Reformar, ¿para qué?
“Tramitar al mismo tiempo varias reformas es una maratón titánica. pero que igual exige una contraprestación que tal vez no está dispuesto a asumir el presidente Petro, como lo demostró con el súbito cambio de gabinete”.
El Gobierno Petro llegó con ganas de cambiarlo todo. Ese pensamiento mesiánico que tiene todo ególatra no podía dejar la estructura como está o, por lo menos, dejar lo que funciona bien. Tal vez leyó esta oración esculpida en alguna escultura clásica y la hizo suya: “Volveos. A mis espaldas no hay nada”.
Por eso inició una andanada legislativa que agota su capital político como la imagen de su favorabilidad. Más ahora que designa un gabinete de sus entrañas para mostrar el poder del Presidente, olvidando, tal vez, que la democracia no es un ejercicio individual, que trae consecuencias nefastas a quien así lo asume.
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Solo es ver su creciente impopularidad, que muestra unos guarismos preocupantes (para él) en la última encuesta que llega al 57 por ciento de desfavorabilidad, aumentando en cinco (5) puntos con relación a la última del mes de febrero de 2023.
Es una tendencia marcada querer tener decisiones totalitarias, sobre todo en los mandatarios de izquierda, y ejemplos hay en abundancia.
Revisemos solo a algunos del vecindario.
Salta a la vista Daniel Ortega, exsandinista que ahora se apoderó de Nicaragua, enviando a la cárcel y al exilio a la intelectualidad de su país, entre ellos, a la poetisa Gioconda Belli y el escritor y ex vicepresidente Sergio Ramírez.
Más cerca a nuestra tierra, Nicolás Maduro. Todos conocemos y padecemos en carne propia los efectos de su devastadora política que incomoda, por no decir, fastidia.
Por eso, tramitar al mismo tiempo varias reformas, (i) laboral, ii) pensional, iii) salud y iv) justicia, es una maratón titánica. Requiere alfiles especializados en los asuntos que se someten al ‘ferrocarrileo’ en el Congreso, pero que igual exige una contraprestación que tal vez no está dispuesto a asumir el presidente Petro, como lo demostró con el súbito cambio de gabinete.
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Sigue amenazando con sacar las ‘fuerzas vivas’ a las calles, pero esa no es la vía. Ya ha notado que se le ha devuelto el balón y el descontento popular cada vez va in crescendo. Es un búmeran que en octubre mostrará su efecto…
Así que difícilmente en este período legislativo logrará, por lo menos, avanzar en la reforma a la salud que, gracias a la oposición técnica y política que han adelantado varios líderes del orden nacional, como el expresidente César Gaviria, la vital líder María Fernanda Cabal y el ex vicepresidente Germán Vargas Lleras, se ha logrado detener esa inconexa iniciativa.
En esta brega, hay que abrir especial capítulo para la actual presidenta del partido de la U, Dilian Francisca Toro.
Clave en este proceso, experta —como la que más— en temas de salud al ser médica de profesión, especialista en reumatología, exsecretaria de salud de la Gobernación del Valle, exgobernadora del Valle del Cauca, exsenadora y, en ese rol, fue presidenta del Congreso de la República, donde adelantó la aprobación de la ley de Talento Humano en Salud (Ley 1164 de 2007) y la Ley Antitabaco (Ley 1335 de 2009), entre tantas sumatorias que tiene en su trayectoria política. Haberes legales que le dan valía para hablar con autoridad en la materia.
En este trámite no actúa como política, lo hace –claramente— como técnica, conocedora de la arquitectura jurídica del Sistema General de Seguridad Social.
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Así que hay toda una apuesta del cacareado “Gobierno del cambio” —que realmente es nefasto— para poder llevar a buen término los proyectos de ley, que serían su base legal para las modificaciones que pretende realizar y que, con el remezón ministerial, empiezan a ‘hacer aguas’. Quedan los días contados, hasta que termine la legislatura. Se cierran las puertas para el paso que quería. La armonía se ha alterado.
Diría Barba, ese icónico poeta nuestro: “Tal vez en otro mundo, la vida nos sonría…”
Y se van quedando en el tintero otros asuntos que merecen igual importancia, pero al no tener el impacto político y la impronta ‘petrista’ que quiere dejar en la historia de Colombia, no adelanta ni tramita. Tareas que igual tienen compromiso con la vida, con la salud de los colombianos, con la economía, con el fortalecimiento a las instituciones públicas.
No es sino mirar alrededor y palpamos su necesaria regulación: temas como el cobro de peajes viales, que tanto se reclama por quienes transitamos las vías intermunicipales o interdepartamentales. Otro asunto, es la regulación de las aerolíneas, que ha minimizado un sector tan importante como el turismo (amén del impacto con el IVA de la reforma tributaria de este gobierno).
Y hay otros temas de salud que la Corte Constitucional ha exhortado para que se legisle, pero el Congreso y el Gobierno le dan la espalda. Son temas que llevan años en larga espera y que boquean: eutanasia, interrupción voluntaria de embarazo (IVE), matrimonio igualitario, gestación subrogada, entre tantos otros, que entran a hacer coro de ese vacío eslogan: “Colombia potencia mundial por la vida”.
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3 Comentarios
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Dr Medina
Excelente artículo.
Dios líbranos de éste tan mal gobierno.