La importancia de las sociedades científicas

La semana pasada acudí a mi cita en el 43° Congreso de la Sociedad Colombiana de Medicina del Trabajo, realizado hace algunos días en la ciudad de Cartagena, y que estuvo nutrida de una gran asistencia, repleta del liderazgo de muchas personas de todo el país que asistieron con la esperanza de recibir muchos conocimientos académicos, así como aprendizajes de aquellos que tenían cosas que contar.

Es una cita de 43 ocasiones en donde médicos colombianos, especializados en medicina laboral, seguridad y salud en el trabajo, se dan cita para encontrarse y entablar conversaciones acerca de cómo mejorar las condiciones de vida de los trabajadores.

Todo esto es posible gracias a una simple pregunta, pero muy profunda: ¿por qué se enferman o accidentan los trabajadores en sus lugares de trabajo? Y, adicional a la pregunta, estos médicos se reúnen con una sentencia clara: ¡ningún trabajador en el mundo debería enfermarse o accidentarse cumpliendo sus funciones laborales!

De esto se trata este congreso: del encuentro de mentes maduras y llenas de experiencias, así como de estudiantes en formación en esta rama del conocimiento, que buscan resolver problemas ocurridos en las organizaciones para buscar soluciones reales y medibles.

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Los temas tratados allí son muy variados: la higiene ocupacional, la medicina laboral y del trabajo; la gerencia de la seguridad y salud en el trabajo; los riesgos psicosociales, los temas normativos, entre muchos otros que buscan mejorar las condiciones laborales de los trabajadores.

Todos y cada uno de sus asistentes acuden al evento con propósitos particulares: unos van a aprender. Otros acuden para conocer personas y mejorar sus opciones laborales. También asisten para fines investigativos, exponiendo sus posters; y, por el contrario, algunos asisten para participar en concursos de investigaciones, entre algunas otras razones.

No puedo negar que algunas de estas ocuparon mi interés en años anteriores. Sin embargo, tengo que decir algo con mucha claridad: este año fue diferente para mí. Si bien disfruté de estas mismas oportunidades, por alguna extraña razón me ocupé en buscar rasgos de humanismo en dicho evento.

Recordemos, como lo he mencionado en columnas anteriores, que, si bien somos humanos, nos somos humanistas por el solo hecho de haber nacido, ya que lograr tal distinción requiere educación. Sin embargo, este tipo de educación no se halla frecuentemente en las ponencias y exposiciones de los diferentes conferencistas. Esto, debido a que sus intereses y objetivos suelen estar en temas netamente técnicos. De este modo, se podría presentar una dificultad, y es la de emitir conceptos para personas que posiblemente están poco humanizadas y, por tanto, su interpretación y puesta en marcha de esos conceptos técnicos podría estar equivocada.

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Aquí mi hipótesis: falta esta pieza en el rompecabezas, el humanismo, para mejorar más profundamente la seguridad y salud de los trabajadores.

Pero ustedes se estarán preguntando dónde hallé la humanización. Pues, déjenme contarles que, a pesar de los contenidos muy ‘técnicos’ de las ponencias, la humanización la encontré en muchas partes: en el rostro de alegría de cada uno al encontrarse con el otro; en la escucha atenta de unos y otros en sus conversaciones; en una inesperada celebración de cumpleaños, en aquel abrazo fuerte de un buen amigo, en la bondad de muchos cuidando de sus compañeros, en el compartir de un almuerzo o cena; en acoger al extraño y desconocido e integrarlo al grupo para que se sienta en casa; en la risa contagiosa de algunos, en tomarse un café con aquella persona a quien admiras profundamente y se toma un tiempo para estar contigo y con quien, además, terminas comprando un buen par de libros; en la felicidad de la llegada, pero, también, en la felicidad del regreso; en compartir conocimientos que, aunque muy técnicos, buscan un bien muy superior: el autocuidado y el cuidado de los otros; en conocer a los hijos de nuevos amigos y comprender por qué estos son humanistas; en ver como los médicos experimentados van entregando su relevo a las generaciones que llegan, entre muchos otros aspectos.

Así las cosas, cuando vamos al Congreso de la Sociedad Colombiana de Medicina del Trabajo, acudimos por un bien común: el de cuidarnos y cuidar a los demás en sus trabajos, y esto, gracias al esfuerzo y dedicación de los médicos expertos en esta rama del conocimiento que luchan todos los días por hacer de Colombia un mejor lugar para trabajar.

Hago una mención muy especial para la médica a cargo de la presidencia en la ciudad de Bogotá de dicha sociedad, María Claudia Borda, y quien estuvo a cargo de la realización de este excelente congreso, así como a los médicos asociados de los diferentes capítulos, pero, en especial, al capítulo eje cafetero y el de Antioquia, que, en cabeza de sus presidentes, luchan y batallan por nosotros, los trabajadores colombianos, manteniendo la sociedad a flote.

¡Sigan adelante!

Entonces, sigamos batallando por el fortalecimiento de nuestras sociedades científicas.

Es ya un honor pertenecer a ellas, que representan gremios de intelectuales que trabajan por este bien: la humanización.

Merece la pena reconocerlos hoy y siempre.

Gracias.

Lea, de este columnista: Marco Aurelio, ¡ayúdame a ser un mejor trabajador!

Esta columna no fue escrita por Inteligencia Artificial (IA). Fue escrita desde la mente y el corazón de su autor, Diego Fernando Hurtado Guzmán*.

*Médico de la Universidad Pontificia Bolivariana (Medellín), especialista en gerencia de salud ocupacional y magíster en bioética de la Universidad CES (Medellín); así como expositor a nivel nacional e internacional sobre el trabajo y las humanidades. También se desempeña como docente de cátedra en varias universidades del país. Ha sido premiado con dos galardones internacionales, la Medalla de Oro Mérito Profesional con distintivo internacional de España; y el Premio Profesor Dr. D. Rafael Ruiz Calatrava, por la Comisión de Honores y Distinciones y Recompensas de España, en 2022. Creador del blog 'El arte de trabajar feliz'.
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2 Comentarios

  1. Dory Esperanza Carrillo Hernández

    Asi es compañero esta es una de las muchas razones de Nuestro Congreso Anual: leer en la vida de cada uno de los que asisten las experiencias de vida en el desempeño de nuestro diario vivir como profesionales cuidando la salud de los trabajadores. Esto no esta escrito en hojas de papel!!. Gracias por asistir. Los esperamos en el Congreso 44 de la Sociedad Colombiana de Medicina del Trabajo el próximo 2024.

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