Lo que esconde la jugada de Roman Abramovich de vender al Chelsea

Roman Abramovich dice que donará las ganancias de la venta a las víctimas de la guerra en Ucrania. Otras versiones apuntan a que el magnate ruso está asustado por las posibles sanciones debido a su cercanía con Vladimir Putin.

Roman Abramovich anunció este miércoles que pondrá en venta al Chelsea FC, equipo del que es propietario desde 2003. Según Abramovich, esta decisión se toma por la “situación actual”. “Como lo he declarado antes, siempre he tomado decisiones pensando en lo mejor para el club”, dijo.

El magnate prometió que todas las ganancias netas de la venta se usarán para crear una fundación “en beneficio de todas las víctimas de la guerra en Ucrania”. “Esto incluye proveer fondos críticos para las necesidades urgentes e inmediatas de las víctimas, así como apoyar el trabajo de recuperación a largo plazo”, aseguró.

Además, Abramovich indicó que no pedirá que le paguen los préstamos que le ha hecho al equipo (que ascienden a unas 1.500 millones de libras esterlinas, según The Financial Times), y afirmó que todo lo que ha hecho por el Chelsea no ha sido por dinero ni negocios, “sino por pura pasión por el juego y el club”.

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Abramovich, ¿gambeteando las sanciones?

Las palabras aparentemente altruistas de Roman Abramovich parecen esconder el temor por las posibles sanciones en su contra, sobre todo en el Reino Unido. Esa, al menos, es la versión del millonario suizo Hansjorg Wyss, quien aseguró este miércoles que le propusieron comprar al Chelsea.

“Abramovich hace parte de los asesores y amigos más cercanos de Putin. Como todos los demás oligarcas, está en pánico. Abramovich está tratando de vender todas sus villas en Inglaterra. También quiere deshacerse del Chelsea rápidamente”, dijo Wyss al diario suizo Blick, y añadió que otras tres personas recibieron ofertas para quedarse con el club inglés.

El suizo, cabe aclararlo, dio estas declaraciones antes de que se confirmara que el Chelsea sería puesto en venta.

Y Abramovich, como si le estuviera respondiendo a Wyss, dijo que la venta del Chelsea “no será acelerada sino que seguirá el debido proceso”. Sin embargo, el hecho de que no quiera reclamar el dinero de los préstamos podría dar a entender lo contrario. A esto se suma que, según The Financial Times (FT), el magnate ruso sí está vendiendo su mansión de 100 millones de libras esterlinas, ubicada en Londres, y que algunos posibles compradores ya la han visitado.

Abramovich también quiere vender una lujosa propiedad en el exclusivo sector de Chelsea, según denunció el diputado laborista Chris Bryant, en la Cámara de los Comunes, este martes.

A diferencia de otros oligarcas rusos, Roman Abramovich no ha sido sancionado por la Unión Europea y el Reino Unido. Por esa razón, y ante los intentos por vender sus propiedades, Bryant dijo que se estaban tardando mucho en tomar acciones al respecto.

En un sentido similar se expresó Keir Starmer, líder del Partido Laborista, quien cuestionó fuertemente que Abramovich aún no estuviera sancionado. “La semana pasada, el primer ministro (Boris Johnson) dijo que Abramovich enfrentaba sanciones. Más tarde corrigió el registro para decir que no era así. Bueno, ¿por qué carajos (Abramovich) está (enfrentando sanciones)?“, dijo Starmer, citado por The Guardian, este miércoles.

Johnson respondió que no le correspondía pronunciarse sobre “casos individuales” y defendió lo que ha hecho su gobierno ante esta crisis.

En otras palabras, Abramovich está vendiendo al Chelsea y sus propiedades en Inglaterra justo cuando en el Reino Unido aumentan las presiones para sancionarlo.

Abramovich, de 55 años, tiene una fortuna estimada en 12.400 millones de dólares, según Forbes. Empezó a amasar su riqueza durante la perestroika, aprovechando su cercanía con el Kremlin. En 1999, Vladimir Putin llegó al poder y contó con el respaldo del magnate ruso. Esto último fue clave para que Abramovich pudiera quedarse, en 2002, con la petrolera Slavneft, gracias a una cuestionada subasta de privatización en la que la empresa fue vendida a un precio menor al que se había estimado.

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El magnate ruso empezó a ser conocido en todo el mundo desde 2003, cuando compró al Chelsea, un club que, si bien había conseguido algunos títulos locales y europeos, no era considerado un grande de Inglaterra. En la era Abramovich, el equipo londinense ha estado en lo más alto del mundo, con cinco Premier League, dos Europa League y dos Champions, entre otros títulos.

Su rol como empresario deportivo hizo que, por un tiempo, su relación con Putin pasara inadvertida. Sin embargo, la atención sobre sus nexos revivió por un litigio con el oligarca ruso Boris Berezovsky, quien era su socio pero que empezó a decaer tras la llegada al poder de Putin. Berezovsky señalaba a Abramovich de presionarlo para vender sus acciones en la petrolera OAO Sibneft y por eso pedía una millonaria compensación, aunque al final perdió el pleito judicial, en el que, no obstante, reiteró los vínculos de Putin con su otrora socio.

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