“Ustedes acabaron con mi familia, pero aquí tenemos que perdonar”: víctimas de las Farc claman por verdad sobre los secuestros
Ante la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), los miembros del antiguo secretariado de las Farc reconocen su responsabilidad por los secuestros.
La JEP adelanta la audiencia pública de reconocimiento de responsabilidad por el caso 01: Toma de rehenes, graves privaciones de la libertad y otros crímenes concurrentes cometidos por las Farc-EP.
Exactamente, la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) procesa a siete exintegrantes del secretariado de las desaparecidas Farc por secuestros cometidos, principalmente, entre 1993 y 2012, con 21.396 víctimas identificadas.
Los procesados, a quienes la JEP les imputó crímenes de guerra y de lesa humanidad, son: Rodrigo Londoño, Pablo Catatumbo Torres Victoria, Pastor Lisandro Alape Lascarro, Milton de Jesús Toncel, Jaime Alberto Parra, Julián Gallo Cubillos y Rodrigo Granda Escobar.
Ellos siete también tienen que responder por “torturas, tratos crueles, violencia sexual, desplazamiento forzado y esclavitud”, explicó la JEP.
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Las Farc cometieron los secuestros con tres objetivos:
- Forzar el intercambio por guerrilleros presos.
- Financiar su organización.
- Controlar a la población.
La primera jornada de audiencias se celebró el martes 21 de junio y el primer tema que se abordó fue el de secuestros cometidos para forzar el intercambio de guerrilleros presos, en el que las víctimas fueron integrantes de la fuerza pública y políticos.
“Todavía me siento secuestrado”
Una de las víctimas que habló en la primera audiencia fue Sigifredo López, el único sobreviviente del secuestro de los 11 diputados del Valle, cometido en abril de 2002. Sus compañeros de cautiverio fueron asesinados en junio de 2007 y López recuperó su libertad en febrero de 2009.
En su intervención, López insistió en la necesidad de una reparación integral de las víctimas. “Hay que pensar en un ajuste al acuerdo de paz que permita realmente la reparación a las víctimas y donde ustedes (los exmiembros de las Far) no pasen de agache con esa reparación y contribuyan de verdad a esa reparación de las víctimas”, dijo.
“Yo renuncio a esa reparación porque no lo estoy pidiendo para mí. Estoy pidiendo para los millones de víctimas que están allá pasándola muy mal mientras ustedes están viviendo sabroso en el Congreso”, añadió.
“Ustedes, en nombre de la libertad, secuestraron. En nombre de la vida, asesinaron; al igual que los otros actores, los paramilitares también, y también desde el Estado, esta patria se llenó de sangre”.
Otras víctimas que intervinieron el martes fueron Óscar Tulio Lizcano y Gloria Narváez, hermana de Juan Carlos Narváez, uno de los diputados del Valle asesinados.
La excandidata presidencial Íngrid Betancourt también intervino. Betancourt estuvo secuestrada entre febrero de 2002 y julio de 2008, cuando fue liberada en la llamada Operación Jaque.
Del lado de la fuerza pública, uno de los testimonios más desgarradores fue el de Olmes Johan Duque, quien todavía es miembro activo de la Policía Nacional y fue víctima de secuestro y violencia sexual por parte de las Farc. “No es fácil llegar aquí y enfrentar la situación, revivir cada momento, revivir cada humillación, cada maltrato, la violación”, dijo Duque.
“Yo, para 2005, en el tiempo de los hechos, era un joven. Estaba empezando a vivir, tenía sueños, tenía futuros, quería salir adelante. Nunca pensé y nunca me iba a imaginar que me iba a encontrar o que iba a estar en un corregimiento llamado San Marino, Chocó, donde realmente nunca había policía y llegar a abrir una estación donde usted todo lo que voltea a ver a su alrededor era selva“-
Después de nueve meses que estuve en ese corregimiento, el 17 de diciembre de 2005, combatimos con las Farc y estaba en el ELN. Combatimos desde las dos de la mañana hasta las once y media de la mañana, donde usted siente incógnitas, siente miedo, siente temor, que hasta el hombre más fuerte y el hombre que diga ‘yo soy un berraco’ es un mentiroso“.
“El maltrato físico era… los días que estuve secuestrado, sufrí golpes, sufrí violación simplemente porque en un momento de combate cayó una pareja sentimental de un guerrillero. Simplemente por eso fui violado, maltratado, golpeado…”.
“En la actualidad, trabajo de civil. No porto el uniforme por ciertos modos psicológicos y psiquiátricos que me acarrea portar el uniforme, donde pienso cada instante que ya vienen otra vez por mí, que voy a vivir los hechos (…)”.
“Hoy en día a veces me siento todavía secuestrado porque sufre una madre, llora una madre, lloran unos hijos, lloran personas que me quieren y lloro yo”.
