Más de 100 días sin ministro de Cultura en propiedad y contando
La exministra de Cultura Patricia Ariza se enteró de su no continuidad en el cargo la noche del 27 de febrero, en la alocución del presidente de la República, en televisión.
Esa misma semana, Petro designó como ministro encargado al músico Jorge Zorro, quien ha tenido destacada carrera profesional en Rusia y París como pianista y director orquestal. En el campo administrativo, ha sido secretario de Cultura del departamento de Boyacá, y ejercía como viceministro de la Creatividad hasta el momento en que, lamentablemente, retiraron del Gobierno a la actriz Patricia Ariza.
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A la fecha han transcurrido más de 100 días sin que haya una ratificación del ministro en el cargo o un nombramiento de quien rige los destinos de esa importante cartera, que se dijo en campaña, sería de trascendencia.
No está mal que un músico, académico, dirija los sinos del Ministerio de Cultura. Ah, un paréntesis. La exministra Ariza había modificado el nombre de ese despacho y designado como Ministerio de la Cultura, las Artes y los Saberes (MCAS). Lo exhibió como un logro de su gestión. Sin embargo, si consulta —a hoy— la página electrónica del Ministerio, por ningún lado se observa el rimbombante nombre. Además, siempre lo pensé, no era necesario adherir esos adjetivos, dado que la cultura subsume los otros dos.
Continúo. El hecho de que el músico Zorro está al mando de esa cartera ministerial es bueno. No lo es que lo haga desde hace más de 100 días, es decir, más de tres (3) meses de una manera interina, lo que implica que no está en propiedad y que está siempre esperando a quien llegue a ocupar su cargo. Hacer designaciones, implementar estrategias, políticas es tarea difícil toda vez que puede llegar un ministro (a) en propiedad y borrar lo hecho, como ha sucedido hasta el momento con los avances de la exministra Ariza.
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En estos álgidos momentos que atraviesa el Gobierno nacional, un ministro de Cultura debería asumir una vocería importante. Levantarse como un profesor, hacer análisis antropológicos, sociológicos, de lo que sucede. Todo, impregnado de esa sensibilidad propia del quehacer artístico. Convocar, si se quiere, a eso que le llaman diálogo nacional o conversación polifónica, con el propósito de lograr unir más que desunir.
O sea, en un Gobierno que se pregona progresista (hasta allí llega, porque sus actos no lo son), un ministro de Cultura sería la tabla de salvación para motivar y cohesionar toda esa energía desperdiciada que se tiene. Incluso, en un consejo de ministros, hacer su exposición sobre lo que se observa desde el acontecer cultural con el bochorno que hay al interior de Casa de Nariño. Llamar la atención, mejorar el plan de trabajo que posibilite un respiro al presidente y a la sociedad colombiana.
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Pero no. Un ministro en encargatura, que obedece quién sabe a quien (o sí lo sabemos: a la currambera), que no se escucha en el país, no creo que en consejo de ministros lo oigan. No se le ve iniciativa, o esa visibilidad que debe tener quien ejerza ese cargo. No se puede esperar demasiado de esa línea del Gobierno Petro.
Dos o tres cositas, para reafirmar lo dicho: este año es el centenario del natalicio de Álvaro Mutis y de Manuel Mejía Vallejo. Se cumplen 70 años de vida artística de David Manzur (con exposición en Cartagena). Además, 80 años de vida de Teresita Gómez, su colega pianista.
Ingresaron a la academia colombiana de la lengua, entre otros, William Ospina, Juan Esteban Constaín, Agueda Pizarro, Juan Gabriel Vásquez y el hoy exministro José Antonio Ocampo (para analizar el rigor de la inclusión de términos económicos).
Andrés Orozco-Estrada y Lina González (directores orquestales) triunfan en el mundo.
Jotamario Arbeláez, ese inigualable poeta y memoria del nadaísmo (que casi se nos va en diciembre), es editado por el Fondo de Cultura Económico.
Y silencio total en la cartera del ramo.
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Ni un solo pronunciamiento o acción de carácter nacional del Ministerio de Cultura sobre estos hechos que son motivo de orgullo patrio.
Visiten la web del Ministerio y verán la desolación sobre este acontecer cultural. Solo noticias de gestión y atisbos de un querer, mas no el resalto de lo que se ha consolidado con el tiempo.
Así, ni qué exigirles a los territorios, donde confunden cultura con espectáculo y pirotecnia.
Como dice Cambalache:
“Vivimos revolca’os en un merengue /
Y, en el mismo lodo, todos manosea’os”
¡Qué pesar!
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5 Comentarios
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Siiiiii que triste que el gobierno tenga descuidado este ministerio tan importante , si es nuestra cultura y educación lo que hace que nuestro pais crezca y avance