¿Llegó la hora de volver a subir el salario mínimo?
La inflación ya se “tragó” el aumento del salario mínimo de 2022. Centrales obreras piden un nuevo incremento, pero expertos advierten que eso afectaría a los más pobres. ¿Qué se debe hacer?
Las centrales obreras planean enviarle una carta al presidente Iván Duque para pedirle un alza general de los salarios de 2022, ante el gran incremento de los precios. Así lo confirmó Francisco Maltés, presidente de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT).
“Esperamos que los empresarios, que son los más interesados en que la gente tenga plata en el bolsillo, apoyen esta propuesta”, dijo Maltés en RCN Radio.
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Justo antes de que Maltés hiciera la propuesta, el Dane publicaba los datos del Producto Interno Bruto (PIB) correspondientes al primer trimestre de 2022, que muestran que la economía colombiana registró un crecimiento del 8,5 por ciento en comparación con el mismo periodo de 2021.
Ese crecimiento estuvo jalonado por el consumo de los hogares, con un aumento anual del 12,2 por ciento. El consumo de los bienes semidurables, como ropa, calzado, y artefactos electrónicos, creció 34,4 por ciento “por efecto del día sin IVA”, explicó Juan Daniel Oviedo, director del Dane. Y el de los durables se incrementó 12,2 por ciento “como efecto de la mayor demanda de motos y vehículos, por parte de los hogares, para el retorno a la presencialidad”, precisó Oviedo.
Sin embargo, la inflación golpeó el consumo de bienes no durables, que apenas aumentó 4,3 por ciento. Esto se debe, en parte, al alza en los precios de alimentos, de acuerdo con el director del Dane.
Inflación versus salario mínimo
Con corte a abril de 2022, Colombia registró una inflación anual de 9,23 por ciento, la mayor en 22 años, de acuerdo con el Dane. Y en lo corrido del año (enero-abril), la inflación va en 5,66 por ciento.
El salario mínimo, por su parte, aumentó 10,07 por ciento y quedó en un millón de pesos para este año, pero no está alcanzando. Basta mirar el alza en los precios de los productos de primera necesidad para comprobarlo.
Durante los primeros cuatro meses del año, los precios de los alimentos subieron 13,25 por ciento, y los de productos y servicios para el aseo del hogar, 9,14 por ciento. Así mismo, los de ‘corrientazos’, empanadas y otras comidas fuera del hogar registran un aumento de 7,14 por ciento.
En ese sentido, en lo corrido del año, la inflación de los bienes más consumidos en el hogar ya superó el aumento de salario mínimo.
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Si se tiene en cuenta la inflación anual, el panorama es más preocupante: los precios de los alimentos ha subido 26,17 por ciento durante los últimos 12 meses. Las principales alzas se han registrado en estos productos:
- Papa: 77,47 por ciento (en febrero registró 142,28 por ciento)
- Carne de res: 32,05 por ciento
- Carne de pollo y otras aves: 24,82 por ciento
- Leche: 32,12 por ciento de inflación anual
- Huevos: 35,17 por ciento
- Plátano: 78,64 por ciento
- Pan: 21,22 por ciento
La guerra entre Ucrania y Rusia, principales importadores de fertilizantes, ha incidido en la inflación. El Gobierno ha bajado aranceles para contener el alza y el Banco de la República subió las tasas de interés a 6 por ciento para frenar la demanda interna, con lo que espera que los precios no se sigan disparando.
Sin embargo, el bolsillo de los colombianos aún no siente los efectos de las medidas. El dinero no alcanza. Por esa razón, muchos ciudadanos comparten la propuesta de las centrales obreras: subir el salario mínimo. Ahora bien, ¿es conveniente?
¿Más inflación?
Aunque otro aumento del salario mínimo puede sonar atractivo, expertos advierten que sería inconveniente porque llevaría a una nueva alza de precios y los más pobres se verían afectados.
