Para Sandra Morelli, es hora de que una mujer dirija la Federación de Cafeteros
La excontralora general de la Nación Sandra Morelli habló con DIARIO CRITERIO sobre los problemas que acosan al gremio del producto agrícola más importante del país y cómo los abordaría de resultar electa presidenta de la Federación Colombiana de Cafeteros.
DIARIO CRITERIO: ¿Por qué decidió presentarse a la gerencia de la Federación?, pues la mayoría de los colombianos la recuerdan como contralora general y no como alguien cercana a este negocio.
Sandra Morelli (S.M.): Todo lo contrario. Tuve la oportunidad de estar y conocer el negocio del café y la organización entre 1998 y 2008, cuando fui la directora jurídica de la Federación Nacional de Cafeteros, una organización que gestiona de manera exitosa el producto agrícola más importante de Colombia. Siempre he mantenido mi interés en este sector. Creo que la Federación, en conjunto con las 540.000 familias cafeteras y todos los que están en este negocio, aún pueden crecer y aumentar más las divisas e ingresos para el beneficio de todos y el mejoramiento del ingreso del caficultor.
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DIARIO CRITERIO: Pero, específicamente, ¿por qué cree que la gerente que la Federación y los cafeteros necesitan?
S.M: Mi experiencia y conocimiento, tanto en el sector privado como público, es la que se requiere para un gremio que maneja recursos privados, pero también parafiscales que son de naturaleza pública. Conocer esa institucionalidad gremial, el fondo del café, me permite entender que se requiere una gerencia que prioriza el caficultor y, a la vez, sea dinámica en la búsqueda de nuevos recursos y canales de comercialización.
DIARIO CRITERIO: ¿Cuáles son las propuestas que tiene y que está dispuesta a promover en caso de ser escogida en la lista de 10 candidatos, que se publica este jueves?
S.M: Uno de los asuntos importantes que plantea el Gobierno es el interés por ampliar la frontera cafetera, incluso pensando en sembrar robusta en los Llanos Orientales o en otros territorios planos, que le permita al país tener plantaciones extensas y tecnificadas.
Tenemos que entender que el café es la solución a muchos problemas: permite ocupar de forma legal y digna el territorio, quitárselo a la coca o a las rentas ilegales.
Ese planteamiento requiere profundos estudios y adecuada planeación. La pensión para los caficultores es otro aspecto que debe estudiarse de cara a buscar su viabilidad a muy corto plazo. Profundizar la búsqueda de nuevos mercados y canales de comercialización de cafés especiales e intensificar los proyectos de valor agregado es una tarea ineludible.
DIARIO CRITERIO: ¿Apostarle a la robusta no es poner sobre la mesa un asunto polémico?
S.M: Hay que estar abiertos para estudiar nuevas alternativas. Colombia está importando café que podría producir aquí. Revisar el beneficio social es muy importante. Obviamente, transformar a Colombia en un gran productor de robusta podría implicar un impacto en el precio internacional para nada conveniente. Pero eso es muy difícil y no sucedería de la noche a la mañana.
De todas maneras, en Colombia se ha ampliado la frontera cafetera con efectos positivos. ¿Qué sería del café y de la economía campesina hoy si se hubieran frenado los cultivos en Huila, Cauca, Nariño y otros territorios que no hacían parte de la tradición cafetera? Colombia tiene una enorme variedad de territorios y, por ende, de cafés que pueden beneficiarse y aportar al diferencial que hoy se paga en el mundo por el grano nacional, gracias a su altísima calidad.
DIARIO CRITERIO: Pero esa expansión se hizo sin robustas.
S.M: Sí. Y, lógicamente, esta decisión depende de las realidades del mercado. Pero, ¿por qué, mientras otros países aumentaron sus cultivos en robusta, nosotros nos quedamos para satisfacer mercado interno o de cafés procesados, debemos importar cerca de dos millones de sacos? Es una perspectiva a estudiar sin cerrarse a otras posibilidades.
DIARIO CRITERIO: Pero, ¿competir con Brasil?