“Es de comentarles, señores de las Farc, que no sé realmente si ustedes se acuestan tranquilos, si ustedes duermen. Por ejemplo, en mi caso, no. Tengo que tomar medicamentos para poder dormir, tengo que tomar medicamentos para estar tranquilo y, de una forma u otra, tengo compañeros que se burlan, me gozan por los hechos que viví y día a día me hacen recordar esos hechos. En vez de ayudarme, antes me hacen recordar cada día los hechos que viví”.
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“Ustedes acabaron con mi familia”
En la audiencia de este miércoles, el turno fue para las víctimas de los secuestros que se hacían con fines económicos. Los exintegrantes de secretariado reconocieron la crueldad a la que sometieron a las personas que raptaban y hablaron de la práctica de intercambiar familiares secuestrados, así como de las extorsiones a las que sometían a empresarios, comerciantes y ganaderos.
Pastor Alape, por su parte, se refirió a las alianzas que hicieron con bandas criminales para cometer secuestros.
Entre las víctimas que han intervenido este miércoles está Héctor Horacio Mahecha, cuya familia empezó a ser víctima de extorsión por parte de las Farc desde 1995, en el sur del Tolima, hasta que secuestraron a su padre en 2004.
“Se pagó por esa vacuna por un tiempo indefinido, hasta que en 2004, de un momento a otro, se llevaron a mi padre. Inmediatamente, con unos de mis hermanos, fuimos a las montañas a averiguar. Como yo conocía a algunas personas, integrantes de estos grupos, porque con ellos me relacionaba en el momento de llevar la vacuna, los busqué, no me dieron la cara los que conocía yo, sino me pusieron otros personajes. Me tocó negociar con ellos por esos seis meses. No teníamos la cantidad de dinero que exigían”.
“Como contratistas, manejábamos dinero, sí, pero ese dinero no era nuestro y quizá los mandos medios no entendían eso. ¿Qué me tocó? Utilizar a los amigos, vender las pocas cosas que se podían vender, porque el músculo financiero era mi padre“.
“Así me tocó negociar seis meses llevando de a puchitos, subiendo cada vez a las montañas a llevar dinero. En la última vez que llevé, que fue en noviembre 17 del 2004, les dije: ‘Mi papá se va, ¿no?’. Me dijo: ‘Sí, señor, su papá se va, pero usted se queda‘, relató.
Mahecha dejó claro que su caso no es como el de otras víctimas, pues al final nadie de su familia murió. “Quiero que entiendan que algunas personas tenemos la facultad de perdonar. Yo, en representación de mi padre y de mi familia, aceptamos ese perdón, pero no todas las personas tienen esa facultad”, indicó.
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Otra víctima que participó este miércoles fue Diva Cristina Díaz Aponte, cuyo padre, Juan Antonio Díaz Calderón, un comerciante del Huila, fue secuestrado por las Farc el 26 de septiembre de 1998.
“A mi papá le vendieron la idea de que sus hijos no querían verlo en casa y que no queríamos pagar por él. Nosotros no dimos un peso en ese momento porque no teníamos el manejo financiero del capital que podía tener mi papá para pagar su secuestro”, relató Diva Cristina.
También hubo un atentado contra Javier Alexánder Díaz Tovar, medio hermano de Diva, quien era veedor de los bienes de Díaz Calderón. “Eso nos dejó ver que nosotros estábamos siendo la piedra en el zapato para aquellas personas que estaban gestionando y trabajando para allegar el dinero que las Farc en ese entonces exigían por el secuestro de mi padre”, contó ella.
Juan Antonio recuperó su libertad el 24 de diciembre de 1999, después de que, con ayuda de unos familiares, se pagaron 500 millones de pesos. Pero, mientras las Farc lo liberaban, también estaban secuestrando a una media hermana y una prima. “Quiere decir que mi padre seguía a seguir recaudando dinero para seguir pagando el secuestro de sus familiares”.
Además, en octubre del año 2000, sicarios asesinaron a Juan Antonio.
“Quiero decirles que ustedes acabaron con mi familia, pero, como dijo el compañero, ya esto pasó y tenemos que seguir adelante”, declaró Diva Cristina, y pidió a las Farc revelar si hubo terceros en todo lo que rodeó el secuestro.
Lo que sigue en el caso de secuestro
La audiencia prosigue este jueves 23 de junio con los casos de secuestros por control territorial y de población.
“Tras la audiencia, la magistratura tiene tres meses para remitir la resolución de conclusiones al Tribunal para la Paz que definirá la sanción a imponer a los imputados. Mientras el periodo se cumple, la Sala evaluará los reconocimientos del antiguo Secretariado, así como las propuestas de sanción propia que presenten los comparecientes y las observaciones de las víctimas a estas propuestas, y sus observaciones en los temas de la Resolución de Conclusiones”, explicó la JEP.
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