Vuelve y juega: personal de la salud en Chocó reclama por cuatro meses de salarios atrasados
El personal de la salud del Hospital San Francisco de Asís, en Quibdó (Chocó), no solo tiene que soportar la falta de pagos. También debe trabajar con las uñas ante la falta de insumos para atender pacientes.
La situación es recurrente en el Hospital San Francisco de Asís en Quibdó (Chocó), donde cada tanto los empleados deben salir a reclamar por sus salarios y por garantías que les permitan cumplir con sus tareas de manera adecuada.
La situación se repitió la semana pasada y se da en un panorama que no pareciera tener solución pues siempre llegan medidas que no resuelven el problema definitivamente.
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“Estamos reclamando el pago que nos deben desde hace cuatro meses”, le dijo a Diario Criterio un empleado que prefirió no revelar su nombre.
El Hospital San Francisco de Asís es el único de segundo nivel en el departamento y tiene unos 500 empleados a quienes no solo les deben los sueldos. Ellos deben prestar un servicio casi que con las uñas ante la escasez de insumos.
“He visto a compañeros, en lugares donde pueden tener un poco de intimidad, llorando porque tienen que llegar a trabajar sin haber dejado en la casa para sus hijos”, relata el empleado y reitera que solo están pidiendo lo que han ganado trabajando.
La denuncia no es nueva y ese es uno de los detalles que más preocupa. Hace un mes se había logrado un acuerdo de pago por mediación de la Procuraduría y, sin embargo, el tema volvió a surgir como una herida que no logran sanar.
“Adicionalmente, no nos han pagado el retroactivo que por ley nos deben hacer por el ajuste salarial”, agrega.
Intervención por parte de Supersalud
Los retrasos en el pago de los salarios se dan en medio de una intervención que la Superintendencia Nacional de Salud (Supersalud) realizó en junio de 2020 para administrarlo durante un año. La razón fueron 60 hallazgos en dos auditorías, realizadas en 2019 y marzo de 2020, que mostraban la inviabilidad en el funcionamiento del centro médico, además del riesgo al que exponían a los usuarios.
Entre las razones que la Supersalud presentó para la intervención, está que, según la auditoría de marzo de 2020, el hospital le debía “cinco meses de salario al personal de planta, cuatro meses y medio a los especialistas y siete meses a los que estaban contratados por órdenes de prestación de servicios”.
En junio pasado, la Supersalud anunció que prorrogaría por un año más la intervención, con el ánimo de dar “continuidad a las gestiones realizadas y que se siga trabajando en corregir todos los hallazgos que representaban un riesgo a la prestación de los servicios a los usuarios”.
Para el denunciante, la intervención al centro médico ha sido infructuosa: “Es como si tuviéramos que cargar con el lastre del hospital“.
Las alarmas que se encienden
El Hospital San Francisco de Asís debe prestar servicios a todo el Chocó. Un asunto que también los pone en aprietos ante la escasez de insumos que han tenido en los últimos meses y la inexistencia de un banco de sangre que facilite contar con reservas para suplir cualquier emergencia.
El panorama con el hospital departamental deja un sabor amargo. Además de la denuncia de pagos pendientes y de las precariedades que afronta el personal médico, está el sorbo de la liquidación que ordenó Supersalud en julio de 2016, que meses después ya empezaba a mostrar que la situación seguiría siendo igual de turbia.
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Por lo menos así lo dejó entrever la misma Supersalud cuando anunció la intervención en junio del año pasado: “La Nueva ESE Hospital Departamental San Francisco de Asís que hoy se interviene fue creada en diciembre de 2016, es decir, cinco meses después de que el anterior hospital, del mismo nombre, fuera liquidado por la crisis que atravesaba”.
Los empleados reclaman los pagos atrasados no solo para poder continuar con sus labores en el centro médico, sino también para resolver el pago de sus compromisos. Esta situación deja las alarmas encendidas en uno de los departamentos del país con mayores niveles de pobreza, en medio de enfrentamientos de estructura ilegales que se disputan el territorio y bajo el riesgo de la llegada de enfermedades que se fueron dejando a un lado por darle prioridad a la atención de la pandemia del covid.
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