La trama tras la llegada de Sputnik V a Colombia

La llegada de este biológico podría ser la herramienta que daría el impulso necesario al Plan Nacional de Vacunación, que se ha caracterizado por la escasez de vacunas y las demoras. Así quedó evidenciado cuando miles de adultos mayores no pudieron aplicarse su segunda dosis con el producto chino Sinovac.

Es más claro saber por qué un avión ruso Ilyushin Il sobrevoló el espacio aéreo colombiano el pasado 19 de abril que el motivo por el cual, en medio de la crisis por el tercer pico de la pandemia, el país aún no cuenta con una de las vacunas tanto o más efectivas del mercado, la Sputnik V.

¿Por qué el Gobierno, en cabeza del Invima, tramitó ágilmente la aprobación de la vacuna de los laboratorios Pfizer y AstraZeneca, de urgencia Sinovac, pero no ha abierto la puerta para diseñada y producido por el Instituto Gamaleya de Rusia? Detrás de esto, existe una trama que parece sacada de los años 70, nutrida de tensiones políticas, juegos psicológicos e intereses económicos.

Factores geopolíticos

Como lo advierten varios expertos, desde el principio el Gobierno mostró una clara inclinación hacia las farmacéuticas europeas y americanas frente a la posibilidad a aprovisionarse con las vacunas. Incluso, el embajador de Rusia en Colombia, Sergei Koshkin, aseguró en agosto del 2020 que el país no estaba interesado en comprar la Sputnik V, ya que al enviar la información al Ministerio de Salud no recibió una respuesta clara.

Cabe resaltar que países como Chile y Brasil, que se la jugaron por las vacunas asiáticas, terminaron teniendo mayor efectividad en sus procesos de inmunización. Por ejemplo, Chile ha aplicado más de 14 millones de dosis, mientras que Colombia, unas 4.4 millones, lo que quiere decir que sólo 1.4 millones de colombianos han recibido el esquema completo.

Argentina es uno de los países de la región que le apostó a la vacuna rusa. Incluso fue el primero en registrarla y aprobarla, el 23 de diciembre de 2020. Hasta el momento parece una decisión acertada, ya que después de vacunar a casi 6 millones de personas, esta nación se dispone a producir por su cuenta el suero. El laboratorio argentino Richmond ya envío 21 mil dosis a Rusia para su aprobación y espera poner en marcha una producción de un millón de dosis mensuales.

Esta decisión de no buscar una negociación con Rusia parece estar teñida de un conflicto de intereses geopolíticos ya que, al inicio de la vacunación mundial, el Gobierno mantenía una relación cercana con Donald Trump y algunos uribistas respaldaba su reelección. Además, en medio de las tensiones entre Colombia y Venezuela, el factor Rusia ha sido un elemento clave que ha mantenido a nuestro país alejado de la potencia euroasiática.

La trama que esconde la llegada de Sputnik V a Colombia. Foto: Pixabay
La trama que esconde la llegada de Sputnik V a Colombia. Foto: Pixabay

Para entender este panorama, basta con recordar la supuesta operación de espionaje que habrían realizado dos funcionarios acreditados en la Embajada de Rusia en Bogotá. Este hecho ocasionó la expulsión de los dos diplomáticos el pasado 8 de diciembre, así como una dura y similar respuesta por parte del Kremlin dos semanas después.

Por su parte, Germán Velásquez, exdirector del Programa Mundial de Medicamentos de la OMS y subdirector del South Centre, asegura que puede existir una discriminación comercial para favorecer el mercado de los países que controlan a la OMS. Lo que queda claro es que la vacuna rusa sería la llave para destrabar la crisis de la pandemia que actualmente afronta el país, además, su llegada dinamizaría el proceso de inmunización, ya que hasta el momento sería la única a la que podrían acceder las empresas privadas.

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Los errores de Rusia

Claudia Vaca, farmacoepidemióloga y profesora Universidad Nacional, asegura que la falta de transparencia en los estudios clínicos de Sputnik V no ayudó a generar confianza en muchos países. Uno de los factores que más sospecha causó fue la falta de una tercera etapa de ensayos para comprobar los efectos del medicamento en miles de personas.

Así mismo, también influyó el show mediático que Vladimir Putin le dio al registro de la vacuna el 11 de agosto de 2020. Claro que, frente a estas dudas, Vaca reconoce que el propio Gobierno pudo pedirle al gobierno ruso o al fabricante, directamente la información necesaria en caso de querer la vacuna rusa.

