Piratas, corsarios y bucaneros privatizan el agua

Un amigo caleño asesor ambiental, Gustavo Eduardo Moreno Angulo, me hizo llegar un estremecedor documental El Agua como mercancía (1), realizado por el canal alemán DW, en el que se muestra lo que le está pasando al planeta con la privatización del agua.

Porque ese mundo brutal ya se está viviendo Australia, el continente más seco del planeta, en donde, por la crisis del cambio climático y por la avaricia, el agua pasó a manos de los tiburones financieros.

Aun no me repongo del impacto que me produjo este documental, que recomiendo con entusiasmo, porque hay signos perturbadores de que en otros países pueda ocurrir lo mismo, como es el hecho de que desde el año antepasado el agua empezó a cotizar en la bolsa de California y en Wall Street. La guerra apenas comienza.

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La “revolución financiera del agua” que no es más que privatizar del agua, ha sido impulsada desde hace media centuria por el Banco Mundial, por el Fondo Monetario Internacional y por la Organización Mundial de Comercio; sustentados en la extravagante y demencial doctrina neoliberal, según la cual, el agua no es más que una pinche mercancía, con un valor económico que debe ser regido por las leyes del mercado. “Es un producto financiero, como cualquier otro producto financiero”, dicen los banqueros sin mirar a los ojos.

Como resultado, hoy en día, en Chile y Australia, quien tiene tierra no es necesariamente el dueño del agua que corre por esta. El dueño, muy seguramente, es un banquero, un asegurador o un gerente de fondos de inversión o de pensiones. “está aquí puedo tocarla, puedo sumergir mis pies en ella, pero no puedo usarla a menos que tenga ese dinero”² dice un granjero arruinado mirando pasar el agua privada por un canal contiguo a su finca en Australia.
En siglos anteriores cuando abundaba el agua, se la consideraba ilimitada y barata, pero ahora con el cambio climático, al mundo financiero les cayó del cielo el oro azul: “El agua fluye río arriba, hacia el dinero“.³

Por nuestros lares, los economistas de la escuela de Chicago que hicieron parte del equipo económico del dictador Pinochet, en realidad corsarios, bucaneros y piratas, privatizaron todo, hasta el agua. Al Estado le dieron la atribución de conceder derechos de aprovechamiento a la empresa privada de forma gratuita y a perpetuidad. Ni cortos ni perezosos las empresas mineras y agrícolas dedicadas a la exportación adquirieron los títulos de manera mayoritaria.

Chile se convirtió en “un país donde el Estado no interfiere en ningún aspecto para garantizar el bien público”, así lo explica el profesor Carl Bauer, catedrático de la universidad de Arizona. En el país austral, el gran instrumento de gestión del agua es el dios mercado.

Agua privatización
“En Colombia, aunque no hemos tenido la saña privatizadora del caso chileno, la cuestión tampoco ha sido color de rosa y los peligros acechan”.

Es decir, el paraíso de los neoliberales impuesto a bala y terror. Ahora, con la llegada a la presidencia de Gabriel Boric, muy seguramente se escribirá otra historia, pues se comprometió con terminar la privatización del agua y con el modelo neoliberal heredado de la dictadura.

En Colombia, aunque no hemos tenido la saña privatizadora del caso chileno, la cuestión tampoco ha sido color de rosa y los peligros acechan. La Constitución de 1991 no consagró taxativamente el derecho fundamental al agua. La Corte Constitucional lo considera como tal, por conexidad, dado que si no fuere protegido, se vulnerarían los que están debidamente consagrados. Además, la ley 142 de 1994 o ley de servicios públicos, es la simiente de la privatización del agua.

En tres oportunidades, en el 2008, en el 2013 y en el 2017 se han presentado propuestas de actos legislativos para incluir el agua potable y el saneamiento básico como derechos fundamentales, y en las tres oportunidades los han hundido. El gobierno y la coalición de gobierno en el congreso, siempre se han amangualado para sepultar ese tipo de iniciativas.

En nuestro país también, “de enero a enero gana el banquero”, como ocurrió durante el segundo gobierno de Uribe, cuando el ministro-banquero Carrasquilla, impulsó una reforma constitucional y una ley proclive a sus intereses. Acto seguido renunció al ministerio y estructuró una emisión de bonos, para que capitales privados prestaran recursos a los municipios y se construyeran acueductos a tasas que bordearon la usura, sin requisitos de viabilidad técnica, con el pago sobreasegurado y sin que se pudiesen reestructurar ni prepagar las deudas. Como resultado, los banqueros se quedaron con los recursos y los municipios sin acueductos y con deudas que aún no terminan de pagar.

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El hecho fundamental es que el agua está escaseando cada vez más, mientras el consumo mundial se duplica cada 20 años.⁴ Esto inclina a los gobiernos -influidos por las multinacionales- a la privatización del agua. Le corresponde a la resistencia ciudadana de todos los países, seguramente desde la calle, luchar porque se materialice la promulgación de la ONU del 2010, que considera el acceso al agua potable y al saneamiento básico “como un derecho humano esencial para garantizar el pleno disfrute de la vida y de todos los derechos humanos, entre ellos, el de vivir en condiciones dignas y adecuadas”.

Sobre este tema crucial, se requieren pronunciamientos claros de todos los precandidatos a la presidencia. Hasta ahora -que yo me dé cuenta- solo Jorge Enrique Robledo y Gustavo Petro son viejos luchadores por el derecho fundamental al agua; en general, la Coalición de la Experiencia o Equipo por Colombia está conformado por curtidos privatizadores; y habrá que preguntarle al resto de la Coalición Centro Esperanza, su posición al respecto.

¹ La lucha mundial por el agua | DW, Bing video

² Ibid.

³ Oro Azul. Maude Barlow y Tony Clarke. Pág. 3. Editorial Paidós.

Ibid, Pág. 6.

8 Comentarios

  1. Eso es lo que ellos quieren que se haga en Colombia pero nosotros cómo representantes de nuestra agua no lo vamos a permitir por eso invito a las comunidades que nos alluden acuidar nuestro líquido preciado pueblo unido jamás cera vencido edicho

  2. Juan David Barco Castellanos

    La privatización del agua es un atentado directo a cualquier tipo de vida, pues es la representación primitiva y fundamental de la misma. Y ante todas las manos perversas Colombia le pondrá un rotundo tate quieto este año.

  3. Luis Marino Quijano

    Un tío de mi papá decía “en un futuro el agua se va a comprar” nadie le creía. Pero ya llegó el momento en que el agua se volvió producto preciado.

  4. Ya ha habido gobiernos neoliberales como el del psicópata colombiano que ha querido privatizarnos hasta la cama donde dormimos. Es de esperar entonces que este señor y sus cómplices quieran también privatizarnos el agua

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