Así empieza la puja por el aumento del salario mínimo en 2023
La discusión por el aumento del salario mínimo para 2023 tiene nuevos ingredientes. Trabajadores buscan que el Gobierno garantice otras medidas para apaciguar el alza de los precios.
Este miércoles arranca una de las discusiones más tensionantes de los últimos años, por el aumento del salario mínimo en Colombia. Si bien es cierto que, como pasa cada año, empresarios y trabajadores presentan propuestas totalmente alejadas entre sí, en esta oportunidad hay más factores en juego, además del porcentaje de incremento.
El contexto de la economía nacional y mundial obliga a que las partes tengan en cuenta los datos de inflación, desempleo, los precios de los combustibles y la escalada del dólar. Además, que no olviden que, con el aumento del salario mínimo, aumentan los precios de algunos bienes y servicios, como el copago y la cuota moderadora de las EPS, el aporte a pensiones mínimas, las multas, entre otros.
Para entender fácilmente la discusión hay que tener en cuenta que el aumento del salario mínimo pone sobre la cancha a tres equipos: Gobierno, empresarios y trabajadores. El primero tendrá que mediar entre los otros dos y lo más probable es que se decante por una propuesta prudente, que no supere la suma entre inflación y productividad; es decir, cerca de un 13 por ciento.
Sin embargo, aquí entra en juego el tema político, pues es de resaltar que el nuevo Gobierno se ha mostrado más cercano a los intereses de los trabajadores. Basta con mirar el nombramiento de la ministra de esa cartera, Gloría Inés Ramírez, quien es muy cercana a los sindicatos y fue parte del comité ejecutivo de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT).
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El problema es que algunos sindicatos estarían buscando un aumento cercano al 20 por ciento, el cual ya ha sido criticado por Fedesarrollo, el Banco de la República y otros analistas, esto debido al efecto negativo que tendría sobre la inflación.
“Aumentos en el salario mínimo superiores al sugerido por la regla de inflación causada y la productividad pueden generar presiones adicionales al alza en la inflación del próximo año, puesto que una buena parte de esos aumentos en exceso podrían ser trasladados a los consumidores vía mayores precios de los bienes finales”, dijo Luis Fernando Mejía, director de Fedesarrollo.
De hecho, la propuesta de este centro de investigación es muy similar a la que tendría el ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo: la suma de la inflación estimada para 2022 (12,3 por ciento) y un estimado de la productividad total (1,2 por ciento), lo que daría un aumento del 13,5 por ciento para 2023.
Si bien es cierto que se trata de una cifra que está muy lejos de lo deseado por algunos trabajadores. Sin embargo, hay una nueva propuesta sobre la mesa que podría poner de acuerdo a las tres partes. Se trata de incluir en las negociaciones la posibilidad de implementar otros alivios para el aumento del costo de vida.
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La primera propuesta es del Gobierno y consiste en desindexar el salario mínimo de varios productos y servicios, una medida que ha sido aplaudida por expertos, pero que demanda el trámite de decretos y proyectos de ley, por lo cual es muy probable que no se dé a comienzos de 2023.
Por el lado de los trabajadores proponen cuatro medidas: modificar la fórmula para calcular los precios de la energía, reducir la tasa de usura (38,6 por ciento), controlar los precios de los medicamentos y una intervención en el mercado cambiario para detener la devaluación del peso. Sobre esta última propuesta —una de las más polémicas—, hay que recordar que, en un principio, el ministro Ocampo la descartó, pero la pondrá en discusión en la próxima junta del Banco de la República.
A esto se suma una petición de los sindicatos al Gobierno para que recupere y fortalezca la empresa Ferticol, esto, con el fin de que Colombia vuelva a producir abonos y fertilizantes, para hacerle el quite a los altos precios de estos productos, debido a la guerra en Ucrania. Aunque el propio Petro ya ha dicho que esa es una de sus prioridades, cabe recordar que Ferticol está en liquidación y su regreso no será fácil.
Los empresarios se mantienen firmes en que un aumento grande del salario mínimo podría terminar en despidos o un retroceso en la generación de empleo. Ellos aseguran que, además de la nueva carga impuesta por la reforma tributaria, el costo real de tener un empleado supera el salario mínimo por cuenta de los pagos de seguridad social, transporte, cesantías, entre otros.
Si las tres partes logran un acuerdo en torno a estos puntos, todo con el fin de controlar la inflación, será el Gobierno quien haga mayores sacrificios. Primero porque el presidente Petro deberá echar para atrás su propuesta de campaña de un aumento del salario mínimo cercano al 19 por ciento, y segundo, porque tendrá que buscar los recursos para financiar las peticiones de los trabajadores.
Como ya se mencionó, un punto importante para saber cómo quedará el salario mínimo para 2023 es la cifra de productividad, que se conoció este jueves y quedó en 1,24 por ciento.
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