Universidad Nacional, entre la deserción, la crisis generacional y la depredación del espacio público (II)

La biblioteca no es solamente un lugar para estudiar, es también un espacio de sociabilidad. Y en la Universidad Nacional de Colombia está en total decadencia.

La evolución de la ciudad moderna está íntimamente ligada a la del espacio público. Con particular relevancia está relacionada con el café. Tanto la bebida como el lugar, su existencia es un indicador de transformaciones en la vida urbana. Donde se establecen estos lugares, el café, al poco tiempo se deja notar que las transformaciones se inician. Porque, antes que cualquier otra particularidad, el café está asociado a la palabra, a la discusión, a la elaboración de la opinión pública.

Lea la primera entrega: La Ciudad Universitaria, un campus entre La Soledad y El Recuerdo (I)

Para comprender esto, debemos recordar que la llegada de la modernidad está vehiculada por el surgimiento de los espacios de sociabilidad como el café, precisamente, además de la plaza pública, el parque, el club, entre otros. Varios estudios sobre esto asocian a este espacio de sociabilidad con las revoluciones burguesas, con las revoluciones industriales, con la difusión de las nuevas ideas.

El espacio público es el espacio del público y la plaza, el parque, la calle, y los lugares físicos que son apenas la metáfora de lo público. Nadie va a un café a sentarse, tomarse un café con una empanada amarilla, en silencio. Va a conversar y a tomar un refrigerio, que en cierta medida es secundario.

De ahí la importancia de los lugares públicos, como, por ejemplo, la biblioteca. No es solamente un lugar para estudiar, es también un espacio de sociabilidad. Y en la Universidad Nacional de Colombia está en total decadencia. Desde el 2013, cuando se realizaron 366.394 consultas de libros en la Biblioteca Central cada vez menos estudiantes recurren a la consulta de libros. Hay una caída notoria de este indicador. En 2014 cayó a 311.689 y este guarismo continuó bajando para llegar a 166.060 consultas en el 2019, cifra que es escasamente la mitad de lo que se consultó seis años antes. La pandemia acentuó esto, pues en 2022 hubo 72.308 consultas.

¿Qué está pasando con la consulta de libros? ¿Con la visita a la Biblioteca Central?

Ciertamente, hay una migración a la consulta digital, pero esto no lo explica todo. Hay otros fenómenos que no los estamos comprendiendo. ¿Se lee menos? ¿O se lee más en PDF? Cualquiera que sea la respuesta, todas remiten a que la biblioteca, como espacio de sociabilidad va perdiendo importancia. Uso este ejemplo porque está soportado por estadísticas.

Otro, del cual no tenemos soporte cuantitativo, es el de la privatización de los espacios públicos del campus. En el fondo, estamos frente a la pérdida del proyecto inicial de la universidad que se forjó en 1938, como un ejemplo de lo público, como una propuesta arquitectónica para las ciudades colombianas. Esto funcionó mientras el campus estuvo aislado de la ciudad. La evolución de la integración, el encuentro de los dos espacios, el del campus y el de la ciudad, es desafortunada para la Universidad.

Los proyectos de recuperación del espacio público en Bogotá, en varios casos no ha sido afortunado. Ejemplo de ello son la Plaza de San Victorino y la peatonalización de la carrera Séptima. Estos espacios públicos, rápidamente fueron privatizados por los vendedores informales que los invadieron y que pasaron a ser regulados por organizaciones delictivas que cobran por el uso que los informales hacen del andén o del pedazo de plaza o de parque. Nada es gratuito, como tampoco espontáneo. Detrás de la informalidad también hay grupos organizados, que ejercen poderes coercitivos.

La Decadencia de la Ciudad Universitaria
En términos de la sociabilidad, las ventas informales, llamadas ‘chazas’, constituyen la negación del espacio público, por su privatización y por la anulación que se hace del lugar de encuentro de la palabra, de la construcción de opinión pública. | Foto: Universidad Nacional.

Así, en vez de convertirse en un ejemplo para las ciudades, en un laboratorio de ideas de urbanismo moderno, el campus se está convirtiendo en un ejemplo del deterioro del espacio público, de lo que no debe ser. Esto en cuanto a su expresión física. En su significado social y cultural las consecuencias son complejas.

