El crudo dilema sobre el precio de la gasolina en Colombia
Cuando Gustavo Petro era opositor, no dudaba en asegurar que subir el precio de los combustibles aumentaba el hambre y la pobreza; pero durante su Gobierno, la gasolina ya subió un 32,6 por ciento ¿Por qué?
Cuando Gustavo Petro Orrego se posesionó como presidente de Colombia, el 7 de agosto de 2022, el precio del galón de gasolina tenía un costo promedio de 9.180 pesos.
Ocho meses después, ese mismo galón de gasolina cuesta 12.173 pesos; es decir, sufrió un alza acumulada de 2.993 pesos, lo que equivale a un incremento del 32,6 por ciento.
Esa es la cruda realidad que enfrentan los colombianos ante un tema tan sensible y polémico: desmontar el subsidio a los combustibles.
Ni Álvaro Uribe Vélez, cuando fue presidente de Colombia, en medio de altos índices de popularidad, “mano dura” e ideología de derecha, se atrevió a ponerle freno a un asunto tan espinoso como el precio de los combustibles.
Irónicamente, quien le puso el pecho a la difícil situación fue justamente un mandatario de izquierda y que, en sus días de opositor, siempre criticó con ferocidad a los gobernantes de turno que osaban subir el precio de la gasolina.
Como era de esperarse, las redes sociales le refrescaron la memoria, no solo al presidente Petro, sino a sus principales escuderos, como el exsenador Gustavo Bolívar y el ministro Luis Fernando Velasco, quienes no dudaban en criticar las alzas a los combustibles anunciadas durante la presidencia de Iván Duque.
Casi todas las críticas de la oposición de entonces giraban en torno a un mismo argumento: subir el precio a la gasolina aumenta la inflación y, por lo tanto, golpea a los más pobres, quienes, al final, tienen que pagar más, de acuerdo con ingresos, por el transporte público o los alimentos.
Incluso, el exsenador y actual ministro del Interior, Luis Fernando Velasco, aseguró en su momento, durante entrevista radial en La W, que si no se frenaba el alza a la gasolina, “puede haber un estallido social”.
En efecto, desde estudios económicos del Banco de la República, pasando por otros de la Organización para el Desarrollo Economico (OCDE), hasta el mismo Fondo Monetario Internacional (FMI), reconocen que subir el precio de los combustibles tiene efectos inflacionarios.
“En primer lugar, es necesario complementar las iniciativas de ajuste fiscal con medidas que fortalezcan la protección social y protejan a los hogares vulnerables del impacto negativo de las reformas”, asegura el FMI en una recomendación que hiciera en 2019 al entonces ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla.
“(…) Se estima que un choque del 10 % a los precios de la gasolina y del ACPM aumenta la inflación del índice de precios al consumidor en 1,31 %”, advierte otro documento publicado desde 2009, por el Banco de la República.
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La gasolina de Petro
Pese a la evidencia técnica existente en torno al impacto inflacionario por cuenta del alza de los precios de los combustibles, el presidente Petro le apostó a lo políticamente incorrecto, pero fiscalmente aceptable: reducir el déficit del Fondo de Estabilización del Precio de los Combustibles (FEPC) que, hasta el año pasado, acumulaba un saldo en rojo de 30 billones de pesos.
El FEPC nació en 1998, durante el gobierno del entonces presidente, Andrés Pastrana, con un capital semilla de 277 millones de dólares (para la época, un poco más de 500.000 millones de pesos).
La naturaleza de ese fondo era blindar a los colombianos frente al vaivén del precio internacional del petróleo, cuya volatilidad ha puesto en jaque a varias economías del mundo.
Si es tan claro y evidente la afectación en torno al alza del precio de los combustibles, ¿por qué un presidente de izquierda como Gustavo Petro se arriesga aplicando una medida tan impopular y costosa, políticamente hablando?
Aunque engañosamente Petro presidente argumenta que el subsidio a los combustibles solo beneficia a los más ricos y, por lo tanto, hay que desmontarlos, todo parece indicar que el verdadero propósito de su voltereta ideológica es liberar flujo de caja para ejecutar sus programas asistenciales en beneficio de la población más vulnerable.
Dicho en palabras más simples, estaría sacando el dinero del bolsillo derecho, para meterlo en el bolsillo izquierdo.
Al final del ejercicio, esos recursos se gastarán de manera indirecta, mediante programas sociales focalizados en los estratos uno y dos; y no como un subsidio directo del que también disfrutaban los estratos 3, 4, 5 y 6.
A simple vista, nadie se opondría a que un gobierno decida quitarles subsidios a los ricos para entregárselos a los más pobres; algo que sirve para las galerías, pero no para la realidad de millones de colombianos y a quienes, por culpa de la inflación y el aumento de los combustibles, ven como la platica les alcanza para adquirir menos comida.
El problema no es en blanco y negro. Por el contrario, tiene sus zonas grises, como lo los expertos advierten.
¿Gasolina, solo para ricos?
Sin embargo, la discusión de fondo que proponen los detractores de la nueva politica de precios a los combustibles del presidente Gustavo Petro radica en argumentar que los dueños y usuarios de vehículos automotores que transitan en Colombia no son precisamente ricos.
