¿Quién gana en la guerra energética entre Rusia y la Unión Europea?
Desde el comienzo de la invasión de Rusia en Ucrania en febrero, los países europeos han meditado varias opciones para sancionar al Kremlin. Una de las dimensiones clave de esta guerra, que ya cumple 100 días, es la dependencia de Europa de la energía rusa, tanto de gas como de petróleo.
En las últimas semanas, la Unión Europea aumentó su presión para abandonar lo más rápido posible la dependencia de sus miembros de la energía rusa. Como era de esperarse, ha encontrado oposición de algunos de sus miembros.
En todo caso, a pesar de las voces en contra de cortar por completo el grifo del gas y petróleo ruso, los líderes de la Unión Europea alcanzaron un acuerdo sobre el embargo a “más de dos tercios” de sus compras de petróleo ruso. Esta sanción hace parte del sexto paquete de sanciones por la guerra en Ucrania.
Puede leer: Qué busca Rusia tras cortar el suministro de gas a Polonia y Bulgaria
El Consejo era pesimista sobre las posibilidades de un acuerdo para sancionar en materia energética a Rusia, pero las negociaciones terminaron en entendimiento. Según el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, la medida servirá para cortar “una enorme fuente de financiamiento” de la “maquinaria de guerra” rusa
El paquete de sanciones propuesto por la UE incluyó la idea de un embargo total al petróleo ruso, pero esa iniciativa se estrelló con la oposición de Hungría, que teme por su seguridad energética. La salida encontrada por los negociadores fue adoptar un embargo que inicialmente afectará a las importaciones de petróleo ruso que llegan a la UE por vía marítima, excluyendo por ahora las entregas por oleoductos.
Además, Alemania y Polonia se comprometieron a renunciar hasta el fin de este año al petróleo ruso que reciben por el oleoducto de Druzhba (el mismo que abastece a Hungría) y ello elevaría el embargo a un 90 por ciento de las compras de crudo de Rusia.
Hungría, jugador clave de Rusia en la Unión Europea
El primer ministro de Hungría, Viktor Orban, ya había adelantado que el acuerdo sobre el embargo al petróleo ruso no estaba listo, y que su país exigiría garantías para levantar su oposición a la medida.
Hungría, un país sin salida al mar, importa el 65 por ciento del petróleo que consume desde Rusia a través del oleoducto Druzhba y, junto con Eslovaquia y la República Checa, han solicitado una excepción a la prohibición de importación.
Ese oleoducto atraviesa Ucrania, y Orban teme que el gobierno de Zelenski corte ese abastecimiento como represalia por las resistencias húngaras a apoyar el embargo petrolero.
Por su parte, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, dijo que el oleodocto de Adria, en Croacia, podría ser utilizado para abastecer a Hungría mediante inversiones para su ampliación y adaptación de las refinerías.
Europa, en busca de otros proveedores de petróleo
El embargo parcial del petróleo ruso obligará a los países europeos a buscar otras fuentes de suministro, lo que podría provocar un aumento de precios.
Rusia produce unos 11 millones de barriles al día de crudo, de los cuales exporta poco más de 5 millones. China es el principal importador de crudo ruso, según la Agencia Internacional de la Energía (AIE), pero Europa en su conjunto lo supera, con 2,4 millones de barriles al día el año pasado. Rusia también exporta 1,5 millones de barriles diarios de gasoil, del que Europa depende mucho.
Sin embargo, Europa depende mucho menos del petróleo que del gas ruso y es mucho más fácil encontrar cargamentos alternativos por barco.
Según Carsten Fritsch, analista de Commerzbank, Europa tendrá “que encontrar nuevos proveedores para unos 3 millones de barriles diarios en los próximos meses“. “La UE parece estar más interesada en los países proveedores de África Occidental“, señaló el experto, citando a Nigeria, Angola y Camerún.
Olivier Gantois, presidente de la asociación empresaria Ufip Energies et Mobilités, asegura que “ya hay alternativas, que son esencialmente Oriente Medio y Norteamérica para el crudo“. Commerzbank también cita contratos para importar grandes cantidades de petróleo de Emiratos Árabes Unidos en julio.
Además del crudo, Europa tendrá que encontrar fuentes alternativas de gasoil, que no produce en cantidades suficientes. La Ufip menciona a este respecto “a India, que es un gran productor“.
¿Y qué ha pasado con el gas ruso?
Según Gazprom, las exportaciones de gas ruso hacia países externos al exbloque soviético disminuyeron un 27,6 por ciento entre enero y mayo de 2022, con respecto al mismo periodo de 2021.
En concreto, “las exportaciones hacia los países extranjeros lejanos (situados fuera de la Comunidad de Estados Independientes, que agrupa a varios países de la antigua Unión Soviética) se situaron en 61.000 millones de metros cúbicos. Mientras tanto, “las exportaciones de gas a China a través del gasoducto Power of Siberia están aumentando, como parte de un contrato a largo plazo entre Gazprom y CNPC“.
Puede leer: Anexionar el sur de Ucrania, el siguiente paso de la invasión rusa
Este descenso de las entregas afecta principalmente a la Unión Europea. Antes de la ofensiva rusa, el gas ruso representaba el 40 por ciento de las importaciones anuales de este insumo en la Unión Europea.
Algunos países se han negado a pagar sus compras de gas ruso en rublos, como exigió el presidente ruso Vladimir Putin en represalia por las sanciones impuestas a Moscú. Como consecuencia, Gazprom anunció en abril que había suspendido todos los suministros de gas a Bulgaria y Polonia.
El último afectado ha sido Países Bajos. La empresa de energía estatal de ese país, GasTerra, afirmó que Gazprom suspendió desde el 31 de mayo las entregas por negarse a pagar en rublos. GasTerra también anunció que Países Bajos “se anticipó comprando en otros lugares“.
La decisión del gigante energético ruso implica que 2.000 millones de metros cúbicos de gas no serán entregados a los Países Bajos para octubre.
GasTerra es propiedad conjunta de los gigantes de la energía Shell y Esso, la compañía de gas holandesa EBN y el Estado holandés, que tiene una participación del 10 por ciento. El gobierno “entiende” la decisión de GasTerra de no cumplir con la petición “unilateral” de Gazprom.
En cualquier caso, el ministro holandés de Clima y Energía, Rob Jetten, anunció que “esta decisión no tiene ningún impacto en el suministro físico de gas a los hogares holandeses“. Lo que está claro es que están por verse las consecuencias del incremento de los precios por la presión en materia energética que debería sufrir toda Europa durante los próximos meses.
2 Comentarios