¿Qué se puede esperar de la regulación de las armas traumáticas?

Los alcaldes de Cali y Bogotá han insistido en que regular las armas traumáticas es una medida necesaria ante el aumento de los delitos. Sin embargo, expertos dicen que la regulación no se tiene que evaluar en esos términos.

El Ministerio de Defensa ya publicó el borrador del decreto final con el que el busca aplicarles a las armas traumáticas la misma regulación que tienen las armas de fuego.

A partir de la fecha en que entre en vigencia, los ciudadanos que tengan ese tipo de artefactos tendrán ocho meses de plazo para hacer el trámite de marcaje y registro y otros ocho meses para hacer la solicitud de permiso de porte.

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Las armas traumáticas y el aumento de los delitos: ¿una relación causal?

El Ministerio de Defensa asegura que el uso de armas traumáticas ha generado “una afectación importante a la convivencia y seguridad ciudadana” y que, por ende, se justifica su regulación. Para hacer esa afirmación, el ministerio se basa en el número de armas traumáticas incautadas desde 2018:

  • 2018: 3.201
  • 2019: 3.804
  • 2020: 5.478
  • Enero-julio: 6.569

A juzgar solo por las incautadas en lo que va del año, el Ministerio de Defensa parece tener razón, pues superan a las de todo el 2020. Sin embargo, al hacer la comparación las que se usaron para cometer delitos el panorama cambiaría. Según los mismos datos oficiales que presenta el ministerio, de las 6.569 armas que se incautaron, 125 se usaron en hurtos de distintas modalidades, 42 en porte de estupefacientes, 42 en casos de lesiones personales, 8 en violencia intrafamiliar y 6 en homicidio.

Entre enero y julio de de este año se han registrado 233.955 hurtos en distintas modalidades y 9.183 homicidios, según datos del Sistema de Información Estadístico, Delincuencial Contravencional y Operativo de la Policía Nacional (Siedco). Además, se han incautado 13.509 armas de fuego, de acuerdo con el Siedco. Así, a simple vista se podría decir que la incidencia de las armas traumáticas en esos delitos ha sido poca. O incluso que es difícil determinar si tienen incidencia.

“Puede que las armas traumáticas tengan una incidencia, como lo puede tener el parrillero hombre, tal vez, pero esto no es necesariamente lo que hace que la tendencia aumente drásticamente”, dijo a Diario Criterio Nicolás Cardona, politólogo analista de datos.

“No hay datos concretos sobre los homicidios por parte de armas traumáticas, entre otras cosas, porque es difícil determinar que un arma traumática te pueda matar. Normalmente los homicidios vinculados a armas traumáticas, la mayoría de casos, están relacionados con armas traumáticas modificadas”, añadió Cardona.

Pero también se debe tener en cuenta que muchos delitos no quedan en los registros oficiales, así como tampoco cuántas armas traumáticas se han usado para cometer esos delitos. 

“No sabemos cuántas hay en el mercado, no sabemos quién las tiene, no sabemos cómo las administran, pero lo que sí sabemos es que las están utilizando, y como las utilizan con el mismo objetivo de las armas de fuego, estoy de acuerdo con que tengan el mismo régimen legal”, explicó a Diario Criterio César Restrepo, director de Seguridad Urbana de ProBogotá y consultor en asuntos de seguridad.

En ese sentido, de acuerdo con Restrepo, aunque no haya certeza de que el decreto pueda tener una incidencia real, sí hay un problema con el uso de las armas traumáticas.

“El acceso a armamento en un país donde meter miedo a través de un arma es fácil, pues porque en nuestra historia reciente es una realidad, y adicionalmente la impunidad en el uso de las armas de fuego para ejercer violencia es inmensa, hace pensar que la disposición de armas traumáticas para ser instrumentalizadas en el crimen sea una posibilidad altamente probable”, añadió el experto.

El riesgo de un mercado negro

En este momento adquirir un arma traumática es muy sencillo. Con precios desde los 600.000 pesos, un ciudadano puede comprar una o varias en plataformas como Mercado Libre y recibirlas el mismo día. El único requisito es tener una tarjeta de crédito —aunque también está  la opción de hacer el pago en efectivo en ciertos puntos.

Esto llevaría a pensar que muchas personas podrían apurarse a adquirir armas traumáticas antes de que entre en vigencia el decreto. O que se podría incentivar el mercado negro. “Si yo sé que ahorita el Estado va a controlar y sé que el permiso me va a costar 400.000 pesos y el proceso va a ser superdemorado, yo me compro unas diez armas en este momento, las guardo y se las vendo a amigos y familiares (…) o en el peor de los casos me compro un lote entero y lo vendo en la calle”, indicó Cardona.

Sin embargo, para Restrepo, la posibilidad de un mercado negro no puede ser argumento para descartar la regulación. “¿Hay algo en la vida que no tenga mercado negro? Si esa es la razón, no podemos hacer nada. Porque, incluso, con productos legales hay mercado negro. Para ponerle un ejemplo, el alcohol, el cigarrillo, los juegos de azar”.

Medidas adicionales

Es que eso se volvió la barrera de conversación: que puede generar corrupción o no va a dar el resultado de la judicialización o me genera mercados o ¿dónde está la evidencia? Si existiera ese decreto hoy, usted y yo vamos por la calle y nos cogen un arma de fogueo, nos la pueden quitar y destruirla”, añadió.

¿Cuál es la clave para que esto funcione? Los sistemas de información. La posibilidad de asociar el arma a un propietario”.

El decreto, por sí solo, no sería suficiente para controlar las armas traumáticas. Por ejemplo, las medidas que se deberían tomar ante quienes las venden actualmente. “Se necesitan unas normas adicionales: controlar los canales de importación, hacer ciberseguridad revisando quiénes están proveyendo en la web a la vista ese tipo de instrumentos, generar una política de que solo se puedan comprar en puntos de distribución o incluso conseguir el monopolio de la distribución de esas armas”, indicó Restrepo.

Otro punto clave, según el experto, es destruir todas las armas incautadas, desde las traumáticas hasta las de fuego, para además combatir el mercado negro. “El mercado negro se soluciona con operaciones ofensivas de desmantelamiento de los armerillos, de desarticulación de las bandas de traficantes y la captura masiva de armamento para destruirlo. Porque si usted lo deja servible en los armerillos, pues incluso puede generar ciclos de corrupción que les alquilen esas armas a los delincuentes”, precisó Restrepo.

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