Reforma a la salud, de la reculada de conservadores y La U al mal papel de Escaf

El Gobierno enfrenta la posibilidad de que los partidos tradicionales, aliados al inicio, le den la espalda —como sucedió con la reforma política—, poniendo ahora la de salud en vilo.

Sesión del 18 de agosto, en la Comisión Séptima de la Cámara, sobre a la reforma a la salud.

A pesar de esta ‘aplanadora’ política y de postergar seis horas el debate, el presidente de la Comisión Séptima del Senado, el actor y presentador Agmeth Escaf, no pudo sacar adelante la discusión de la reforma a la salud presentada por el Gobierno y, por el contrario, se dejó llevar a las arenas movedizas de Ley Quinta del Congreso, de reglamentos y procesos que embolataron el comienzo del trámite del proyecto.

Tras decidir impedimentos, recusaciones y solicitudes de buscar que el secretario de la Comisión o asesores del Gobierno lo orientaran, la sesión finalmente fue suspendida. Escaf tuvo un mal papel y postergó aún más la incertidumbre de si hay mayorías o no para aprobarla, por lo menos en esa comisión.

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Junto con Gaviria, Conservadores y La U se ‘bajan del bus’ de la reforma

Por otro lado, hoy los partidos Conservador y de la U anunciaron que no apoyarán el proyecto presentado por el Gobierno, pese a varios intentos de última hora para llegar a acuerdos que satisficieran a los presidentes de dichas colectividades, Dilian Francisca Toro (La U) y Efraín Cepeda (Conservador).

Por su parte, César Gaviria, líder de los liberales, manifestó el 27 de marzo sus inconformidades con respecto a la reforma encabezada por la ministra de Salud, Carolina Corcho, cuando no solo faltó a la reunión a la cual fue citado por Gustavo Petro para discutir el tema, sino que prometió radicar un proyecto diferente al que ya había firmado junto con los Partidos Conservador y La U.

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Antes de reunirse con el presidente Gustavo Petro, el 27 de marzo, Dilian Toro manifestó preocupación por la posible “burocratización” de los recursos. Efraín Cepeda dijo que la reforma aún tiene apartados que no se acordaron con el Minsalud.

De presentar un nuevo proyecto, el del expresidente sería el quinto de los que yacen en la Cámara de Representantes, junto con el de Germán Vargas Lleras, por Cambio Radical; el del Centro Democrático, el del Movimiento Pacientes Colombia, el de La U —junto con conservadores y liberales—y el del Gobierno.

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Y es que la reforma debe lograr que 12 de los 21 senadores que conforman la Comisión Séptima voten a favor de la propuesta. Pero sin los conservadores, liberales y La U, será difícil lograr ese número. Aunque si algo se vio durante el debate de este martes fue el intenso cabildeo que varios ministros presentes, como Alfonso Prada, ministro del Interior; Carolina Corcho, de Salud; Gloria Inés Ramírez, de Trabajo; y Catalina Velasco, de Vivienda, adelantaron para “voltear” en favor de la reforma a varios parlamentarios de los partidos rebeldes.

Petro responde

En parte, lo ocurrido hoy es una muestra de la guerra de mensajes encontrados entre el Gobierno y los líderes de los partidos.

Este 18 de abril, el presidente de la República tuiteó que algunas propuestas de las bancadas conservadora, La U y liberal eran incompatibles con la reforma: “No se pueden aceptar la totalidad de las propuestas porque nos devuelven a un mundo donde el dinero público es manejado por privados que hacen negocio con él y con la salud de los colombianos. Buena suerte“, trinó Petro.

El primer mandatario también defendió la de la salud como una de sus reformas insignia de campaña: “Son las reformas fundamentales que aplican el programa de gobierno que el pueblo eligió. La coalición mayoritaria ha aceptado que la base del planteamiento común político en el Congreso es el programa que el pueblo eligió y, en esa medida, de eso depende la coalición”, expresó el presidente.

Asimismo, dijo que, sin las bases, “la reforma no tendría sentido. Y es que el dinero público se maneje públicamente y deje de ser el escenario de robos, de crisis hospitalarias, traslados como hubo en el pasado al paramilitarismo e ineficiencia en la salud de los colombianos”.

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‘Renunciados’ en los gabinetes

Pero la respuesta de Petro no se limitó a publicaciones en Twitter.

A solo dos meses de posesionado como primer mandatario, Petro había logrado reunir sectores que, en el pasado, nadie apostaba se unirían a su favor con el fin de consolidar el Pacto Histórico como mayoría en el Congreso y conseguir la aprobación de las reformas que prometió en campaña.

Sin embargo, por razones ideológicas y en cierto grado previsibles, estos tres partidos, que se presentaron al inicio como parte de la Coalición de Gobierno a cambio de cuotas en él, se han ‘bajado del bus’, primero, con la reforma política y hoy, al retirarle su apoyo, haciendo tambalear la de salud.

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En ese contexto, en la tarde de este 18 de abril, el presidente pidió la renuncia de varios viceministros de los partidos Liberal, Conservador y la U, publicó el portal Portafolio; funcionarios que pertenecen a los ministerios de Vivienda, Transporte y de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC).

Según supo ese medio de comunicación, la decisión se dio por las críticas de esas colectividades al proyecto, pese a “estar concertado en un 99 por ciento” hace menos de dos semanas.

Sin embargo, ese uno por ciento es uno de los puntos más álgidos del sistema: la continuidad o no de las empresas promotoras de salud (EPS) y su función como intermediadoras entre los dineros del Estado y las instituciones prestadoras de servicios (centros de atención, IPS), papel que el Gobierno espera eliminar por medio del giro directo de los recursos a estas últimas.

Sin embargo, mantener las EPS con cambios, el sistema de aseguramiento y frenar la estatización que Petro y Corcho quieren de la salud son puntos de inflexión para los liberales, conservadores y el Partido de la U.

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Fuego no tan amigo en la coalición

En caso de que el Ejecutivo y los tres partidos se desligaran definitivamente de la coalición, las otras reformas (laboral y pensional) que el Gobierno tramita junto con la de salud también estarían en riesgo, y Petro vería afectada buena parte del programa con el cual fue elegido y que defiende.

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Aunque la historia del sistema de salud en el país le da la razón al presidente cuando habla de corrupción e ineficiencia, también se las da a quienes lo defienden frente a resultados importantes en cuanto a aseguramiento y protección.

La posibilidad de que buena parte de la coalición se declare en oposición a la reforma insignia de Petro lo pone en la encrucijada de seguir dejando toda la ‘sangre en el cuadrilátero’, sacrificando su capital político por un proyecto que aún no concilia y cada vez tiene menos aceptación popular, o cede y posterga esa batalla para salvar otras reformas que pueden ser más importantes, como la de pensiones.

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A los múltiples interrogantes planteados por algunos sectores del Gobierno, civiles y de la salud se suma el de si la discusión abierta —bienvenida en toda democracia— de reformas sociales tan sensibles para millones de colombianos está jugando en contra de la gobernabilidad del presidente, en especial si su equipo no está dispuesto a escuchar y ceder frente a los argumentos de los partidos que ayudaron a elegirlo y hacer mayorías en el Congreso.

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