Trump quiere mantener en secreto los archivos del asalto al Capitolio
El pasado 6 de enero, hace ya nueve meses, miles de seguidores del entonces presidente Donald Trump tomaron por asalto el Capitolio de Estados Unidos. Los fanáticos se tomaron el recinto en un intento por revertir la victoria electoral del presidente Joe Biden.
La turba fue alentada por el propio Trump, quien dio ese mismo día un discurso encendido en el que acusaba, de manera infundada, ser víctima de un fraude electoral. El episodio culminaba semanas de reclamos sin fundamento sobre la contienda que perdió ante Biden en las urnas.
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Ahora, el Congreso sigue la pista del mortal asalto al Capitolio de Washington, poniendo un acento en lo que saben Trump y sus ayudantes de la Casa Blanca. Pero el expresidente republicano no escatima en esfuerzos para obstaculizar a los investigadores del Congreso.
“Privilegio ejecutivo”
Trump presentó una demanda para bloquear la divulgación de registros de la Casa Blanca relacionados con la insurrección del 6 de enero. El magnate fue acusado de incitar a sus fanáticos, y el asunto le valió un intento de destitución.
El exmandatario alega el “privilegio ejecutivo” para impedir que exayudantes suyos entreguen pruebas al Congreso. Es probable que la impugnación desencadene en un prolongado enfrentamiento de alto nivel en los tribunales. Lo más importante: la disputa pondrá a prueba la autoridad constitucional del Congreso para investigar al Ejecutivo.
La demanda de Trump, interpuesta ante el tribunal del distrito de Washington, asegura que “la petición del comité no es otra cosa que una vejatoria e ilegal” ofensiva “abiertamente respaldada por Biden y designada para investigar de forma inconstitucional al presidente Trump y su administración“.
¿Qué busca la investigación?
Los investigadores del Congreso buscan testimonios de funcionarios que puedan explicar qué tanto sabía del ataque antes de que ocurriera, y qué hizo mientras tuvo lugar. Mientras tanto, Trump considera la posibilidad de volver a postularse para un segundo mandato en 2024.
Desde finales de agosto, los Archivos Nacionales han estado enviando a Biden y Trump voluminosos registros requeridos por los investigadores, dándoles 30 días para revisar el material.
La Corte Suprema ha dictaminado que el presidente puede mantener algunos documentos y conversaciones confidenciales para permitir conversaciones más sinceras con sus ayudantes. Pero ningún tribunal se ha pronunciado sobre si el privilegio se extiende a los expresidentes. Por ahora Biden tiene la última palabra, y ha permitido que se libere un primer lote de documentos pese a las objeciones de Trump.
La demanda pide a un juez federal declarar inválido cualquier pedido del comité legislativo e impedir a los Archivos Nacionales entregar más material.
Aunque parece probable que Trump pierda, el intento podría atrasar la divulgación de los archivos durante meses o años. Esto quiere decir que el republicano amenaza con posponer el informe del ataque a una fecha cercana a las elecciones legislativas de medio mandato de 2022. Si esto pasa, se espera que haya acusaciones de sesgo por parte del entorno de Trump.
El expresidente ha pedido que los ayudantes de más alto nivel desafíen la citación a comparecer ante el selecto comité. Esto incluye a personajes que van desde Mark Meadows, su último jefe de gabinete, hasta el estratega político Steve Bannon.
Demandas civiles, el otro dolor de cabeza de Trump
Además de los líos asociados al Capitolio, Trump también enfrenta varias demandas civiles. Esta semana, el expresidente testificó en el marco de una demanda presentada por activistas que alegan haber sido atacados por sus guardias de seguridad hace seis años.
En la demanda, varios activistas de ascendencia mexicana alegan que los guardaespaldas de Trump disolvieron violentamente su protesta frente a la Torre Trump en Nueva York. Los manifestantes protestaban contra los comentarios despectivos que Trump hizo sobre México y los mexicanos al comienzo de su finalmente exitosa carrera a la presidencia.
Concretamente, Trump había dicho que los mexicanos “están trayendo drogas. Están trayendo crimen. Son violadores“. Los demandantes denuncian que los guardias les arrancaron los carteles y golpearon y estrangularon a uno de los manifestantes.
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Después de que un juez de Nueva York rechazara un intento de anular una citación que le ordenaba testificar, Trump hizo la declaración grabada en video dentro de la Torre Trump.
En un comunicado, Trump se mostró conforme de haber contado su versión de la que llamó una “ridícula historia“. “Cuando la seguridad trató de reducir la situación, desafortunadamente se encontraron con burlas y violencia por parte de los propios demandantes“, aseguró Trump sobre sus guardaespaldas.
“La corte desestimó casi todos los reclamos de los demandantes, excepto un reclamo infundado por lesiones que nunca sufrieron, y la pérdida temporal de un letrero de cartón sin valor que fue devuelto poco después“, agregó el magnate.
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