El lado duquista del gobierno Petro

Varios de los presuntos abusos de poder criticados al gobierno del entonces presidente Iván Duque, parecen replicarse en el de Gustavo Petro. ¿Por qué?

“El peor azote del ser humano, es la lengua”. Así reza uno de los adagios más usados por la filosofía popular y que hoy parece convertirse en el azote del gobierno del presidente Gustavo Petro.

Nadie duda del papel fiscalizador que cumplió el hoy presidente Petro, cuando hacía parte de la oposición a los gobiernos de turno.

La calidad de sus denuncias, la intensidad de sus debates y la habilidad para simplificar los abusos del poder, eran muy reconocidas por la opinión pública colombiana.

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Pero ahora que Petro está en el poder es inevitable que, tanto a él como a todo su gobierno, le fijen una lupa a todas las decisiones y actuaciones.

Por cuenta de ese riguroso escrutinio, el país viene presenciando llamativas denuncias que hacen recordar otrora prácticas cuestionables durante el gobierno Duque.

Desde la contratación de influenciadores, pasando por compras suntuosas y hasta el uso del avión presidencial para actividades diferentes a los del jefe de Estado, parecen coincidir en el gobierno Petro y cuya bandera política es justamente el cambio.

De Nati Bedoya a Lalis Smile

La copa que rebosó el vaso ocurrió cuando el país supo del millonario contrato que firmó Laura Daniela Beltrán Colmenares y la Agencia Nacional de Contratación Pública, más conocida como Colombia Compra Eficiente.

Resulta que ella es Lalis Smile, una reconocida influenciadora creadora de contenidos en redes sociales. Esa agencia firmó dos contratos con la productora de contenidos y que sumarían 62 millones de pesos.

Desde la entidad oficial salieron a aclarar el objeto de esos contratos y la legalidad de los mismos, pero enfatizando es desmentir que la influenciadora fuera la imagen institucional de la entidad.

“La contratista Laura Beltrán no es la imagen oficial de Colombia Compra Eficiente, es la encargada de asesorar la creación de estrategias digitales para las redes sociales de la entidad”, explicó la entidad pública a través de un comunicado oficial.

De igual forma, defendieron la legalidad de esos contratos y aclararon que hacen parte de una estrategia de comunicación y posicionamiento de la marca.

“La Agencia suscribió una serie de contratos con proveedores idóneos que cuentan con amplia experiencia en la preproducción, producción, posproducción y divulgación de piezas comunicativas. Dichos proveedores cumplieron las obligaciones contractuales satisfactoriamente y entregaron productos de calidad”, aseguró la entidad.

Nada de esto habría sido objeto del escrutinio público de no ser por un pequeño detalle: Lalis Smile, además de influenciadora, es una reconocida activista política que en el pasado no escondió sus preferencias por Gustavo Petro.

De ahí que muchos, especialmente desde la oposición política, critiquen el doble resero de los petristas a la hora cuestionar esas prácticas.

No hay que ir muy lejos para encontrar un ejemplo. En redes sociales se volvió tendencia la etiqueta Nati Bedoya, en alusión a la polémica abogada, activista e influenciadora Natalia Bedoya, cuyos contratos con el gobierno Duque fueron duramente cuestionados por los petristas.

Aunque en este caso la propia Laura Beltrán quiso bajarle la temperatura al debate publicando un video en el que ofrece sus explicaciones, la polémica en redes sociales la mantenían como tema con las tendencias #meritocraciaes.

Las amigas de Verónica y Petro

En medio del escándalo mediático por la contratación de Lalis Smile, surgió otra polémica que nuevamente puso en el ojo del huracán a la Primera Dama, Verónica Alcocer.

Esta vez corrió por cuenta de un confuso vuelo del avión presidencial y que, al parecer, habría hecho una escala para recargar combustible y de paso recoger a una funcionaria del círculo de confianza de Alcocer.

Se trata de Eva Ferrer, Alta Consejera para la Niñez y la Adolescencia, quien según versiones dadas por periodistas de La W radio, se habría subido al avión durante una escala que hizo en Tenerife (España).

El comentario armó un escándalo mediático por varias razones. Primero, porque Ferrer es española y el comentario periodístico sembraba dudas sobre la pertinencia de esa escala del avión: ¿Se hizo para tanquear, para recoger a una amiga de Alcocer o ambas?

En la misma emisora la funcionaria Ferrer aclaró que ella no se subió el avión en Tenerife, porque sencillamente ya venía en el vuelo y por lo tanto es falsa la interpretación que estaban haciendo.

Cierto o no, que esa escala se hizo para recoger a una amiga de la Primera Dama, el episodio desmentido fue aprovechado por la oposición para atacar al gobierno Petro por el supuesto uso indebido del avión.

Como se recordará, al presidente Iván Duque tampoco le perdonaron en su momento que usara el avión presidencial para llevar a una de sus hijas, junto a sus amigas de colegio, para celebrar el cumpleaños en el parque Panaca de Montenegro (Quindío).

Foto: especial.

El incidente también sirvió para revivir los cuestionamientos en torno a las supuestas cuotas burocráticas que tiene Verónica Alcocer, en el gobierno de su esposo Gustavo Petro.

Por ejemplo, en redes sociales no desaprovecharon para enrostrarle al Gobierno su insistencia por mantener en el cargo a Concepción Baracaldo, la cuestionada directora del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (Icbf) cuyo mérito aparente sería ser amiga y vecina de Verónica Alcocer.

Por todos esos detalles, es que desde la oposición política insisten en recordarle al presidente Gustavo Petro que, algunos de los recientes escándalos parecieran la copia de los que criticaban cuando el presidente era Iván Duque.

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