Tras llevar los negocios de arte de su padre, Putzi fue autorizado para fotografiar las obras del Louvre en 1928. Su equipo se instaló en el propio museo.
Tras el ascenso de Hitler al poder, en 1934 Putzi se convirtió en el primer diplomático nazi en pisar suelo norteamericano. Su visita fue rechazada por críticos del nazismo en Estados Unidos.