En términos de la sociabilidad, las ventas informales, llamadas ‘chazas’, constituyen la negación del espacio público, por su privatización y por la anulación que se hace del lugar de encuentro de la palabra, de la construcción de opinión pública. Consumir alimentos en las ventas ambulantes que invaden el espacio público es un acto que va más allá de la simple alimentación. Están cercenando un proceso que ha sido fundamental en la vida universitaria como es el de ayudar a acabar con los lugares de encuentro, de difusión de las ideas, también es perseguir la palabra y cercenar la opinión pública. Esta función de las cafeterías, llamadas hoy barras de café, son insustituibles como lugares de encuentro.

Otro espacio que se está perdiendo en la Universidad Nacional es el del cine club. Hace unos años, la oferta de la programación de cines en el campus era amplia y era anunciadas por UN Radio. En las carteleras de las Facultades se encontraban ofertadas las novedades que se presentaban y los cinéfilos, una comunidad bastante grande, tenía lugares de encuentro que eran muy frecuentados. Se están extinguiendo, van menguando de a poco, es esporádico el anuncio que se encuentra en las carteleras. ¿Será que, al igual que la lectura, ahora se ve más cine en la oferta de las plataformas de internet? Es probable, pero se está perdiendo los espacios de sociabilidad cultural asociada al cine.

Generaciones

La pandemia aumentó el tema de las divergencias generacionales. El análisis de las generaciones nos ayuda a comprender los cambios y desafíos contemporáneos. Para ello conviene tener presente los efectos que influyen sobre cómo y porqué cambian las sociedades. Es probable que estemos experimentando el surgimiento de una nueva cohorte generacional resultante de la crisis del covid-19. Los distintos grupos generacionales han padecido las consecuencias de manera diferenciadas, siendo la edad un factor definitivo. Los acontecimientos extraordinarios determinan los comportamientos generacionales. Unos agrupan, otros alejan a las gentes. (Bobby Duffy. El mito de las generaciones. Ediciones Urano Colombia. Bogotá, 2022)  

Hay una nueva cohorte generacional, eso no se discute. La llamada generación Z, para algunos los nacidos después de 2000, precisamente buena parte de ellos, estudiantes de la Universidad Nacional. Si bien los límites generacionales son arbitrarios, la pandemia creó una cohorte generacional. Algunos la llaman la generación ‘coronials’, otros la designan la generación Zoom; otros, como generación Google Meet. Los confinamientos y las restricciones y las prolongadas cuarentenas crearon nuevos lenguajes y comportamientos que afectaron nuestra forma de vivir, de manera diferenciada según la cohorte generacional. En especial la educación y el empleo resultaron afectados.

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Las consecuencias de la pandemia en el comportamiento de los estudiantes que ingresaron a la Universidad Nacional y no pudieron asistir presencialmente a cursar sus estudios significó un rompimiento profundo. Su primer contacto con las aulas fue en modo virtual. Nunca fueron primíparos. Entraron al campus y encontraron un campus deteriorado en sus espacios públicos, en sus lugares de sociabilidad. Carencias que no ayudan en la construcción de una comunidad universitaria.

Una de las influencias más claras, en medio de toda la confusión en que estamos de los efectos de la pandemia, es el enganche con la virtualidad. Cuánto, no lo sabemos aún. Esto nos remite a una dimensión compleja: estamos en un momento de desconexiones de esta cohorte generacional con la sociedad prepandémica. Esta cohorte generacional llega a una universidad a encontrar un campus descoyuntado, que está perdiendo sus ofertas de sociabilidad, en una universidad que ve cómo su identidad se diluye, donde la sociabilidad se ejerce en espacios privatizados y se socializa alrededor de un icopor a consumir empanadas.

Estas son algunas de las razones para que se esté registrando un incremento de la deserción. Se calcula que uno de cada tres jóvenes que ingresan a la educación superior en Colombia desertan de la universidad o de instituciones tecnológicas. Las cifras van en aumento y se mantiene por encima de los guarismos prepandémicos. La tasa de deserción anual universitaria es de 8,02 % y, en las técnicas, de 13,39 %.

