, dijo el senador y candidato presidencial.
Petro fue uno de los primeros en denunciar el mayor caso de corrupción en la historia de Bogotá: el carrusel de contratos. En octubre de 2010, junto con el exconcejal Carlos Vicente de Roux y el exsenador Luis Carlos Avellaneda, presentaron un informe que mostraba las relaciones de los hermanos Moreno Rojas con contratistas que posteriormente fueron condenados en ese entramado de corrupción, como los Nule y Emilio Tapia.
Esa denuncia llevó a que Petro renunciara al Polo Democrático para armar “rancho aparte” con el movimiento Progresistas, y también le sirvió para impulsar su candidatura a la Alcaldía de Bogotá en 2011.
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Por esa razón, los acercamientos de Petro a Iván Moreno han generado un gran impacto político, sobre todo por los alcances que tendría el llamado perdón social en caso de que llegue a la Presidencia.
Del perdón social a la amnistía general
Gustavo Petro se ha defendido diciendo que el perdón social no es para beneficiar a los hermanos Samuel e Iván Moreno Rojas ni significa impunidad, y ha tratado de darle un cariz filosófico al concepto al decir: “El perdón social” no depende de lo que él pueda hacer como posible presidente. “Es un acto revolucionario que no depende de mí, depende de la sociedad. No es un acto jurídico, es un acto social que inicia una nueva era”.
“El perdón social no es ni jurídico, ni divino, es un perdón terrenal de la ciudadanía. El perdón social no lo ordena el presidente, sino la sociedad”, dijo en Twitter, y añadió que el concepto proviene del filósofo francés Jacques Derrida.
No es la primera vez que Petro se refiere a este asunto. En 2007, en el libro Cultura política y perdón, publicado por la Universidad del Rosario, el senador escribió una reflexión al respecto titulada El perdón es solidaridad en la que cita a Derrida para hablar de un perdón “como una experiencia social sin poder” y de la idea de que “el perdón solo tiene sentido cuando se perdona lo imperdonable”.
En ese texto, sin embargo, Petro se aparta de la idea de “perdonar lo imperdonable” y propone “un perdón cotidiano y automático” al que llama “solidaridad”. “La idea de perdón automático solo se expresa, a mi juicio, con hechos solidarios y cotidianos que tengan impacto en la sociedad colombiana”, dijo.
Y esa “solidaridad como un perdón automático”, según Petro, se puede manifestar en la economía y la producción.
El Perdón es Solidaridad, P… by Gustavo Gómez Martínez
Haciendo un rastreo de publicaciones viejas, se puede ver que por lo menos desde 2011 Gustavo Petro se ha referido al perdón social, en su cuenta de Twitter. Aunque la mención que llama más la atención fue la que hizo en agosto del año pasado, cuando el expresidente Álvaro Uribe propuso la amnistía general. De hecho, al propio Petro le sonó la idea y la equiparó con el perdón social. “Estoy de acuerdo con una amnistía general en Colombia. El perdón social e histórico es un momento casi irrepetible pero fundamental en la paz las sociedades”.
Y el 24 de agosto de 2021, durante un debate en la comisión primera del Senado, volvió a referirse al perdón social y a la amnistía general,
“Los perdones sociales y las revoluciones no se dan todos los días, pero, cuando se dan, hacen saltar la sociedad hacia delante. ¿Podríamos, en ese concepto, pensar que es posible que a Colombia, después de dos siglos de guerras perpetuas, le ha llegado un momento de perdón social generalizado? Yo pienso que sí, y en esto puedo coincidir con Uribe y me han criticado por ello (…)“, dijo, en ese momento, aunque señaló que la propuesta de Uribe no incluía “condiciones” para lograr ese perdón humano.
“Si el doctor Uribe está de acuerdo con que haya un proceso de verdad y de reparación de las víctimas previo, a través de mecanismos concretos, para otorgar una amnistía general, yo estoy de acuerdo. La vería como el perdón social de Derrida”, agregó.
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La amnistía de Uribe
Las declaraciones favorables de Petro hacia la amnistía propuesta por Uribe dan cuenta de los puntos en común que tiene con el perdón social, aunque también hay diferencias.
La propuesta del expresidente se dio a conocer en agosto de 2021, en medio de la audiencia pública con el presidente de la Comisión de la Verdad, Francisco de Roux. Allí, Uribe le dijo que para avanzar en la paz había que solucionar el problema de asimetría judicial que habían creado los acuerdos de paz con las Farc y que eso se podría hacer mediante una ley de amnistía.
A medida que pasaron los días, Uribe afinó esta propuesta. Una primera versión decía: “Las FARC gozan de impunidad total y de elegibilidad política, no obstante sus crímenes atroces. Los miles de colombianos condenados, incluso por delitos menores han estado o están en la cárcel y no tienen ni tendrán derecho de elegibilidad política. El tema es complejo pero debe buscarse un Acuerdo Nacional para explorar caminos jurídicos, menos difíciles para la elegibilidad política que para soluciones carcelarias. Con una advertencia: respeto a las victimas y rigor futuro“.
Luego, Uribe publicó en redes el primer borrador del proyecto de acto legislativo “para superar asimetrías judiciales y acceso a la función pública“, en el que se afinaban más sus ideas sobre el tema. Los principales puntos de la propuesta eran: 1) que personas condenadas penalmente o sancionadas en procesos administrativos y que no hayan cometido crímenes de lesa humanidad recuperen los derechos políticos; 2) que los militares que hayan cometido delitos hasta la expedición de la ley que hayan pagado cinco años salgan de la cárcel y recuperen los derechos políticos; y 3) crear en la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) un tribunal especial para los militares.
Si bien la propuesta de Uribe –a diferencia de la de Petro– va dirigida a reformar por la puerta de atrás los acuerdos de La Habana, y en especial a la JEP, guarda una profunda coherencia con la idea de devolver derechos políticos a ciudadanos que los hayan perdido por condenas que no incluyan crímenes de lesa humanidad.
Muestra de las semejanzas entre ambas propuestas es que cada uno le ha puesto un rostro para ejemplificarlas. En distintas entrevistas que dio en agosto de 2021, Uribe explicaba que su excomisionado de Paz Luis Carlos Restrepo, condenado injustamente, según él, podría ser uno de los beneficiarios de su proyecto. Por su parte, Petro da a entender que Iván Moreno Rojas podría ser la cabeza de la propuesta de perdón social.
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En todo caso, la gran reacción adversa contra los acercamientos de Petro con Moreno Rojas muestra que, precisamente, gran parte de la sociedad civil no está dispuesta a darles ese “perdón terrenal” a las cabezas de uno de los mayores casos de corrupción en la historia de Colombia.
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