S.M: Competir con Brasil en términos de cantidad de café exportable en principio no parece razonable. Ellos tienen una caficultura de extensión, (además de) industrializada. Colombia tiene una caficultura artesanal, de recolección grano por grano, que implica un gran número de recolectores, con lo cual los costos de producción se incrementan. La desventaja es, a la vez, lo que determina una gran ventaja: la alta calidad del café. Eso no se puede perder, esa franja del mercado.
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DIARIO CRITERIO: ¿Qué opina de las voces que piden que es tiempo de la que Federación esté en cabeza de una mujer, para su centenario?
S.M: Que tienen mi apoyo, así sea algo que me podría beneficiar. La verdad es que este es un gremio muy machista. Más del 30 por ciento de la caficultura está en cabeza de mujeres y deberían tener más representación. Yo fui la primera mujer directiva de la entidad. Es evidente y, hasta odiosa, la muy baja representación femenina en los órganos directivos de la Federación y en los comités. Debe acentuarse una política de género para que tengan voz y presencia real en la toma de decisiones.
DIARIO CRITERIO: Hay duras críticas y polémicas por lo ocurrido con las compras futuras que hizo la Federación. ¿Qué opina de eso?
S.M: Aún no tengo los suficientes elementos para poder dar una opinión a respecto y mi ánimo no es juzgar a la administración. Las noticias y cifras que nos han dado son alentadoras, en el sentido de que hay precios que no se veían en quinquenios y una alta producción. Eso sí, creo que es necesario entender lo que ocurrió, qué estudios, factores y escenarios se proyectaron, para aprender hacia el futuro y no cometer errores.
Al parecer, hay incumplimiento por parte de caficultores a los que se les debe exigir cumplir los compromisos y hay acuerdos en ese sentido. Por otro lado, los futuros son un excelente elemento para prefinanciar cosecha.
DIARIO CRITERIO: ¿Qué debe hacer la Federación con todos esos productores y exportadores pequeños o de cafés especiales?
S.M: Algunas cifras muestran que hay más de 2.000 productores y exportadores que no lo hacen a través de la Federación, a la que le corresponde apoyarlos irrestrictamente, en la medida que acerca el productor al consumidor final y maximiza su responsabilidad. Ese camino se debe apoyar y amplificar.
DIARIO CRITERIO: ¿Qué piensa de los problemas sociales que vive una parte importante de los caficultores, especialmente los más pequeños?
S.M: El bajo nivel de vida del caficultor es el principal problema que hay que enfrentar y resolver. El país se acostumbró que el café podía hacer lo que el gobierno no hacía en términos de carreteras, electricidad, servicios públicos, escuelas, colegios. Pero, Colombia y la economía cambió, y ahora se requiere que, en muchas zonas, los caficultores sean insertados en los planes y políticas sociales del Estado, para que tengan mejores ingresos, salud, pensión; ayudas a mujeres cabeza de hogar, víctimas de la violencia, desplazamiento, etc.
Los cafeteros, aunque no se crea, caben en muchas de estas categorías y programas. La tarea, desde la Federación, es insertarlos en esa oferta estatal de gasto social, además del apoyo directo que con recursos gremiales y parafiscales se viene haciendo.
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DIARIO CRITERIO: Hay voces que señalan que la administración saliente no ha trabajado en la renovación de los cafetales.
S.M: La producción, calidad y permanencia del café dependen de la renovación. Hay recursos del Fondo (Nacional del Café) y del presupuesto nacional para esto, y hay que hacerlo. El caso de Santander, que prácticamente renovó sus cafetales y duplicó su producción, demuestra que no hay que ceder en esta política. La renovación de cafetales es una tarea en la que la Federación no cesa, pues moriría la caficultura.
DIARIO CRITERIO: ¿A usted la respaldó algún comité?
S.M: No. Entre los requisitos que se piden para participar está la de tener liderazgo, capacidad de unir al gremio, trabajar en armonía. Piden experiencia gerencial con éxito. Cumplo con estos y otros requisitos, y radiqué una hoja de vida extensa que da cuenta de ello. Aspiro a ser candidata de unidad y contar con el respaldo del Gobierno. He buscado a los directores ejecutivos de todos los comités, y si no pude hablar con alguno, fue porque no pude comunicarme.
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