Por otro lado, algunos expertos aseguran que Rusia no está realizando una correcta representación de su vacuna, ya que se ha valido de varios intermediarios que generan cierto ruido en el proceso. En este caso, sin la participación del Instituto Gamaleya y la embajada rusa, no está claro quién asumiría la responsabilidad por un posible fallo en los biológicos.

Hasta el momento, se conoce que una de las empresas colombianas que ha negociado con estas vacunas es Scalpi, una organización que originalmente se dedica a la manufactura de productos cosméticos y de aseo. Andrea Ariza, vicepresidenta financiera de Scalpi, aseguró públicamente que cuentan con un cupo de 5.5 millones de dosis y que solo están a la espera de la aprobación del Invima para venderlas a otras empresas.

Detrás de este modelo estaría el Fondo Ruso de Inversión Directa, un organismo que financió el desarrollo de la vacuna Sputnik V con capitales privados y que actualmente estaría entregando cupos de vacunas a sus inversores.

Sin embargo, causa curiosidad que la resolución 507 del Ministerio de Salud, la cual habilita la compra de vacunas por parte del sector privado, establece que el gobierno solo podrá firmar acuerdos a través de “la casa matriz de la farmacéutica o a través de distribuidores autorizados por parte del Invima”. Con este panorama, es difícil entender cómo los privados colombianos, como Scalpi, traerán al país las dosis de la vacuna rusa sin un mínimo contacto con el Instituto Gamaleya.

Falta de voluntad

Pese a que la apuesta del Gobierno para armar su portafolio de vacunas se centró en las industrias europeas, paradójicamente ha sido el biológico chino de Sinovac el protagonista de la inmunización en Colombia y América Latina. Los expertos aseguran que las demoras de Pfizer, Moderna, AstraZeneca y Janssen, obligaron al país a buscar negociaciones con China.

Por esta razón, el Invima tramitó la entrada de la vacuna de Sinovac a través de una autorización de importación; es decir, que no pasó por la Comisión de Regulación del Invima por el contexto de la emergencia. Sin embargo, algunos epidemiólogos y médicos no entienden por qué no sucede lo mismo con la vacuna Sputnik V. 

“Si el Invima tiene alguna duda, puede usar el mismo mecanismo que usó con Sinovac y pedir toda la información de manera directa al productor, así como lo hizo Inglaterra con Pfizer antes de terminar los ensayos clínicos”, asegura Claudia Vaca.

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Las bondades de Sputnik V

Actualmente, esta vacuna cuenta con aprobación en 61 países, entre ellos Alemania, que compró 30 millones de dosis aún sin contar con la aprobación de la Agencia Europea del Medicamento. En cuanto a su efectividad, un reciente estudio reveló que es cercana al 97,6 por ciento, esto luego de ser analizados los resultados de 3.8 millones de rusos vacunados con el suero.

La trama que esconde la llegada de Sputnik V a Colombia. Foto: Pixabay
La trama que esconde la llegada de Sputnik V a Colombia. Foto: Pixabay

Otro de los puntos a favor para Sputnik V es que, hasta el momento, no ha registrado casos de trombosis como efecto secundario, algo que genera bastante preocupación en las personas. Claudia Vaca asegura que: “la tecnología con la que se desarrolló la vacuna rusa es tan eficiente como las demás, incluso, pudiera tener beneficios porque combina dos tipos de adenovirus. Además, es una vacuna versátil para las condiciones climáticas del trópico, es decir que puede ser transportada con unas condiciones menos sofisticadas”.

Para Vaca, se trata de un desarrollo que debe considerarse dentro de todas las opciones, más aún cuando hay un escenario de escasez mundial y la meta de vacunación nacional apenas alcanza el dos por ciento.

A pesar de estos datos, Colombia y varios países de América Latina parecen estar envueltos en una disputa geopolítica que no permite avanzar con la inmunización de manera efectiva.

Un estudio del Real Instituto Elcano asegura que las vacunas se han convertido en un arma política, argumentando que “existen ciertos paralelismos entre el posicionamiento internacional de algunos países y su apuesta por ciertas vacunas, básicamente en función de una mayor sintonía política o de alianzas preexistentes. Venezuela, Nicaragua, Bolivia y Argentina están más cerca de China y Rusia, lo que explicaría su opción por sus vacunas”.

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7 Comentarios

  1. Nada de extrañar la actitud del gobierno colombiano y sus aliados frente a la vacuna rusa Sputnik V pues hay que seguir las órdenes del Imperio Usa. A esto se suma el temor irracional de los dueños del poder por unos países “comunistas” como Rusia, China, Cuba, Venezuela, Nicaragua, Bolivia. Y ante la situación geopolítica de Colombia, lo menos importante son las personas.

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