Ucrania y Rusia: las claves para entender el conflicto

Desde su independencia en 1991, Ucrania ha estado dividida entre Occidente y Rusia, que en los últimos años no dejó de expresar su oposición a que la exrepública soviética se acercara a la Unión Europea.

Independencia de Ucrania

El 1 de diciembre de 1991, país aún integrado a la Unión Soviética (que fue disuelta el 25 de diciembre de 1991), Ucrania votó en un referéndum a favor de la independencia, inmediatamente reconocida por el presidente ruso Boris Yeltsin.

El 8 de diciembre, Rusia, Ucrania y Bielorrusia firman un acuerdo que establece una Comunidad de Estados Independientes (CEI).

Sin embargo, durante los cinco años siguientes Ucrania intentó liberarse de la tutela política de su gran vecino, que comenzó hace tres siglos.

Ucrania no se comprometió totalmente con la CEI, percibida como una estructura dominada por Rusia, que intentó sumar a las antiguas repúblicas soviéticas.

El 5 de diciembre de 1994, Rusia, Ucrania, Bielorrusia, Kazajistán, Estados Unidos y Reino Unido firmaron el Memorándum de Budapest sobre garantías de seguridad.

Los firmantes se comprometieron a respetar la independencia, la soberanía y las fronteras de Ucrania a cambio del abandono de las armas atómicas que había heredado de la Unión Soviética.

Boris Yeltsin
Boris Yeltsin. Foto: https://www.kremlin.ru./

Tratado de amistad

El 31 de mayo de 1997, Rusia y Ucrania firmaron un tratado de amistad y cooperación, que no despejó, sin embargo, la ambigüedad de las relaciones de Kiev con la OTAN.

El Kremlin se opuso firmemente a que Ucrania o cualquier otra exrepública soviética se uniera a la Alianza Atlántica.

El tratado y los textos anexos resolvieron en particular la espinosa disputa sobre el reparto de la antigua flota soviética en el Mar Negro, anclada en Sebastopol en Crimea.

Rusia conservó la propiedad de la mayoría de los barcos, pero se comprometió a pagar a Ucrania una renta modesta por el uso del puerto de Sebastopol.

Rusia, en aquel entonces principal socio comercial de Kiev, decidió conservar, sin embargo, su “arma económica” frente a Ucrania, muy dependiente del petróleo y el gas rusos.

En 2003, Kiev firmó un acuerdo sobre la creación de un Espacio Económico Común con Rusia, Bielorrusia y Kazajistán.

La Unión Europea (UE) reaccionó diciendo que el acuerdo podía dificultar el acercamiento de Ucrania a la UE y su integración en la Organización Mundial del Comercio (OMC).

Un presidente prooccidental en Ucrania

En noviembre de 2004, el candidato prorruso Viktor Yanukóvich ganó las elecciones presidenciales en Ucrania, que la oposición denunció como fraudulentas.

Viktor Yanukovych, expresidente de Ucrania, y Vladimir Putin, el 22 de diciembre de 2006
Viktor Yanukovych y Vladimir Putin, el 22 de diciembre de 2006. Foto: https://www.kremlin.ru./

Una movilización masiva, la llamada Revolución Naranja, logró que la elección fuera anulada por la Corte Suprema.

El 26 de diciembre, el líder de la Revolución Naranja, el opositor prooccidental Viktor Yúshchenko, que había sufrido un misterioso envenenamiento durante la campaña, abrió una nueva era política en Ucrania poniendo fin a los 10 años de presidencia de Leonid Kuchma (1994-2005), que zigzagueaba entre la UE y Moscú.

Yúshchenko reiteró la voluntad de Ucrania de adherir a la Unión Europea, a pesar de las objeciones de Bruselas y de la OTAN.

Viktor Yúshchenko, presidente de Ucrania entre 2005 y 2010
Viktor Yúshchenko, presidente de Ucrania entre 2005 y 2010. Foto: Muumi-Wikimedia Commons

En 2008, en la cumbre de Burcarest, los dirigentes de los países de la OTAN acordaron que Ucrania tenía vocación de integrar la Alianza Atlántica, lo que provocó la ira de Rusia.

Rusia y Ucrania libraron varias guerras político-comerciales, entre ellas la del gas de 2006 a 2009, que perturbó el aprovisionamiento energético de Europa.

Levantamiento de Maidán

En 2010, Viktor Yanukóvich fue elegido presidente y lanzó una política espectacular de acercamiento a Rusia, pero aseguró que la elaboración de un “acuerdo de asociación” con la Unión Europea seguía siendo la prioridad.

Sin embargo, en noviembre de 2013, Yanukóvich se negó a último momento a firmar el acuerdo con la Unión Europea y reactivó las relaciones económicas con Rusia.

Ese cambio de política desató un movimiento de protesta pro-europeo que tenía como símbolo la manifestación en la plaza Maidán (Plaza de la Independencia) de Kiev.

La rebelión terminó en febrero de 2014 con la destitución y la huida de Yanukóvich a Rusia tras la represión de la manifestación en Maidán, en la que murieron un centenar de manifestantes y 20 policías.

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Anexión y guerra

En respuesta, las fuerzas especiales rusas tomaron el control de Crimea, que Rusia decidió anexar en marzo de 2014.

En abril de 2014, separatistas rusos se apoderan de los lugares más importantes de Donbás, la región rusohablante del este de Ucrania, lo que dio lugar a una guerra en mayo.

Desde 2014, el conflicto ha causado la muerte de 14.000 personas.

Kiev y los países occidentales han dicho que Rusia organizó la separación de las autoproclamadas repúblicas populares de Donetsk y Lugansk en represalia al viraje prooccidental de Ucrania.

“Operación militar”

Tras concentrar decenas de miles de soldados en las fronteras ucranianas, el 21 de febrero de 2022 Vladimir Putin reconoció la independencia de Donetsk y Lugansk y ordenó el despliegue de tropas en sus territorios.

En la madrugada del 24 de febrero, Putin anunció una “operación militar” en Ucrania, que el ministro ucraniano de Relaciones Exteriores calificó de “invasión a gran escala”.

Putin ordena ataque militar en Ucrania. Foto: AFP
Putin ordena ataque militar en Ucrania. Foto: AFP
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