La pandemia aceleró la deserción y la tasa subió dos puntos porcentuales, al 12,7 %. Aunque se mantiene todavía más bajo de lo vivido en el 2007 cuando fue del 15,7 %. (El Tiempo. 7 de junio de 2023) Después de La Guajira, Bogotá es la ciudad más afectada. La deserción está asociada a la desigualdad. En la tasa de graduación el panorama es más desolador, pues cinco de cada diez estudiantes que ingresaron a la educación superior no logran graduarse. Estos indicadores, de pronto, nos están diciendo algo más que el abandono por razones económicas. Puede ser que está mostrando que la meritocracia, ser egresado de la Nacional, ya no es importante.

Otro indicador de que algo está pasando en la Universidad Nacional es el registro de las inscripciones a los exámenes de admisión: ha caído una tercera parte en las cifras prepandémicas.

Actitudes, creencias y comportamientos

Las sociedades cambian como resultado de la interacción que se suceden entre los efectos de cohorte, de ciclo vital y de periodo. Llamamos la atención sobre la importancia de analizar las generaciones. Por supuesto que la perspectiva generacional no sustituye al análisis de clase o el nivel de ingresos. Todas son útiles para entender el mundo y cómo está cambiando. Sin embargo, resaltamos la importancia que se produce entre el momento en que se nace y las circunstancias, pero es claro que sólo el cambio generacional no es suficiente para entender los cambios. (B. Duffy. El mito de las generaciones, p. 281 y ss)

Hay tres explicaciones de cómo cambian todas las actitudes y comportamientos a lo largo del tiempo:

  1. El efecto periodo. Los cortes del tiempo se forjan por acontecimientos importantes.
  2. El efecto ciclo vital. Las personas cambian a medida que envejecen, o por hechos importantes: laboral, familiar.
  3. Efecto cohorte. Una generación puede tener diferentes actitudes. Creencias y comportamientos porque su socialización varía en comparación con las de otras generaciones.

Todos los cambios sociales pueden explicarse desde la combinación de estas tres variables (Duffy. P. 18). En el caso que ahora tratamos, el efecto cohorte es el clave: los nacidos en 2000, año antes año después, forman el grupo determinante de los estudiantes de pregrado en la Universidad Nacional.

Una conclusión: ¿estamos frente al final del contrato social, tal como lo conocemos?

¿Ya no es garantía de éxito, de meritocracia, ser egresado de la Universidad Nacional? Pujar por este facto de mérito de pronto explica la deserción.

Otra conclusión: la institución se va quedando en el recuerdo de otras épocas donde su proyecto estaba pensado para ser el ejemplo del urbanismo que debía seguir la ciudad y, en la soledad de que su existencia. puede caer en la irrelevancia.

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19 Comentarios

  1. Las nuevas generaciones no se concentran en un escrito no mas tiempo de lo que se gasta en ver un video de tiktok, 30 segundos a lo mucho. Como se les puede exigir espiritu critico, comprension de lectura y analisis de cualquier obra ? Empezando por el ambiente de plaza de mercado (fogones de leña, ollas de almuerzos comunales y casetas de cuanta chucheria imaginable se le ocurra en este sitio), un segundo san victorino apoderado de lo que fue un recinto o campus universitario que adquirio la plaza el ” che guevara” otrora sitio de encuentro para fomentar, recrear y afianzar el conocimiento mediante la tertulia poetica, alegre y que unia a todo el estamento universitario creando lazos de identidad y pertenencia al ambito universitario.

  2. El texto es totalmente artificial y engañoso. La realidad es la asfixia presupuestal a la que está sometida la universidad desde hace varias décadas. Además, un porcentaje enorme del reducido presupuesto, se utiliza en la burocracia que ha llevado a este estado lamentable la institución, y un grupo reducido de profesores mediocres, con sueldos millonarios. El argumento de la nueva generacion, es tan pobre, como todo el escrito realizado, donde indican que las chazas son el gran problema del ambiente universitario, cuando en verdad son las directivas sordas y corruptas, las que promueven este nefasto ambiente, donde las chazas pueden desaparecer en un instante, siempre y cuando, se instalen cafeterías y sitios agradables donde socializar. En realidad, es admirable, que, la universidad Nacional siga peleando los primeros ranking en el país, ante una crisis presupuestal tan enorme.

