¿Cómo diablos puede ser que, estando tan junto nuestro Caribe y Pacífico, no hemos podido unirlos?
¿Cómo diablos puede ser que, estando tan junto nuestro Caribe y Pacífico, no hemos podido unirlos?
El gobierno tiró la toalla y entregó el sistema en concesión al sector privado.
La mafia capturó el Estado y miles de crímenes se cometieron con la fuerza pública.
Alcancé a filmar mi película sobre los años que pasaríamos encadenados en la selva.
Se oyen los ecos de rabiosos comentarios de la derecha al discurso de Petro el 1 de mayo.
Desde ese año, siempre que vuelvo, lo busco y lo encuentro. Le encanta asustar a los turistas, sobre todo a los bogotanos de piernas blancas.
Caicedonia está casi tan incomunicado como estaba la región a principios de siglo XIX.
No se entiende por qué Belisario Betancourt y su ministro Iván Duque E. se pusieron tapones en los oídos ante las advertencias de expertos.
No pasó a mayores cuando Mancuso acusó a ‘Pachito’ Santos de pedirle crear un bloque paramilitar en Bogotá. Con Francia, se intensificaron los ataques miserables por alquilar una casa e ir en helicóptero.
Petro siempre ha sido un vigoroso paladín contra la corrupción y el país espera de él cátedra permanente de ética pública, de esas que reconcilian a los ciudadanos con la desprestigiada política.
Las alianzas políticas son, por lo regular, pactos para alcanzar o permanecer en el poder. Se han armado en todos los continentes desde las épocas de bárbaras naciones. Han sido, son y serán la quintaesencia de la política.
Aunque lo niega, Roy Leonardo Barreras Montealegre no sabe disimular su hambre por ser presidente de la República; esfuerzo —para él— menos descomunal que el que requiere hacer para obtener el Nobel de Literatura.
Aunque los negacionistas se dejan ver con diferentes ropajes, terminan arropándose con la misma cobija: niegan hechos que fueron verificados con rigor por la ciencia.
Al expresidente Andrés Pastrana últimamente no le están saliendo bien las cosas. Al menos en el año pasado sufrió varios reveses.
Tremenda cátedra sobre imparcialidad, neutralidad, concisión y veracidad periodística la que les ofrecieron al país dos connotados médicos, justo un día antes del día del periodista
El gobierno presentará al Congreso, este mes de febrero, el proyecto de reforma estructural a la salud para su trámite en las sesiones extraordinarias. Van a salir chispas por los entresijos del viejo capitolio.
“Los países tropicales con abundante sol, vientos y ríos —como Colombia— deberán aprovechar sus ventajas naturales o profundizarán el desarrollo de su subdesarrollo”: Pedro Luis Barco, ‘El funesto Thomas Midgley y sus sobrinos, los negacionistas del cambio climático’
“Como era de esperarse, la prensa regional ni publicó, ni le encontró gracia alguna a que unos señores chinos de la China hicieran una travesía de 15.007 kilómetros, y que un gobernador vallecaucano les regalara un libro de su autoría, publicado en el idioma de los chinos. ¡Cosas de la literatura!”: Pedro Luis Barco Díaz.
“En la lucha a favor de la continuidad de la vida en nuestro planeta y en contra del cambio climático, hay acciones que son cruciales, estratégicas e imprescindibles”: Pedro Luis Barco Díaz.
Todo señala que, por primera vez en muchos años, se pasará una navidad y un año nuevo con relativa paz en el bello puerto del mar mi Buenaventura.
La llegada de la izquierda al poder le malogró la bilis a un primoroso grupo de ciudadanos que ha manejado el país a su antojo desde que sus antepasados le volvieron añicos el florero al chapetón José González Llorente.
Hemos tenido 22 meses de lluvias por efectos del fenómeno de La Niña que, de manera insólita, se prolongó por tres años y que según los expertos en nubes y truenos del Ideam se extenderá “con un ~76% de probabilidad hasta el mes de febrero”, cuando las condiciones de neutralidad retornarían.
Colombia ha sido un país de masacres y de masacradores en el que le hemos hecho un culto perverso a las armas, a la venganza y a la muerte. Un país con exceso de patria guerrera e inexistencia o deficiencia de la noción de ‘matria’ amorosa.
“Los áulicos pueden llegar a hacer cosas delirantes, por fuera de cualquier libreto racional, de aquellas que ni siquiera el más imaginativo novelista puede llegar a imaginar”: Pedro Luis Barco, ‘Los serviles y el perfume del poder’
Llevamos medio siglo soportando la más abyecta de las maldiciones: vivimos o, mejor dicho, sobrevivimos en un país al que una política imperial contra las drogas lo arrojó a las fauces del dinero fácil, de la extravagancia, del sicariato y la guerra eterna.
Es necio calificar a un gobierno por lo que hizo en sus primeros 100 días. Ese embeleco lo introdujo López Michelsen y desde entonces hasta el alcalde del municipio de Chupamestepenco lo hace.
De las historias asombrosas e insólitas que se han tejido en el planeta, pocas tan sorprendentes como la de Hamilton Naki, un negro talentoso y apacible que nació en 1926, en una aldea sudafricana deprimida que fue convertida en gueto por el sistema del apartheid.
Laureano Eleuterio Gómez Castro fue, de lejos, el político del siglo XX más controvertido de todos cuantos en Colombia han sido. Las masas conservadoras —no todas— lo seguían con fe ciega, mientras que las liberales lo odiaban con temor.
El expresidente Álvaro Uribe, pese a que ganó cuatro elecciones presidenciales, no tuvo fortuna en la escogencia de su sucesor, como tampoco en la del sucesor de su sucesor.
El saqueo a la Dirección Nacional de Estupefacientes originó que más de 50 personas fueran vinculadas y llevó a la cárcel a dos exdirectores. A pesar de esto, algo grave pasa en la entidad que la reemplazó: La SAE.
Desde que estaba muchacho, si algo tuve claro en mi vida, era que más temprano que tarde tendría una cita obligatoria con una operación a corazón abierto. Porque, aun cuando ningún médico me había diagnosticado, presentía que mi corazón no funcionaba todo lo bien que yo quisiera.
El expresidente Virgilio Barco fue un presidente lejano, parco, un poco turulato, como grogui; pero relativamente exitoso. Sobre todo, jamás ofició como expresidente.
Esa noche del verano de 1980, Gardeazábal leía, sentado en un taburete de madera en su casa de alquiler en el barrio El Lido, de Cali, Colombia. Lo acompañaban sus incontables libros y un par de perros diminutos con nombres de mastines fieros: Caifás y Barrabás.
Las agencias internacionales de meteorología pronosticaron este mes que el fenómeno de La Niña, que se oficializó desde el 2020, persistirá otro año, configurando un triple episodio del cual aún no se sabe su magnitud, que puede ser débil, moderada o fuerte.
Aunque los correveidiles y ujieres de los grandes capitales corrieron a burlarse y a silenciar a ministra de Minas y Energía, Irene Vélez, la teoría del decrecimiento sigue abriéndose camino y terminará por quedar explícita en los compromisos de los gobiernos frente al cambio climático.