Lo que no se dijo en el obituario de Santiago Londoño White
Desde hace tiempo, en las páginas de ‘El Colombiano’, el diario más tradicional e importante de Medellín, no se publicaban tantos obituarios en memoria de una sola persona, tal y como ocurrió este fin de semana, para honrar y despedir al empresario Santiago Londoño White. Algo similar sucedió en las redes sociales. Hasta el expresidente Álvaro Uribe trinó, lamentando la partida de este empresario de 80 años.
Como se narró en los obituarios que hicieron varios medios como Semana, La República, La W y el propio El Colombiano, Santiago Londoño nació en el seno de una tradicional familia empresarial de Medellín, junto con otros seis hermanos, Margarita, Claudia, Álvaro, Diego, Luis, Jorge y Gabriel.
Estudió en el colegio San Ignacio, en donde se ha formado la élite empresarial y la dirigencia de Medellín; después, como ingeniero civil en la Facultad de Minas de la Universidad Nacional.
Como se lee en las notas de prensa, Santiago fue gerente de “la Fábrica Nacional de Chocolates en Bogotá, presidió la empresa Colcafé, fundó la empresa Viviendas y Proyectos e hizo parte de la Bolsa de Valores de Colombia. También fue socio del grupo Publicaciones Semana”, y también estaba relacionado con el Grupo Corbeta, a su vez propietaria de Alkosto o AKT Motos, entre otros.
En medio de los reconocimientos por su partida, empezaron a salir también comentarios sobre un hombre que también fue testigo y protagonista de otras historias, algunas de ellas, polémicas, pero no tanto como las de su hermano Diego Londoño White.
Este administrador de empresas de Eafit estuvo nueve nueve años en la cárcel de máxima seguridad de Itagüí a la espera de un juicio por sus relaciones non sanctas con Pablo Escobar y el Cartel de Medellín. Diego fue asesinado por un sicario a finales de noviembre de 2002, en un parqueadero.
Otro miembro de la familia, Luis Guillermo, también fue asesinado en marzo de 1993 por el grupo criminal los Pepes (‘perseguidos por Pablo Escobar’), tras ser sacado de su residencia, en el barrio El Poblado. Previamente había sido detenido con otro de sus hermanos, Jorge Alonso, por orden de la Fiscalía, para que respondieran por sus relaciones con el capo.
Los numerosos obituarios y el peso de los apellidos de las personas y entidades que los anuncian desvelan el poder de una familia que ha estado íntimamente relacionada con una parte importante del poder empresarial y político en Medellín, clave en la historia de la ciudad desde los años 70, pero que también tuvo que enfrentar y sufrir el paso del narcotráfico. Unos, como Diego, por sus relaciones con el Cartel de Medellín y Pablo Escobar, corrieron la peor parte; mientras que otros, como Santiago Londoño y demás hermanos, lograron quedarse al margen, sobrevivir y consolidar importantes empresas, como dueños o accionistas. En otras palabras, mantener el legado empresarial y emprendedor de sus padres.
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Santiago, intermediario entre el gobierno y los capos
Además de empresario, Santiago estuvo relacionado con la política local, regional y nacional gracias a la cercanía de la familia con los partidos Liberal y Conservador. De hecho, fue coordinador de la campaña presidencial de 1982 de Alfonso López Michelsen, en Antioquia, y mantuvo con esa familia una estrecha relación. En 1984, por ejemplo, cuando el expresidente López se encontraba en Panamá como observador de las elecciones de ese país, Santiago Londoño lo llamó, según una nota de Semana nunca desmentida por él, para decirle que Pablo Escobar estaba dispuesto a desmontar el negocio del narcotráfico a cambio de que su situación judicial se definiera en Colombia, y le habría preguntado si estaba dispuesto a transmitirle esta propuesta al gobierno de Belisario Betancur.
“López aceptó y Santiago Londoño se trasladó inmediatamente a Panamá. A las cuatro de la tarde del día siguiente se reunieron, en el Hotel Marriott, López y Londoño con Pablo Escobar y Jorge Luis Ochoa. Escobar manifestó que los narcotraficantes estarían dispuestos a entregar sus laboratorios, sus flotas aéreas, sus rutas y sus conexiones de distribución en Estados Unidos y a someterse a la justicia colombiana para que fueran juzgados y sancionados con base en las pruebas que existieran en su contra. Agregó también que estarían dispuestos a regresar sus capitales a Colombia. La única solicitud que hacían a cambio de todo esto era que la extradición no fuera aplicada con retroactividad sino a partir del momento de esa entrega”.
“López le comunicó la propuesta a Betancur, y, pocos días después, el procurador Carlos Jiménez Gómez voló a Panamá para entrevistarse con Escobar y Ochoa y puntualizar la oferta. En ese momento el episodio se filtró a la prensa y murió cualquier posibilidad de progreso”, describe el artículo.
También, según El Tiempo, a finales de diciembre de 1989, Santiago Londoño White actuó como mediador entre la familia del exsecretario general de la Presidencia, Germán Montoya, y el grupo de Los extraditables, para buscar la liberación de su hijo, el corredor de bolsa Álvaro Diego Montoya Escobar. Y, según comunicaciones del FBI que fueron liberados en 2012, Santiago hizo parte de las negociaciones entre el gobierno de Barco y Escobar para llegar a un sometimiento.