Según la Federación de Aseguradores Colombianos (Fasecolda, el gremio que aglutina a las 35 aseguradores que operan en el país), hoy en Colombia transitan 17.6 millones de vehículos automotores. De ese parque automotor, el 60 por ciento son motos. Eso quiere decir que hay 10.5 millones de motos y 7.1 millones de carros.
Si calculamos los dos pasajeros que se pueden montar en motos, eso permite concluir que al menos 21 millones de personas se movilizan en esos vehículos. O sea, casi la mitad de la población colombiana.
La otra cifra llamativa es la de los carros. Según estadísticas de Fasecolda, en el país transitan 7.1 millones de vehículos automotores. A esa cifra habría que restarle los de transporte público y carga, para depurar los de uso particular.
De acuerdo con un informe elaborado por Kantar, una compañía experta en análisis de datos, para 2021, la población colombiana en estratos 4, 5 y 6 no superaba el 18 por ciento. Algo así como nueve millones de colombianos, o sea que hay más ricos que carros.
Mientras tanto, los estratos 1 (21 por ciento), 2 (32 por ciento) y 3 (29 por ciento) completan el restante 82 por ciento. Esos tres niveles socioeconómicos suman 41 millones de colombianos.
La otra arista de esas cifras es que no se puede concluir que todos los carros que transitan en Colombia son propiedad de los ricos. El mercado del usado de baja gama es un sector que se mueve ampliamente en el país.
Así las cosas, asegurar que al subsidiar la gasolina se les estaría regalando dinero a los ricos es desconocer ciegamente el uso masivo de los vehículos automotores dentro de las clases más populares del país.
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19 Comentarios
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Es que la idea no es NUNCA ATACAR A LOS RICOS, ese es un enfoque errado si no perverso; EL PROBLEMA ES FISCAL, Hay que SUBIRLE EL PRECIO A LA GASOLINA PORQUE 30 BILLONES DE DEUDA ES DEMASIADO; y recuerden que no se deben porque el presidente de izquierda quiera o lo haya dicho , o decretado. Fue un PESIMO MANEJO DE GOBIERNOS DE DERECHA.
Esa es la izquierda no le importa a los pobres solo los usan
Gobernar para mejorar la calidad de vida, con bienestar social de los colombianos, no es con mayor inflacion de los alimentos, no es subiendo el precio de los combustibles, Petro y su gobierno deben parar ya esa politica fiscal erronea, pues afecta mayormente a la clase pobre, que somos mas en colombia
Si no lo hace entonces habra estallido social.
Arturito, se nota tu inclinación. Bueno para los demás que son más profundos en análisis, el subsidio se creó para no generar fluctuación en el precio mensual según efectos internacionales. Adicional,en países productores como Colombia o Venezuela los subsidios aplican como compensación a la producción petrolera. Hay que balancear las deudas, pero sin populismo cómo que El pobre subsidia La Toyota.
Buen análisis pero faltó mencionar que los carros da alta consumen gasolina no subsidiada y además también existen con motor diesel
El costo fiscal del pais lo lleva la clase media todo ese platal supuestamente es para los mas vulnerables .pero sera que esta lo sabra utilizar .disminuira la pobreza extrema dejararan de haber menos niñas embarazadas y padres y madres irresponsables
Le pedimos al Gobierno q no se haga mas alzas alos combustibles q afecta la clase trabajadora y al campesino hay maneras d tapar el hueco con l plata q recoje la Dian el 19 % del iva y la plata q se incauta alos Narcos y hacer menos gastos en burocracia eso se puede hacer si verdad hay voluntad política
Así empezó nuestro hermano país atacando a la clase más alta recuerdo el señor Chávez como arremetía contra aquel que con tanto sacrificio obtenía muchas facilidades para tener una calidad de vida a su gusto y e solo decía en sus programas que el rico tenía que darle a los más pobres. Valla y vea cómo están los pobres en Venezuela. Hay que salir a la calle a protestar amigos esto no se aguanta soy taxista en el mandato de duque con 40 mil pesos de gasolina trabajaba todo un día ahora me toca tanquear hasta 83 mil pesos el día se me va en gasolina y tarifa. De verdad hay que tomar acciones contundentes por qué Petro nos está llevando a un colapso peor que el que vive Venezuela el socialismo destruye ciudades enteras.
Nunca he entendido y me disculpan la ignorancia de q nos sirve ser productores de petróleo si nos toca (ricos y pobres) pagar el combustible a precios internacionales, perdemos por ambos lados pq el petroleo sube y pq el peso se desvaloriza.
Es que Los combustible para el servicio público es a quien deben tener el subsidio de los combustible solo los vehículos de servicio público los verdaderos golpeados ante la alza y vehículos de baja gama……
Subcidio solo para carros públicos y de transporte de carga. Así no se venefician los ricos y no se afecta la canasta familiar. Y la activación económica sigue su rumbo normal
Todo cuarto de hora pasa y cuando nos damos cuento q está pasando nos desesperamos y emocionalmente decimos cosas incongruentes. Este mandato actuará cada día con más yerro pensando q ya se les pasó un año y la bola de cristal no revela q los otros 10 millones se adiestrar a su izquierda. Al final seremos un disparate “Dios meta su mano” para q no lleguemos a donde está Venezuela, Cuba y Nicaragua.