  3. Hernán Martínez

    No sé. Hace muchos años no voy a la U, pero después de leer esto, me embargó una enorme tristeza. Hasta me siento cómplice por estar tanto tiempo totalmente desvinculado.

    1. Ser el mejor de lo peor no significa que se esté produciendo conocimiento, significa que también, se es, malísimo. Gracias a la grande elocuencia de los academicistas, despilfarradores del presupuesto para la educación superior. Gracias profe, Fabio por razonar el valor de la palabra en la construcción del conocimiento.

  4. Diana Fda. Forero

    Es triste saber todo lo q pasa con lo público y más cuando está es una de las pocas universidades q no solo forman personas profesionales sino también para ser buenos ciudadanos lo cual nunca se ve en lo privado, No se debería publicar solo lo malo también lo bueno, sabiendo q es una de las pocas instituciones q tiene un patrocinio por parte de países extranjeros para la INVESTIGACIÓN y sus egresados igualmente son apetecidos por su grado de interés y vocación. Me siento orgullosa de tener un hijo egresado de la Universidad Nacional.

  5. Víctor Jiménez

    El texto es la triste realidad por la que está pasando nuestra Universidad.
    A causa de la poca importancia que le dan sus directivas, permitiendo que la misma se llenará de mafias y convirtiendo los espacios públicos en un mercado “persa”

  6. Manuel Alexander Chaves

    Este es el resultado de una administración regular tirando a pésima, una rectora escogida por un Presidente que con su elección quiso llamar la atención al elegirla por ser la primera mujer en ser rectora, más no por su experiencia como administradora de lo publicó, pues ella es investigadora.
    Se debe elegir además personas algo más jóvenes que se atrevan a salir a recorrer el campus universitario y tomar decisiones acertadas; en fin la mala administración de estos últimos años está dejando su huella en la universidad así como la dejo el gobierno de Duque.

    1. Que mentira de articulo… Yo estudio allá y nada de lo que dice acá es verdad, como se atreven a desacreditar a las chazas, sabiendo que es una economía solidaria que manejamos entre todos los estudiantes, nunca había visto un articulo tan falso y tan indiscrinatorio. Su “criterio” es calumnia.

    2. Hay gente que ya no trabaja en la universidad que quiere hacer un lío de todo, y se beneficia de los colegios y demás cosas. Por eso es que no dejan progresar la universidad y se dan el lujo de sentirse con más derechos que otros, se atreven a decir que una personas con condiciones especiales no tienen lugar, pero ellos sí. He aquí la hipocresía, hay que recordar que la universidad es una organización con una misión académica y existe por y para la investigación. Los administrativos con procesos amañados, lambones, incoherentes y machistas ni criterio tienen para opinar en temas que desconocen totalmente porque no tienen la más mínima idea. Dejémosle este tema a los que saben y siguen vigentes.

  7. Estoy a punto de oficializar mi deserción de la Nacional, de una ingeniería, aparte de haber tenido razones económica en un principio, es sistema educativo está muy desactualizado y no prepara para la realidad, la cual además abruma por el precario mercado laboral del país, en dónde ya vale poco el prestigio y nombre de la UNAL, al graduarse no se puede aspirar a mucho más que a un mínimo y medio en los primeros años de trayectoria profesional. En mi búsqueda por mantenerme en la universidad, requerí de trabajo a tiempo completo, por lo que no me quedaba apenas tiempo para ver 3 materias y eso, pero pagando full, como si pudiera ver 6. Pasaron los años, y junto a al tiempo perdido en paros y demás, se volvió completamente insostenible la situación, a pesar de contar ahora con un trabajo que me deja mucho más de lo que ganaría como ingeniero con unos años de experiencia, me dule tener que dejar la universidad y no poder trabajar en lo que me gusta, pero desafortunadamente no he tenido mucha más opción, tras 6 años de haberle pedaleado, y quedarme a poco más de la mitad de lograr el título, mi cuerpo treintañero ya no me da para dormir solo 3 horas al día, como en los momentos en los que trabajaba y estudiaba tratando de alcanzar un objetivo que se tornó inalcanzable, arrastrando consigo una bolsa de sueños al olvido.