Diego, ayudante de Escobar y gerente del Metro
Sin embargo, estas gestiones humanitarias no pasaron a mayor gravedad, como las de su hermano Diego, quien también estuvo en medio de las negociaciones de varios secuestros o en acercamientos entre los extraditables y el gobierno de Barco. Siempre dijo que su relación con Escobar ocurrió porque había estado en varias construcciones, como las de los edificios Dallas o Mónaco (donde el capo vivió con su familia y al que el cartel de Cali le explotó un carro bomba) adelantadas por la firma de su familia, o relacionado con la compra y venta de inmuebles. Durante ese periodo, en la corta alcaldía de Medellín de Álvaro Uribe, en 1982, también fungió como gerente del Metro, desde ese año hasta 1987.
Si bien a Diego se le señaló de ser el enlace entre Escobar con la clase política y empresarial desde 1983, investigaciones del periodista Juan Diego Restrepo en los archivos judiciales revelaron que él mismo dijo que conoció a Escobar Gaviria en 1978, “en razón de las campañas políticas que, por ese entonces, se adelantaban para la Presidencia de la República”. Este encuentro se hizo a instancias de otro narcotraficante, Jorge Luis Ochoa.
De las relaciones políticas de Londoño y Escobar se pasó a las comerciales, sobre todo, alrededor de la transacción de propiedades: “Hice muchísimos negocios de bienes raíces para personas que él (Pablo Escobar) me recomendaba; o sea, me enviaba clientes para comprar apartamentos, casas, fincas, etc. Algunos de ellos los menciono como notorios, como la adquisición, tal vez fueron catorce casas en una sola urbanización, para familiares pobres de Escobar y de Gaviria (Gustavo, su primo y hombre de confianza), estas eran unas casas de valor intermedio, es decir, no eran viviendas de lujo (eran parte) de la urbanización La Cabaña, del municipio de Bello (sic)”.
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La Fiscalía señaló que Londoño fue quien consiguió el lote de 12,5 hectáreas donde Pablo hizo su famosa urbanización “Medellín, sin Tugurios”. No se sabe cómo fueron las relaciones de otros miembros de la familia Londoño White con Escobar.
Otras investigaciones denuncian que, a comienzos de los años 90, tras el sometimiento de Escobar a la Justicia, su permanencia en La Catedral, su fuga y la guerra a muerte con el Estado, pero también con sus antiguos socios y empresarios, “el trabajo de Londoño White fue pasarle a Escobar la información del puñado de millonarios que manejaban el país. Fue él quien señaló los del Club Campestre de Medellín… Pablo secuestró a más de 30 industriales de la ciudad, fortaleciendo la economía del Cartel de Medellín (sic)”. El Club Campestre, como ese lugar común entre amigos, se convertiría en el sitio del “señalamiento”.
El 17 de enero de 1993, Diego Londoño fue capturado en sus oficinas del Centro Comercial Oviedo como uno de los señalados de ayudar o ser socios de Escobar. En su caso, la Fiscalía lo acusó de secuestro extorsivo por haber estado en el mismo inmueble donde permanecieron secuestrados, por varias horas, los contadores de los hermanos Gerardo Moncada y William Moncada. Y fue precisamente Diego Londoño quien llevó los documentos que hoy están en poder del Despacho para que los plagiados los rubricaran en blanco —esenciales en el constreñimiento—.
“Diego Londoño White representa a todos aquellos empresarios y funcionarios que se movieron entre las luces y sombras, mientras imperó el Cartel de Medellín, y se lucraron de esas relaciones sin mayores escrúpulos”, le dijo a Diario Criterio Juan Diego Restrepo, director del portal periodístico especializado en conflicto VerdadAbierta.com.
Tras su asesinato, la familia Londoño White pudo, en un importante acto de resiliencia, superar el sino y estigma trágico. Hoy, están relacionadas con importantes empresas y grupos económicos. Los obituarios y reconocimientos por la partida del empresario Santiago Londoño muestran la otra historia de una familia que vivió, como mucha otras, todo lo ocurrido en los últimos 40 años en Medellín.
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5 Comentarios
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Mi más sentido pésame a Marta Cecilia e hijos por la partida de Santiago a quien tuve el privilegio de conocer, un hombre esclarecido gran empresario y amigo. Esta ahora al lado de nuestro señor.
Murió un hombre que dejó una profunda estela de amor y que permanece latente en nuestros corazones. Admiración y cariño por Santiago Londoño W., sus hermanos y toda la familia.
Creo que fueron años muy complicados que no dejaron títere con cabeza la familia Londoño white como muchas otras terminaron pagando un alto precio ,creo que nunca pensaron como nadie en el país todo lo que la locura de escobar desencadenaria.
Acabo de enterarme de la partida de Santiago , hombre bueno y honesto, empresario de muchos kilates , a quien recuerdo con cariño y agradecimiento y a quien traté en la época de la Facultad.