Cecilia López Montaño, economista y exministra de Agricultura, le dijo a Diario Criterio que un nuevo incremento perjudicaría al 70 por ciento de las personas que son pobres y no beneficiaría a quienes están en la informalidad, que representan el 60 por ciento de los ocupados en Colombia.
En eso coincide Luis Fernando Mejía, director ejecutivo de Fedesarrollo. “No sobra recordar que la mitad de los ocupados en Colombia, cerca de 11 millones de colombianos, gana por debajo de un salario mínimo”, explicó Mejía a Diario Criterio. “A la enorme mayoría de colombianos, aquellos que ganan menos de un salario mínimo y aquellos que son informales, el aumento del salario formal realmente no les genera un beneficio”, indicó.
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Mejía, igualmente, considera que el aumento del salario mínimo decretado para este año también ha incidido en el alza de precios, pues estuvo por encima de la inflación de 5,62 por ciento con la que cerró 2021. “Si se aumenta el salario mínimo otra vez, eso seguramente terminará generando presiones adicionales al aumento del precio de los bienes y servicios en el país“, añadió.
Por su parte, Óscar Manco, director de investigaciones económicas de la firma Trust Investment, dice que se debe tener en cuenta que la economía colombiana no es dada al ahorro. “Somos una economía de consumo y tener más liquidez en la economía genera estos choques de incremento en precios”, aseguró a este medio.
Además, agregan los expertos, los costos laborales aumentarían, lo que tendría implicaciones en el empleo en momentos en que aún no se llega a los niveles previos a la pandemia. “Las cifras son malas en materia de generación de empleo. Tenemos una tasa de desempleo promedio cercana al 12 por ciento, muy por encima de lo que teníamos antes de la pandemia”, explicó Mejía.
“Hay unas estimaciones iniciales que dicen que cualquier incremento de un punto porcentual en el salario mínimo podría generar pérdidas de entre 55.000 y 60.000 puestos de trabajo”, añadió Manco, aunque señaló que el ajuste salarial podría hacerse de forma gradual, pero no en este momento.
“Pienso que sí se requieren nivelaciones salariales, pero no es el escenario, no es el momento, y más aun en un entorno electoral que genera bastantes incertidumbres, sino más bien considerar y contemplar de qué manera anualmente se va gradualizando o (…) considerar nivelaciones graduales a niveles de la región”, dijo.
Entonces, ¿qué se debe hacer para frenar el golpe de la inflación? Para Mejía, hay que discutir si la disminución de aranceles de insumos agrícolas “se puede adoptar de una manera mucho más permanente“: “No tiene sentido que Colombia continúe encareciendo la producción de alimentos a través de aranceles a la importación utilizados justamente en esos procesos alimentarios”.
López Montaño coincide con que, en efecto, el Gobierno debe actuar rápidamente para evitar que los alimentos sigan encareciéndose. “He venido diciendo, desde hace tiempo, que se debe hacer una operación rápida por parte del Gobierno para aumentar la oferta de materias primas, de insumos o de incentivar el cultivo de productos básicos, como el maíz, fríjol o trigo. Hay cultivos que no superan los seis meses, pero uno no sabe en qué mundo anda el actual ministro de Agricultura, que no ha hecho nada para enfrentar la carestía”, dijo la exministra a Diario Criterio.
“No se puede justificar con la guerra de Ucrania la incapacidad de este Gobierno para afrontar la crisis de precios y abastecimiento”, añadió.
Mejía, a su turno, dijo que el Banco de la República está haciendo lo que le corresponde. No obstante, la exministra López Montaño consideró que el emisor se equivocó al subir las tasas de interés, lo que incrementa los créditos a “las empresas y personas que podían producir las materias y productos que se requieren”. “Deben revisar lo que han hecho, porque la inflación está desbordada y las medidas que han tomado no funcionan”, concluyó la exfuncionaria.
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4 Comentarios
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Que hagan algoo ya
Esta todo costosísimo y siguen subiendo precios día a día
Y este gobierno que se va a acabar ya no lo hará