    1. Creo que en muchos aspectos en absolutamente real lo que dice. La chazas las tienen “algunos estudiantes”, pero no todo son estudiantes, sabemos quemuchas son manejadas por gente de fuera o subcontratan estudiantes. Lo de economia solidaria es un idealismo fraccionado que es buena cosa, pero no es mas que ver los superpuestos, las marcas de los lugares, es muy distinto ver parces a vendedores. Gente que no estudia aca. Otros comentarios hablan sobre la falta de presupuesto y eso es real la chaza aparecio cuando el comedor universitario se volvio imposible de lleno y cuando la oferta no era muy variada. Pero es cierto son solopuestos de paso, nunca crean espacios de encuentas, son ventas ambulantes y punto. la cafeteria, como las chicherias , fueron espacos de reflexion y debate. ahora cada uno coge su icopor y se va a sentarse a conectarse a su celular. Decir que la nacional es lo mismo que hace años es sencillamente no haber conocido la universidad hace mas de 10 años

  8. Hector Julio Castelblanco

    Una mezcla de cosas: no podemos dejar de ser la mejor U del país, a pesar de los artificiales “rankings” ; la UN es el reflejo de la Colombia real; para la Colombia real nunca se han tenido suficientes recursos; ser egresado de la UN tiene un gran mérito: salimos con el diploma debajo del brazo pero también con muchas “cicatrices” que, más que lastres, deben ser estímulos para defender lo público;

    1. Soledad Vásquez

      Hay una despreocupación muy grande por lo que le sucede a los estudiantes dentro de la Universidad. Los recutlan, los roban adentro y a la salida y hasta los/ las violan y no pasa nada. La rectora y el vicerrector de sede guardan silencio. Los miembros que abren la boca son despedidos y estamos mamados de los grupos guerrilleros que comandan la universidad y del miedo que existe adentro para dejarlos hacer lo que quieran.

  9. Carolina Torres Castro

    El comercio “informal” de cosas varias realmente es lo de menos por experiencia sé que son comidas accesibles económicamente y saludables para los estudiantes. Lo que realmente pesa es las infraestructuras en decadencia total, la falta de equipos y modernidad para la formación, el mantener docentes (con salarios millonarios y ya pensionados)sin vocación que imparten cátedras con temáticas obsoletas y con técnicas aún más obsoletas. Es el ver cómo semestre a semestre la motivación es cero para los estudiantes al final de cada ciclo no quieren volver hace falta tanto en una institución tan abanderada e infravalorada. Aún existen jóvenes que estudian por el placer de aprender sin pensar en el salario más adelante pero la falta de motivación y el maltrato es tanto que prefieren no terminar por salud mental

    1. Francisco Martínez

      Bien interesante la semblanza de un proceso decadente, incluido en el menú conservadurista de una revolución basada en el afianzamiento de la anarquía: lo que no se transforma se anquiloza. Nunca es tarde.

  10. El Cáncer social, ya está haciendo metástasis en la UNAL. Hace unos años, ser profesor de la Universidad Nacional, era sinónimo de una buena estructura, pero desde que comenzó el negocio de puntos, el maestro o profesor se dedicó a copiar trabajos de investigación y presentárselos a un jurado sin fundamentos en la buena investigación además sin ética cayendo en el mundo de la corrupción como reflejo de nuestro pobre país. No todo el que sabe puede ser profesor, se necesita tener muchas cualidades pedagógicas y amor por el país para sacarlo de la crisis en que se encuentra, se necesita espíritu crítico y tener mucha experiencia y conocimiento del país.

  11. Las chazas no son de los estudiantes…eso no tiene nada de economía solidaria… además la universidad no es para hacer chazas…para eso existe otros espacios en la ciudad

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