William Ospina o las letras al poder del Tolima
William Ospina nos ha sorprendido por su directa y valiente inmersión en el mundo político-electoral.
El recién fallecido Malcom Deas supo entender que la gramática ha estado ligada a la historia política de Colombia y lo refleja muy bien en su obra El poder y la gramática.
Se sabe de nuestra vocación literaria, poética, que exalta esos valores de la colombianidad, pero que también han posibilitado que muchos letrados asuman la labor de dirigencia política. No olvidemos en nuestra historia a Guillermo Valencia, Belisario Betancur, María Mercedes Carranza, Jota Mario Arbeláez, Gustavo Álvarez Gardeazábal, entre otros tantos que han hecho labor política y poética.
En nuestros días, muchos de los políticos incursionan en la literatura como una de sus habilidades guardadas o como un escape a sus angustias permanentes en la brega del poder. Podemos observar en esa tarea a Alejandro Gaviria, Gustavo Bolívar y Roy Barreras.
Sin embargo, de un tiempo a esta parte, William Ospina nos ha sorprendido por su directa y valiente inmersión en el mundo político-electoral. Sabemos que su obra Dónde está la franja amarilla es una cátedra abierta de lineamiento político que sirvió a muchos que han hecho el ejercicio electoral para ubicar sus planes de gobierno.
Lea, de Leonardo Medina: William Ospina, un biógrafo
Luego, en Pa’ que se acabe la vaina, nos recuerda muchos de esos rezagos burocráticos y demás que hacen que el ciudadano se aleje del querer estar en lo político y de la confianza que debe tener en el Estado. Amén de su columna dominical en El Espectador donde dicta pensamientos políticos alrededor de temas de coyuntura.
Pero desde la elección presidencial anterior, cuando asumió las banderas de la candidatura de Rodolfo Hernández, con su movimiento de liga de gobernantes anticorrupción, LIGA, haciendo férrea y seria oposición al hoy presidente Petro, se mostró como un jefe de debate activo, faceta no conocida del escritor William Ospina.
Ahora nos vuelve a sorprender con su postulación a la Gobernación del Tolima, con una apuesta ejecutable y que recoge el sentir de los territorios y de una tierra que ha sido parte importante de la historia de Colombia, como lo fue el Tolima Grande.
En agenda programática de 15 puntos, William Ospina resume lo que sería su gobierno departamental. Allí no queda por fuera nada de lo necesario para que una tierra como el Tolima sea reconocida a nivel nacional como un departamento vital en la dinámica económica, social, cultural y política de nuestra Nación.
William, y más que el escritor, el equipo de trabajo que lo rodea, nos dicen en uno de sus apartes:
“El Tolima ha sido ejemplo de liderazgo científico y artístico desde los tiempos de la Expedición Botánica; de liderazgo económico con la producción y el comercio del tabaco de Ambalema, y con los procesos de colonización y consolidación del país campesino desde la segunda mitad del siglo XIX; de resistencia cultural con la saga de las luchas indígenas; de trabajo y de tenacidad con el trazado de caminos, el tendido de las carreteras y los ferrocarriles, y con el cable aéreo para bajar la cosecha de la zona cafetera hasta el valle del Magdalena”.
“El Tolima fue pionero ante el país en la propuesta de un proyecto de vías y comunicaciones, con el liderazgo inolvidable de Manuel Murillo Toro y de los liberales de Chaparral, que abrieron para Colombia una época de modernidad; el Tolima ha sido ejemplo de afirmación cultural en la música, el arte, las fiestas populares y la gastronomía.”
Se observa un sentir profundo del querer reconocer la historia y la memoria para aterrizarla a nuestros días, en una sociedad donde lo que prima es el pillaje, la trampa, lo fácil, para querer demostrar que su Tolima del alma puede volver a ese sitial especial en el panorama colombiano.
Su plan contempla aspectos como las Casas de la Amistad para los jóvenes, el fortalecimiento a los procesos de lectura, la recuperación del río Magdalena, la apuesta por el agua potable, conectividad, ruta hacia el Pacífico, entre otros de los quince puntos que son parte de la bitácora política que, ojalá, lo haga ser gobernador de ese departamento, para probar cómo es el buen manejo de lo público, a través de un escritor, ensayista, poeta y buen amigo como William Ospina.
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2 Comentarios
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Cada uno de los tolimenses conscientes de la importancia de recuperar la grandeza de nuestra región debe hecharse encima de sus hombros esta campaña: William Ospina gobernador del Tolima 2024 2027.
William Ospina en política es un bobazo absoluto, apoyo al dictador Hugo Chávez y luego al delincuente de Rodolfo Hernández. En política es un cretino total .