Papá Ramón
Ramón Jesurún, la cabeza de una dirigencia misógina que ha hecho tan poco por el fútbol femenino, se considera un padre para las jugadoras… Bien dicen que Colombia es un país de padres ausentes, ¡porque qué papá!
La Selección Colombia acababa de ganarle a Argentina 1-0 en la semifinal de la Copa América que se disputa en Colombia y todo era fiesta, y con motivos, pues con esa victoria Colombia no solo clasificó a la final de la copa, sino que pasó directamente al Mundial de 2023 en Australia y Nueva Zelanda y calificó directamente a los Juegos Olímpicos de París en 2024… Era el partido con más presión de todo el torneo, contra un equipo muy jodido y con una jueza malísima, y ellas lo ganaron.
Lo ganaron a pesar de que el técnico Nelson Abadía no hace cambios, y al final las jugadoras estaban fundidas mientras Argentina, con cinco sustituciones en el segundo tiempo, se le fue encima a Colombia con medio equipo fresco, incluso a pesar de tener una menos por expulsión.
Lea más de Alejandro Pino Calad: Los amigos del presidente
Lo ganaron a pesar de que el grupo comenzó golpeado la Copa por los vetos a jugadoras como Natalia Gaitán, Isabella Echeverry, Yoreli Rincón y Vanessa Córdoba, que tienen que celebrar a distancia el logro de sus compañeras porque los dirigentes no las quieren ahí al haber hecho públicas sus críticas al manejo que se le da al fútbol femenino en Colombia.
Lo ganaron a pesar del golpe anímico recibido el viernes pasado, cuando se confirmó que la Dimayor canceló la liga femenina del segundo semestre por su falta de gestión ya que nunca pensaron hacerla, y ponerse a inventar una liga a estas alturas era imposible. Lo ganaron a pesar de que la mitad de esta Selección Colombia Femenina se va a quedar sin trabajo apenas se acabe la copa porque no tendrá en dónde jugar.
Las jugadoras lo ganaron, no solo el partido sino el pulso a la dirigencia y el triste sector de la afición que defiende que “eso del fútbol femenino pa’ qué”. Esos mismos que verán el Mundial masculino por televisión y que hace rato no saben qué es que un equipo juvenil de hombres vaya a una copa del mundo, mientras que en este 2022 no solo esta selección sino la Sub-20 y la Sub-17 clasificaron a los mundiales femeninos de cada categoría.
Lea más: El fútbol femenino sacó la cara y armó la fiesta
Por supuesto que ellas merecen todo el crédito, Linda Caicedo, Leicy Santos (qué 10 tan bien puesta en esa camiseta), la jefa Cata Usme, la capitana Daniela Montoya, Mayra Ramírez, que tuvo una jugada en la que acostó hasta a Evita Perón para luego estrellarla en el palo, Cata Pérez que es tremenda arquera suicida… todas y cada una de ellas merecen los aplausos por esta triple clasificación. Por eso no deja de molestarme que en medio de la fiesta de ellas saliera Ramón Jesurún a celebrar.
Aclaro, por supuesto, que el presidente de la Federación Colombiana de Fútbol tiene derecho a celebrar lo que se le dé la gana, más sabiendo que, con la clasificación de Colombia a la final, la FCF aseguró al menos 500.000 dólares como premio de la Conmebol (puede ser millón y medio de dólares si hay título), sin contar la plata que viene de Fifa por la clasificación al Mundial. ¿Cómo no va a celebrar Ramón Jesurún que entre plata cuando los equipos masculinos no le van a dar un peso este año?
Pero hay que ser un poco caradura para dar las declaraciones que dio. “Tengo una relación muy linda con ellas. Las adoro. Las tengo a todas como mis hijas. Algunas, de pronto, como mis nietas”, les dijo a los micrófonos de WIN sin que le doliera una muela.
“Como mis hijas”, dijo Ramón Jesurún. El mismo que no se dignó a bajar del palco a felicitarlas cuando ganaron el oro panamericano en Lima 2019. El que no se hizo presente en el sorteo de la Copa América de la que es organizador por estar disfrutando de viáticos en Catar e Inglaterra. El que avala los vetos a las que exigen derechos y prefiere quedarse callado antes que corregirlo, cuando su vicepresidente Álvaro González Alzate insulta públicamente a las jugadoras. El mismo que quería echarle tierra al tema cuando se reveló que Didier Luna, el DT que él nombró al frente de la Sub-17, acosó sexualmente a la fisioterapeuta del equipo, Carolina Rozo, a quien le ofrecieron un cargo en la Federación para que quitara la denuncia.
Él, Ramón Jesurún, la cabeza de una dirigencia misógina que tan poco ha hecho por el fútbol femenino, tanto es así que no vamos a tener liga en el segundo semestre a pesar de ser finalistas de copa, mundialistas y olímpicas, se considera un padre para las jugadoras… Bien dicen que Colombia es un país de padres ausentes, ¡porque qué papá!
Lea más: El fantasma del veto: una Copa América sin grandes jugadoras de la Selección Colombia
5 Comentarios
Deja un comentario
Lo mínimo que deben hacer es garantizar que este equipo y las posibles puedan entrenar y tener un salario al menos hasta el mundial o la próxima liga!